Frenillo lingual: ¿cuál es el tratamiento logopédico?

El frenillo lingual es una banda fibrosa que une la lengua con el suelo de la boca.

¿Qué función tiene el frenillo lingual?

La función del frenillo no solo es para el habla, sino que su principal función es conseguir que tenga una correcta deglución, es decir, que sea capaz de comer y tragar de forma correcta, así como una buena pronunciación al hablar. Además, nos ayuda a dar forma al paladar, puesto que la lengua siempre se debe apoyar en las arrugas del paladar tanto para tragar como estando en reposo.

¿Qué dificultades del lenguaje pueden detectar los padres?

Las dificultades en el lenguaje son la mala pronunciación de algunos fonemas, como la /z/, /s/, /r/. Aunque, sobre todo, los padres pueden detectar dificultades desde el nacimiento, con bebés que no ganan peso, están molestos casi todo el día, que hacen daño a la madre cuando maman (grietas, mastitis…) o, todo lo contrario, ganan peso porque incluso generan una hiperproducción de leche en las madres.

Tras la operación, ¿qué tratamiento y ejercicios de Logopedia debe realizar el niño?

Tras la operación, tenga la edad que tenga el paciente, es imprescindible acudir en un plazo de 2 días desde la operación a un especialista en Logopedia especializado en terapia miofuncional, para que valore como está cicatrizando la herida y otorgue a las familias los ejercicios necesarios para rehabilitar la lengua y que el frenillo no vuelva a pegarse, dando un resultado peor de lo que estaba.

A pesar de la cirugía, ¿puede conllevar problemas logopédicos a largo plazo?

Sí, si no se trata como es debido y no se realizan los ejercicios necesarios, o nunca se ha tratado, puede dar lugar a problemas respiratorios (SAOS, respiración oral…), problemas posturales (escoliosis, cifosis, etc.), problemas de concentración (supuestos TDAH), problemas de articulación temporomandibular (por forzar la musculatura para poder tragar o hablar), problemas de articulación fonológica (no pronuncien bien la “r” fuerte u otra) y problemas de deglución (reflujos, malas digestiones, deglución disfuncional, etc.). En sí, un frenillo que no se ha tratado de bebé puede dar problemas en el futuro del adulto.