Implantes dentales: la solución para pacientes con falta de hueso
Escrito por:Los implantes dentales son una solución eficaz y duradera para reemplazar los dientes perdidos o dañados.
Sin embargo, su colocación requiere de un volumen y una calidad adecuados del hueso maxilar, que pueden verse comprometidos por diversos factores como la pérdida de dientes, la enfermedad periodontal, el envejecimiento o el uso de prótesis removibles.
En estos casos, los pacientes con atrofia ósea pueden optar por diferentes técnicas que permiten la colocación de implantes dentales sin hueso o con poco hueso, como el injerto óseo, la elevación del seno maxilar, los implantes corticales o los implantes cigomáticos.
¿Cuáles son las consecuencias de la falta de hueso?
Para que los implantes dentales sean exitosos y duraderos, es necesario que se produzca una adecuada osteointegración, es decir, una unión directa y estable entre el hueso y el implante.
Para ello, se requiere que el paciente tenga un volumen y una calidad suficientes del hueso maxilar en la zona donde se va a colocar el implante.
La falta o la disminución del hueso maxilar dificulta o impide la colocación de implantes dentales convencionales, que tienen una longitud estándar de entre 8 y 15 mm y un diámetro de entre 3 y 5 mm.
Alternativas para pacientes con atrofia ósea
Este tipo de pacientes deben recurrir a otras técnicas que permitan la colocación de implantes dentales sin hueso o con poco hueso. Estas técnicas son:
- Injerto óseo:
Consiste en añadir material óseo al hueso existente para aumentar su volumen y su calidad. El material óseo puede ser autólogo (del propio paciente), alogénico (de otro individuo), xenogénico (de otra especie) o sintético (de origen artificial).
El injerto óseo puede realizarse en el mismo acto quirúrgico que la colocación del implante (injerto simultáneo) o en un momento previo (injerto diferido).
- Elevación del seno maxilar:
Se trata de un tipo específico de injerto óseo que se realiza cuando hay poco hueso en el sector posterior del maxilar superior debido a la presencia del seno maxilar.
La técnica consiste en levantar la membrana que recubre el seno maxilar y rellenar el espacio creado con material óseo. De este modo, se consigue aumentar la altura del hueso disponible para colocar los implantes.
- Implantes corticales:
Son implantes dentales más cortos que los convencionales (entre 4 y 8 mm) pero con un mayor diámetro (entre 5 y 7 mm). Se utilizan cuando hay poco hueso en sentido vertical pero suficiente en sentido horizontal. Se insertan en el hueso cortical, que es la capa más externa y resistente del hueso maxilar.
- Implantes cigomáticos:
Se trata de implantes dentales más largos que los convencionales (entre 30 y 50 mm) que se anclan al hueso cigomático o malar, que forma parte del pómulo.
Se utilizan cuando hay muy poco o nada de hueso en el maxilar superior y no es posible realizar un injerto óseo o una elevación del seno maxilar.
Permiten rehabilitar toda la arcada superior con una prótesis fija soportada por cuatro implantes cigomáticos.