El acné puede tratarse sin apenas dejar marcas

El acné es una enfermedad de la piel causada por la obstrucción e inflamación de la glándula pilosebácea. La patogenia es compleja pero, en líneas generales, podemos decir que en su aparición influyen varios factores, como el exceso de la producción de sebo, estimulación androgénica, sobrecrecimiento de la bacteria Propionibacterium acnes, inflamación local y taponamiento folicular.

¿Cuándo es más habitual desarrollar acné?

El acné es más común en adolescentes (coincidiendo con el inicio de la pubertad y el  cambio hormonal) y adultos jóvenes.

Es habitual que curse en forma de brotes, con aparición de lesiones inflamatorias y no inflamatorias, especialmente en la cara, pero también puede afectar escote, espalda y hombros. Estos brotes pueden desencadenarse tras variaciones hormonales y emocionales, e incluso con algún alimento. También se observa cierta predisposición familiar en el acné, afectando muchas veces a varios miembros de la misma familia (padres e hijos, hermanos…).

¿Cómo valorar si un acné es grave o leve?

Se diferencian varios grados de acné según el tipo de lesión predominante: comedones, pápulas, pústulas y nódulo-quistes:

• Acné leve: comedones
• Acné moderado: pápulas-pústulas
• Acné severo: nódulo-quistes
• Acné residual: cicatrices (secuela más importante del acné)

Dentro del acné severo hay una forma aguda, afortunadamente poco frecuente, que es el acné fulminans. Asocia fiebre, malestar general y lesiones muy inflamadas y dolorosas.

Diferenciar el grado de acné es fundamental de cara el tratamiento, ya que en base al tipo de lesión predominante, se indicará un fármaco u otro. Por ello es primordial ser valorado por un dermatólogo experto en acné, ya que en función de las medidas y terapia que adopte, quedarán secuelas o no de por vida en la piel del paciente. Resulta de especial importancia tratar de forma precoz las lesiones, especialmente las inflamatorias, y no dejarlas evolucionar espontáneamente hasta su resolución, para evitar las temidas cicatrices en un futuro. No obstante, cualquier grado de acné debe ser tratado de forma correcta y cuanto antes, ya que así evitaremos que el grado de acné sea grave.

¿Todos los casos de acné requieren tratamiento? ¿Cuál se empleará?

En todos los pacientes con acné se recomiendan unos cuidados cosméticos para realizar en casa a diario. En general, se indica un jabón desengrasante para limpiar la piel por las mañanas y, a continuación, la aplicación de una crema hidratante específica para piel grasa (a ser posible con protección solar).

Por la noche, antes de ir a la cama, se aconseja limpiar la piel de nuevo, especialmente si se ha aplicado maquillaje (que debe ser oil-free) y, a continuación, la aplicación de los medicamentos tópicos (antibióticos: eritromicina, clindamicina; retinoides: adapaleno, tretinoína) o demás principios activos pautados en la consulta (exfoliantes: ácido glicólico, ácido salicílico; antiinflamatorios: peróxido de benzoílo…).

En el acné leve es suficiente con estas medidas tópicas, pero en cuanto aparecen lesiones inflamatorias (pápulo-pústulas) es recomendable asociar antibióticos orales, como las tetraciclinas (doxiciclina), en tandas de varios meses. En mujeres que asocien una clara influencia hormonal puede probarse directamente con anticonceptivos y antiandrógenos. Muchas veces la respuesta es espectacular.

Cuando el acné es más severo y profundo, o bien cuando recurre continuamente con los tratamientos mencionados, se propone iniciar terapia oral con isotretinoina (más conocido como Roacután®). Decimos los que nos dedicamos a la Dermatología que es el fármaco “fuerte” que cura de forma definitiva el acné (en un +/- 80% de los pacientes  lo hace). Para evitar recurrencias, solemos darlo en tandas de 8 meses, aunque hoy en día personalizamos los tratamientos en función del tipo de acné y edad del paciente, y podemos variar las dosis, usando dosis menores o tiempos de tratamientos más cortos.

Este fármaco deja la piel fantástica pero no está exento de algún molesto inconveniente (sequedad labial, ocular, cutánea, elevación ocasional transitoria de colesterol y transaminasas, “agujetas”…). Requiere, además, anticoncepción y análisis periódicos.

En pacientes en que no puede utilizarse medicación oral, o bien no quieren medicarse, contamos con una técnica novedosa e indolora, que es la terapia fotodinámica. Consigue en varias sesiones reducir considerablemente el acné sin necesidad de utilizar pastillas. Requiere sesiones de mantenimiento.

¿Puede el acné dejar secuelas o marcas? ¿Cómo pueden tratarse?

Respecto a las secuelas del acné, contamos con diferentes terapias muy efectivas que resolverán en gran medida las cicatrices residuales. Peelings químicos, dermoabrasión, láser fraccionado, fillers de ácido hialurónico, mesoterapia, cirugía menor, entre otros. Suelen ser necesarias varias sesiones pero merece la pena probarlas una vez resuelto el acné inflamatorio.