Síndrome de piernas inquietas: el trastorno neurológico y su impacto en el sueño

Escrito por:

Dr. Diego García-Borreguero Díaz-Varela

Neurólogo

Publicado el: 23/04/2014
Editado por: Nerea Colomé Lamas


El Síndrome de Piernas Inquietas (SPI) es una afección que afecta a un porcentaje significativo de la población, estimado entre el 5% y el 10%, principalmente a partir de los cuarenta años de edad.

 

Este trastorno neurológico se caracteriza por la presencia de incomodidad en las piernas durante períodos de inactividad, siendo aliviada solamente por el movimiento.

 

El Síndrome de Piernas Inquietas puede provocar cuadros de ansiedad y depresión en el paciente
 

 

 

 

¿En qué consiste el SPI?

El síntoma cardinal del SPI es la sensación incómoda que experimentan los pacientes en sus piernas, especialmente cuando están en reposo. Esta sensación se describe como un impulso irresistible de mover las piernas, lo que puede dificultar el descanso y el sueño. Precisamente, uno de los aspectos más impactantes del SPI es su relación con los trastornos del sueño. Los síntomas tienden a intensificarse durante las últimas horas de la tarde y la noche, lo que puede llevar a dificultades para conciliar el sueño y mantenerlo durante toda la noche.

 

A medida que avanza el tiempo, el SPI tiende a evolucionar de manera crónica y gradual. En las etapas iniciales, los síntomas pueden manifestarse de manera esporádica y con una intensidad leve, sin interrumpir significativamente la vida de los afectados. No obstante, a medida que progresa, los síntomas se vuelven más frecuentes e intensos, lo que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. La falta de sueño adecuado puede llevar a somnolencia diurna, alteraciones en el estado de ánimo, como ansiedad y depresión, y en general, afectar el bienestar emocional de los pacientes.

 

 

La importancia de la detección temprana

La detección temprana y el diagnóstico preciso son fundamentales para abordar el SPI de manera efectiva. Si se sospecha la presencia del síndrome, es aconsejable buscar atención médica de un especialista en Neurología. Los médicos emplean un enfoque clínico para el diagnóstico, incluyendo pruebas de conducción nerviosa y evaluaciones del sueño. Además, se pueden realizar análisis de sangre para identificar posibles alteraciones en los niveles de hierro y ferritina, ya que se ha observado una asociación entre estas alteraciones y el SPI.

 

En casos en los que se identifiquen causas claras, como la deficiencia de hierro, el tratamiento inicial se centra en abordar esas causas subyacentes. Para aliviar los trastornos del sueño asociados al SPI, se recomienda mantener un horario de sueño regular, incorporar actividad física en la rutina y limitar el consumo de cafeína, tabaco y alcohol. En situaciones más graves, los medicamentos pueden ser considerados como parte del tratamiento. Los agonistas dopaminérgicos, utilizados comúnmente en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, y los antiepilépticos son opciones que pueden proporcionar alivio a los pacientes.

 

En resumen, el Síndrome de Piernas Inquietas es un trastorno neurológico que afecta a un porcentaje notable de la población en España. Sus síntomas, centrados en la incomodidad en las piernas durante la inactividad, pueden afectar el sueño y el bienestar emocional. La detección temprana y el enfoque multidisciplinario son esenciales para abordar esta afección y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

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