¿Cómo hacer frente psicológicamente a una dieta?

Escrito por: Carlos Antonio Rodríguez Méndez
Publicado: | Actualizado: 16/03/2023
Editado por: Margarita Marquès

El cuerpo y la mente son disciplinas muy relacionadas, porque las ciencias que estudian ambas, psicología y nutrición, conforman estrategias conjuntamente que preparan de forma adecuada una lucha que cada vez preocupa más a la sociedad: la batalla por perder peso.

 

Una dieta estricta de adelgazamiento supone
una exigencia que va mucho más allá del propio estómago

 

El impacto de los pensamientos originados en nuestra mente influye directamente no solamente en cómo nos vemos, sino también en cómo queremos definir nuestra figura.

 

Antes de empezar la dieta: la fuerza de voluntad

Antes de empezar un programa nutricional con el objetivo de acercarse al peso ideal, hay que ser consciente del sacrificio que supone y estar preparado. Una dieta estricta de adelgazamiento supone una exigencia que va mucho más allá del propio estómago y que afectará a los ingredientes, los horarios y rutinas, el seguimiento del programa y las cantidades.

 

Todo esto, además, exige una paciencia infinita con los tiempos que el cuerpo marca. El cuerpo no se puede modificar de la noche a la mañana y, mucho menos, desacostumbrarse a unos hábitos para acostumbrarse a otros de forma inminente.

 

De esta manera, el éxito o fracaso depende de la urgencia o reflexión sobre lo que realmente necesitamos. Establecer un objetivo realista e ir a por él, con datos y cifras claras que nos muestren la curva de nuestra evolución y la competencia de nuestra voluntad.

 

Conseguir el aspecto deseado supone, por tanto, poner sobre la mesa la fuerza de voluntad para evaluarla y aceptar hasta dónde estamos dispuestos a llegar. Siempre y cuando no pongas en peligro tu salud, tu esfuerzo definirá los kilos que más adelante nos dirán adiós.

 

Ejercitar la mente en este aspecto será el primer paso que nos dirija a una mayor resistencia al sufrimiento, una actitud más positiva y, en definitiva, el alcance de la recompensa final.

 

Durante la dieta: el equilibrio emocional

Generalmente, los programas rápidos de bajada de peso suponen cambios muy estrictos en los hábitos alimentarios, sin tener en cuenta las consecuencias para la salud. Estas dietas pueden provocar alteraciones físicas y psíquicas como irritabilidad, cansancio, tristeza, apatía, dolores de cabeza y dificultades en el sueño.

 

Por este motivo, es necesario evitar este tipo de restricciones, porque a la larga pueden ser el primer motivo para el abandono.

 

Muchos estudios se contradicen sobre las consecuencias psicosociales de estas dietas exprés, asegurando que en algunos casos se obtienen beneficios instantáneos derivados de la mejora de la imagen, mientras otros critican la ansiedad y depresión que se provoca.

 

En cualquier caso,  todo depende de la persona y del caso concreto. En conclusión, es necesario advertir de que los cambios físicos que esperamos con la dieta pueden ir acompañados también de cambios psicológicos que no esperábamos al inicio. Ser conscientes de ello y encontrar el punto medio de equilibrio, manteniendo el foco en el objetivo final, nos acercará a él.

 

Al terminar la dieta: vida lenta, slow eating

Este es quizá el momento de mayor importancia del programa nutricional y mental. Alcanzar el peso ideal y la figura delineada deseada no es el final. De hecho, es el momento de mayor conciencia para evitar retroceder.

 

Por eso, es importante seguir el slow eating, un término que se refiere al movimiento internacional denominado slow life, que propone aprovechar cada momento siendo conscientes de cada acción que realizamos.

 

De forma aproximada a las meditaciones de conciencia plena o mindfulness, quienes disfrutan de una slow life disfrutan de los pequeños placeres del día como darse una ducha, cocinar o comer. Promover esta filosofía por el gusto por la gastronomía y el cuidado de los alimentos nos ayudará a fijar unos hábitos que ya hemos experimentado durante la dieta.

 

Algunos consejos de los slow fooders podrían ser:

  • Informarse de lo que comes: es importante conocer los tipos de grasas, los alimentos o bebidas, el aporte nutricional de cada ingrediente y programar los menús en función de lo que el cuerpo te pide.
  • Disfruta de la cocina: cocinar desde cero y a fuego lento como lo hacían antaño es tu gran aliado para una vida saludable
  • Espera 30 segundos entre bocados: masticar bien los alimentos da tiempo al organismo a experimentar la sensación de saciedad, para evitar comer más y ganar peso.
  • Come sin prisas: disfruta del tiempo para comer, porque la señal que envía el estómago al cerebro para indicarle que ya se siente saciado tarda 20 minutos en llegar.

Por Carlos Antonio Rodríguez Méndez
Psicología

Carlos Antonio Rodríguez Méndez es un reputado psicólogo de Madrid, experto en los tratamientos de Psicología general, infanto - juvenil, coaching, cognitivo - conductual, crisis de pareja y duelo, entre otros. 

Su desempeño profesional como ingeniero en distintas empresas le permitió conocer de primera mano la importancia vital que tienen las personas en una empresa. Esto le llevó a estudiar Psicología y a viajar a más de 50 países, donde aprendió a conocer sus culturas.

Carlos Rodríguez rechaza los juicios y utiliza una metodología de trabajo basada en la escucha activa y la empatía con el paciente. 

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