¿Hay que bajar la piel del prepucio a los bebés?

Escrito por: Dr. Agustín Serrano Durbá
Publicado:
Editado por: Carlota Pano

La fimosis, común en recién nacidos, es un proceso fisiológico que se resuelve naturalmente con el tiempo en muchos casos. Forzar la retracción puede causar complicaciones y, en casos extremos, llevar a una fimosis que requiera cirugía.

 

¿Qué es la fimosis?

La fimosis es la estrechez de la piel del prepucio, ya sea de origen congénito (fimosis primaria) o de desarrollo posterior (fimosis secundaria), debido a procesos inflamatorios que causan cicatrices, estrechan la abertura del prepucio e impiden la exposición del glande.

 

La manipulación forzada de la piel del prepucio puede ocasionar la aparición de grietas como consecuencia del estiramiento forzado de la piel. Al cicatrizar, estas grietas pueden causar cicatrices rígidas, convirtiendo así una fimosis primaria en una fimosis secundaria que solo puede resolverse mediante la cirugía.

 

La fimosis puede ser de origen congénito o de desarrollo posterior

 

¿Cómo es la piel del prepucio al nacer?

Al nacer, la piel del prepucio está íntimamente adherida al glande, formando las adherencias balanoprepuciales. Esta situación también es un proceso fisiológico que se solventará paulatinamente y, generalmente, de manera simultánea a la resolución de la fimosis.

 

De hecho, la mayoría de los varones nacen con fimosis, pero esto no implica necesariamente una operación, pues la mayoría de las fimosis en recién nacidos acabarán resolviéndose por sí solas, sin necesidad de ningún tipo de tratamiento o intervención.

 

Al año de vida, alrededor del 50% de los varones ya no presentarán fimosis y del resto, con el tiempo, la mayoría también logrará retraer la piel del prepucio sin dificultad. De este modo, solo un 20% de los varones tendrá fimosis a los 3 años y tan solo un 8% de los varones a los 7 años.

 

¿Se puede evitar la fimosis?

Hay fimosis que aparecerán inevitablemente debido a la estrechez anatómica del prepucio y a su forma, mientras que otras fimosis pueden desarrollarse a causa de la manipulación del prepucio, de infecciones de la piel o de procesos inflamatorios. No obstante, está claro que el riesgo de desarrollar fimosis aumenta con la manipulación forzada de la piel del prepucio.

 

Por ello, y para mantener una higiene adecuada, se recomienda retirar la piel del pene solo hasta donde sea posible, pero sin forzarla. El momento más propicio para hacerlo es durante el baño, cuando la piel es más elástica debido al agua templada, pero siempre sin ejercer presión. Se aconseja lavar la abertura del prepucio con agua y el jabón habitual del varón, y con el uso de una esponja o una toalla higiénica.

 

Las retracciones forzadas, que se realizaban en otros tiempos, actualmente se desaconsejan y deberá ser el urólogo infantil quien recomiende el tratamiento más adecuado conforme al grado de abertura del prepucio y a su forma, y siempre según la edad del paciente y sus condiciones clínicas.

 

¿En qué consiste el tratamiento conservador de la fimosis?

Hay casos de fimosis muy leves que pueden tratarse mediante el uso de pomadas de corticoides y la dilatación progresiva del prepucio. La dilatación, sin embargo, nunca debe realizarse sin la previa aplicación de estos corticoides, pues de lo contrario puede causar la aparición de una fimosis cicatricial secundaria.

 

Será el especialista quien recomiende y prescriba el tratamiento. Sin embargo, generalmente, el uso de corticoides solo adelantará un proceso que, sin tratamiento, ocurrirá progresivamente a lo largo de los años.

 

¿Cuándo está indicada la circuncisión?

La circuncisión debe considerarse como último recurso y la operación temprana, suele ser innecesaria. Habitualmente esperamos hasta los 4-5 años para realizarla, pero solo se indica en casos en los que no se espera la resolución por si sola de la fimosis o en los que se dan episodios de infección local (balanopostitis) de repetición.

 

En la circuncisión, tras extirpar el prepucio estrecho, se colocan puntos de sutura re-absorbibles, que no tendrán que ser retirados posteriormente ya que irán cayendo solos. Se precisará, únicamente, curas con algún antiséptico local como la clorhexidina o la povidona iodada durante unos días para desinfectar la sutura. Esta cirugía habitualmente se realiza con un ingreso corto o como “cirugía sin ingreso”.

 

El paciente podrá ducharse a partir del mismo día o del día siguiente a la operación, y podrá incorporarse a sus actividades habituales pronto después. El dolor postquirúrgico se controla bien en los niños con paracetamol o ibuprofeno.

 

¿Qué ventajas tiene realizar la circuncisión en la edad pediátrica?

A mi juicio, la principal ventaja es sobre todo la disminución de las molestias postquirúrgicas, pues el postoperatorio es mucho más llevadero en niños que en adolescentes o jóvenes, en los que la presencia de erecciones suele causar abundantes molestias en los primeros días tras la cirugía, por lo que requieren de la toma de más analgésicos y antiinflamatorios y baja escolar o laboral más prolongada.

Por Dr. Agustín Serrano Durbá
Urología infantil

El Dr. Agustín Serrano Durbá es un reconocido urólogo infantil en Valencia que cuenta con 30 años de excelsa trayectoria profesional. Se licenció y se doctoró en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia, y completó su formación especializándose en Urología en el Hospital Universitario Dr. Peset de Valencia. Además, cuenta también con un fellow de la Academia Europea de Urología Pediátrica. Durante su carrera se ha especializado en hipospadias, criptorquidia, hidrocele, fimosis, reflujo vesicoureteral y enuresis.

A lo largo de su trayectoria ha combinado su labor asistencial con una amplia actividad divulgativa, siendo autor y coautor de numerosas publicaciones en revistas científicas, capítulos de libros y monografías. Además, es miembro de diversas asociaciones médicas y es coordinador nacional de urología pediátrica de la Asociación Española de Urología (AEU) y Grupo de Urología Pediátrica Español (GUPE).

En la actualidad, el Dr. Serrano Durbá ejerce como especialista en Urología Infantil en el Hospital La Salud de Valencia.

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