¿Cómo podemos gestionar con nuestros hijos pequeños un confinamiento domiciliario?

Escrito por: Mariola Bonillo Díaz
Publicado:
Editado por: Nicole Márquez

Desde hace varias semana estamos viviendo el confinamiento domiciliario. Nos encontramos en un proceso constante de adaptación y conciliación. Como padres y madres prioricemos ayudar a nuestros hijos e hijas a afrontar este momento de la vida tan excepcional.

 

¿Cómo podemos ayudarles?

Ofreciéndoles cercanía, dándoles nuestro afecto, escuchándoles, comprendiéndoles, apoyándoles y favoreciendo que continúe su desarrollo evolutivo (físico, intelectual, emocional, social). Que tengan la seguridad que vamos hacer lo que esté en nuestras manos para ayudarles. Somos los responsables de prevenir que no les afecte negativamente. Y podemos hacerles ver este tiempo como una oportunidad de crecer y aprender juntos.

 

Para ayudarles a que continúe su desarrollo evolutivo, es conveniente establecer y mantener una rutina semanal y otra distinta para el fin de semana en la que sientan que estamos ahí, que cuentan con nosotros en todo momento. Lo cual les dará seguridad y tranquilidad. Dentro la rutina, debemos tener presente aspectos como la actividad intelectual, física, el manejo emocional y el contacto familiar y social tanto en casa como de manera virtual.

 

En cuanto a las emociones que nuestros hijos e hijas pueden sentir son muy diversas, al igual que las que podemos sentir nosotros. Ellos/ellas las suelen expresar a través de su comportamiento (más o menos activo, llantos, gritos, silencios), de su expresión corporal (su expresión fácil, sus movimientos) o incluso pueden llegar verbalizarlas.  Hay que tener en cuenta la etapa evolutiva en la que se encuentren.

 

En menores de 4 años, es más probable que expresen lo que sienten con su comportamiento: inquietud, apatía, irritabilidad, llanto. A partir de los 5 años, además de expresarlas corporalmente, pueden verbalizar aquellas con las que están más familiarizados cómo el agobio o el nerviosismo, la tristeza, la irritabilidad, el enfado, el miedo, el aburrimiento.  

 

En la rutina, nos podemos encontrar situaciones y emociones difíciles de gestionar. Aunque pensemos que los peques y las peques de la casa se están adaptando muy bien, que están bien en casa, es muy importante estar atentos a cómo se sienten ante estas situaciones.

 

Es conveniente mantener una rutina semanal y otra distinta para el fin de semana.

 

Algunos ejemplos de situaciones peculiares dentro de la rutina pueden ser:

  • Si observamos inquietud, nerviosismo o apatía, pueden que sienten agobiados, que sientan la necesidad del aire libre. Paremos a dedicarles tiempo para explicarles que esta situación se pasará y llegará un momento que podrán salir. Preguntarles y dejar que se expresen, escucharles con atención lo que les gustaría estar haciendo, qué echan de menos y desearían hacer al salir. Así en cuando se pueda y lo se pueda, intentaremos hacerlo. Mientras que sientan la seguridad que en este tiempo reciben lo mejor que tenemos en casa, nuestro afecto, apoyo y comprensión.
  • Si hay situaciones que les generen estrés cómo por ejemplo que les cuesta realizar las tareas escolares o la hora de vestirse, la higiene y/o alimentación, antes de insistirles a realizar la tarea, pensemos y manejemos en nuestras propias emociones: ¿cómo nos sentimos?, ¿qué que queremos que hagan por su bienestar? ¿cómo pensamos que nos van a responder?. Preparémonos para motivarles con la seguridad de lo que queremos que hagan es por su bienestar emocional y digámoslo con afecto, calma, paciencia y comprensión. Seamos flexibles y no pretendamos hacer las cosas a la perfección. Es muy importante alabar cada actividad que hagan. Así conseguiremos que mantengan la rutina y en siguientes ocasiones, les cueste menos hacerlas.
  • Si hay momentos en los que no podemos prestarles nuestra atención, por ejemplo por tener que trabajar, atender llamadas, hacer tareas del hogar, salir a comprar, hay que explicarles el porqué no podemos atenderles. Podemos ofrecerles alternativas que les generen emociones agradables y así combatir el aburrimiento, agobio, tristeza, miedo o irritabilidad, cómo que realicen actividades creativas (disfraces, teatros, dibujar, cuentos, puzles…). Importante limitar el uso de medios audiovisuales. Al finalizar lo que tengamos que hacer, volver dedicarles nuestra atención. A partir de los 7-8 años, van adquiriendo la noción del tiempo por lo que les dará seguridad saber cuando volveremos a estar con ellos/ellas.

