Patologías frecuentes que trata la Cirugía Plástica en niños y adolescentes

¿Qué patología suele tratar la Cirugía Plástica infantil?

Nos cuesta entender la asociación entre cirugía plástica, con su connotación más popularizada, que es la cirugía estética, y los niños. La cirugía plástica infantil es una superespecialidad médica encargada de corregir los defectos congénitos o adquiridos a lo largo de la infancia y adolescencia, evitando las secuelas funcionales o psicológicas de no haber corregido un problema a tiempo.
 

Las patologías más frecuentes son:

1. Deformidades auriculares: Las orejas de soplillo son una causa muy frecuente de malestar psicosocial en los niños. A partir de los 6-7 años puede estar indicada la cirugía si el niño lo demanda. Pero, incluso, en las primeras semanas de vida, sin necesidad de tratamiento quirúrgico, podemos resolver algunos de estos casos de forma definitiva.
2. La fisura labiopalatina: este problema consiste es la malformación congénita facial más frecuente y uno de los retos más apasionantes para el cirujano plástico. El tratamiento de estos niños precisa la atención de un equipo médico entrenado y familiarizado con su manejo.
3. Cirugía en el adolescente: Existen muchos trastornos que empiezan a manifestarse con los cambios puberales, como la patología torácica o mamaria. Además, la relación entre el cirujano y el paciente en este grupo de edad cobra especial relevancia porque el joven debe ser capaz de transmitir con confianza sus expectativas y asume su parte de responsabilidad en el proceso.
4. Nevus congénitos: no todos los lunares precisan un tratamiento quirúrgico. Pero en el caso de que el paciente no se sienta cómodo con él, o en casos seleccionados en que la presencia del lunar puede suponer un riesgo, es preferible que la cirugía la lleve a cabo un especialista.
5. Cicatrices: los accidentes son inevitables, pero sus secuelas son disimulables en muchos casos.
6. Síndrome de Poland: Se trata de una entidad poco conocida, que precisa un seguimiento largo del niño hasta el final de su desarrollo. En ella, podemos encontrar alteraciones del pecho, de la mano o de las costillas y los especialistas deben saber cuándo es el momento óptimo para cada cirugía.
7. Trastornos en el niño: Quistes, frenillos, tumores cutáneos… Y un largo etcétera de trastornos que, por su localización, deseamos que lleguen a manos de un cirujano que preste especial atención a los detalles.

¿Cuándo es necesario acudir a un cirujano plástico infantil?

En el momento del nacimiento será el pediatra el que considere que el niño puede beneficiarse de una consulta con el especialista. En estos casos, mi recomendación sería que la derivación fuera lo más precoz posible para proporcionar la información necesaria a la familia de los requerimientos y el momento óptimo de tratamiento de su hijo. Afortunadamente, en la mayoría de los casos, la patología será benigna y sin urgencia, pero conviene consultar y estar bien informado.
 

Antes de comenzar la educación primaria, sobre los 6 años, es extremadamente raro que el niño muestre complejos o inseguridades. Pero a partir de esa edad, el niño puede ya manifestar su deseo de corregir defectos con los que no se siente cómodo. No todos los casos van a requerir tratamientos quirúrgicos, pero proporcionar información a padres y pacientes permite un desarrollo del niño mucho más seguro de sí mismos.
 

La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo social del individuo y, además, una época en la que se confiere una extrema importancia a su imagen. Estar seguro con uno mismo y satisfecho con su apariencia condiciona el bienestar psicológico del joven.

¿Se toman medidas para que la experiencia del niño en quirófano no sea traumática?

Por supuesto. Dependerá en muchos casos de la edad del niño y de su capacidad de entendimiento. Pero, como norma, a los niños no se les lleva a cabo ninguna “agresión” estando despiertos. Se les sedará mediante inhalación previamente y no serán conscientes de ninguna manipulación que pueda resultarles dolorosa.
 

El ambiente en quirófano es tranquilo y relajado, con la compañía de la madre/padre hasta el último momento y, en cuanto el niño despierta, vuelve a encontrarse acompañado de su familia para que no pueda sentirse abandonado.
 

El niño se encuentra en todo momento acompañado de personal habituado al trabajo con este grupo de pacientes.

¿Cómo es el seguimiento de un niño que se ha sometido a una intervención de cirugía plástica?

La atención del niño será siempre llevada a cabo por el mismo especialista para que sienta confianza y seguridad. En ningún momento se engaña o se llevan a cabo actuaciones “por la fuerza”. Creemos que es importante la confianza del niño en el médico y, desde muy cortas edades, son capaces de entender y colaborar en el proceso que está viviendo. El niño que entiende, colabora. Por eso es importante explicarles e implicarles en el proceso.
 

Después de cualquier intervención, se llevará a cabo el seguimiento del postoperatorio en la consulta, según precise cada caso. Habitualmente, con una o dos curas es suficiente para valorar el resultado y retirar el material de sutura. Posteriormente, el cirujano indicará la necesidad de revisiones sucesivas hasta el alta definitiva.