Efectos de la tecnología en la salud mental

Escrito por: María Marín Domínguez
Publicado:
Editado por: Nerea Colomé Lamas

En la era digital en la que vivimos, la tecnología ha permeado todos los aspectos de nuestra vida, incluida nuestra salud mental.

 

Mientras que la tecnología puede ofrecer una amplia gama de beneficios y comodidades, también puede tener efectos negativos significativos en nuestro bienestar psicológico. En este artículo, María Marín Domínguez, especialista en Psicología, explica cómo el uso excesivo de la tecnología puede afectar nuestra salud mental y qué medidas podemos tomar para mitigar estos efectos.

 

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El uso excesivo de la tecnología puede afectar nuestra salud mental

 

 

El impacto del uso excesivo de la tecnología

  1. Aislamiento social: el uso excesivo de dispositivos electrónicos, como teléfonos inteligentes y computadoras, puede llevar al aislamiento social. Pasar largas horas frente a una pantalla puede disminuir el tiempo que pasamos interactuando cara a cara con otras personas, lo que puede afectar negativamente nuestra salud mental. La falta de interacción social puede contribuir a sentimientos de soledad y depresión.
  2. Ansiedad y estrés: el constante acceso a la tecnología puede generar ansiedad y estrés. Las notificaciones constantes, los correos electrónicos y las redes sociales pueden crear una sensación de estar siempre "conectado", lo que dificulta desconectar y relajarse. Esto puede conducir a niveles elevados de estrés y dificultades para conciliar el sueño.
  3. Comparación social: las redes sociales pueden fomentar la comparación social, donde las personas comparan sus vidas con las de los demás en función de lo que ven en línea. Esto puede conducir a sentimientos de insatisfacción, baja autoestima y envidia, especialmente cuando se comparan con las vidas aparentemente perfectas que se muestran en las redes sociales.

 

Estrategias para mitigar los efectos negativos

Aunque la tecnología puede tener efectos negativos en nuestra salud mental, existen estrategias que podemos utilizar para mitigar estos efectos y fomentar un uso saludable de la tecnología.

  1. Establecer límites de tiempo: es importante establecer límites de tiempo para el uso de dispositivos electrónicos. Esto puede incluir establecer períodos de tiempo específicos durante el día para revisar correos electrónicos y redes sociales, así como apagar los dispositivos una hora antes de acostarse para facilitar un mejor descanso.
  2. Practicar la desconexión digital: dedicar tiempo a desconectarse digitalmente puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés. Esto puede incluir actividades como practicar ejercicio, meditar o pasar tiempo al aire libre sin dispositivos electrónicos.
  3. Fomentar la interacción social cara a cara: priorizar la interacción social cara a cara puede ayudar a combatir el aislamiento social causado por el uso excesivo de la tecnología. Esto puede implicar quedar con amigos o familiares para actividades sociales fuera de línea.
  4. Cultivar una actitud consciente: ser consciente de cómo y cuándo usamos la tecnología puede ayudarnos a desarrollar un mayor control sobre nuestro uso. Esto puede incluir identificar los momentos en los que recurrimos a la tecnología por hábito o aburrimiento y buscar formas alternativas de ocupar nuestro tiempo.

 

Si bien la tecnología puede ofrecer numerosos beneficios, también es importante ser consciente de los efectos negativos que puede tener en nuestra salud mental. Al establecer límites de tiempo, practicar la desconexión digital y fomentar la interacción social cara a cara, podemos promover un uso saludable de la tecnología y proteger nuestra salud mental en el proceso.

Por María Marín Domínguez
Psicología

María Marín Domínguez es una reconocida especialista en Psicología. Cuenta con más de cinco años de experiencia en su especialidad y formación. Es experta en prevenir, formar e intervenir la violencia y la desigualdad por razón de género, así como en adicciones con perspectiva de género.

Licenciada en Psicología, se ha especializado en Psicología legal y forense por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Continuó su formación en intervención en trauma, EMDR y psicología en la Universidad Internacional de La Rioja, y realizó un Máster en Psicología General Sanitaria en la misma universidad.

Actualmente, es directora clínica y psicóloga en el centro Psiqui&co, donde realiza consultas en terapia por motivos de estrésviolencia de génerodepresión, ansiedadadicciones.

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