 

Además, si tenemos que salir de casa, debemos explicarles que nos cuidaremos para no enfermar tomando las medidas de seguridad necesarias. Así les ayudaremos a gestionar el miedo y el agobio que puedan sentir.

 

Para que ayudarles a manejar las emociones que sienten al estar encerrados en casa, debemos dedicar a diario un “tiempo emocional”. Algunas herramientas para trabajar las emociones pueden ser: los cuentos, hacer dibujos, colorear, video, películas con contenido emocional, expresión mediante baile. Y muy importante, ofrecerles palabras y gestos de cariño, que sientan nuestro afecto.

 

¿Cómo gestionarlo el agobio de ver el ambiente de pánico social?

Nuestros hijos e hijas saben que la situación actual es diferente. Están en casa y no tiene contacto con el exterior salvo la información que puedan escuchar de los medios de comunicación o de su entorno presencial y virtual.  

 

Para gestionar y prevenir que se agobien ante el cambio en el ambiente social, es importante seleccionar la información que les llegue. No darles más de la que puedan procesar a su edad ni de la que deseen recibir. Preguntarles que saben del COVID- 19, qué dudas tienen, qué desean saber, qué echan de menos, qué les gustaría estar haciendo, qué sienten, entender sus emociones y animarles a realizar actividades que les hagan sentir tranquilidad.

 

Si los padres y madres afrontamos el confinamiento estando atentos a las emociones que experimentamos en casa, entiendo que es normal sentir en ocasiones tristeza, miedo, agobio, aburrimiento, irritabilidad, que vean en nosotros que podemos manejarlas, generándoles ilusión y esperanza, haremos que nuestros hijos e hijas aprendan a manejar las suyas en éstas y en futuras situaciones.
 

 

¿Cómo explicarles que los padres/madres son positivos en Covid-19?

Para explicarles si el padre o la madre es positivo en Covid- 19, en primer lugar tenemos que tener en cuenta la edad de nuestros hijos e hijas. Antes de los 6 años, aun su nivel cognitivo no está preparado para asimilar información sobre que son las enfermedades médicas. A partir de los 7-8 años, es empiezan a entender un poco más que es una enfermedad y la muerte. Y es a los 9-10 años cuando adquieren el concepto de irreversibilidad de la muerte.


Por otro lado, ¿cómo explicárselo? La información debe ser sencilla, que les de seguridad, que perciban la situación controlada, que ellos van a estar bien, que lo que se puede hacer por ellos/as se va hacer y que su padre o madre recibirá la atención y ayuda que necesite tanto si es en casa, en una habitación aislada como en el hospital. Ofrecerles la oportunidad de preguntar pero limitar la información que consideremos que pueden procesar. En la medida de lo posible, hacer que se comuniquen mediante videollamada tanto si están en casa como si es hospitalización para calmar las ganas de ver a su padre/ madre. Y sobre todo, estar muy atentos a las emociones que puedan sentir para ayudarles a manejarlas.

 

 Mariola Bonillo Díaz

Por Mariola Bonillo Díaz
Psicología

Mariola Bonillo Díaz está especializada en Psicología Clínica. Destaca en la Psicología de menores y adolescentes, abordando problemática emocional o comportamental, considerando indispensable trabajar también con los padres y madres.

Formada en Psicología perinatal, abarca los aspectos psicoafectivos en momentos como la concepción, embarazo, parto y postparto, así como los surgidos ante una pérdida perinatal o procesos de duelo perinatal. También es Especialista en Terapia de Pareja y Terapia Sexual, realizando el abordaje clínico de los conflictos de la pareja, de cualquier problema sexual del hombre o de la mujer, e incluso de disfunciones sexuales derivadas de enfermedades crónicas. Combina su práctica en clínica con la impartición de cursos y es miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS).


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