Cirugía vascular periférica

 

¿Qué es la cirugía vascular periférica?

La enfermedad vascular periférica es principalmente una obstrucción o un daño que se produce en los vasos sanguíneos que se encuentran lejos del corazón, es decir, las arterias y las venas periféricas. Estas obstrucciones generan un estrechamiento en las venas y en las arterias, acumulándose las conocidas placas de ateroma en las paredes de los vasos debido a un exceso de colesterol.

La enfermedad vascular periférica afecta tanto a hombres como a mujeres, y existen una serie de factores de riesgo que predisponen a una persona a padecerla:

En este caso, la cirugía vascular periférica es la rama de la medicina que se encarga del tratamiento de los vasos sanguíneos que abarcan todas las partes del cuerpo a excepción del corazón y del cerebro.

Así, la cirugía vascular periférica abarca las siguientes áreas:

  • Enfermedad de la aorta
  • Enfermedades vasculares en los miembros inferiores
  • Varices
  • Varices por radiofrecuencia
  • Drenaje linfático
  • Cirugía abierta
  • Cirugía venosa
  • Intervenciones endovasculares e intervenciones endovasculares venosas.
     

¿Por qué se realiza la cirugía vascular periférica?

La cirugía vascular periférica se lleva a cabo con el fin de poner una solución a las enfermedades vasculares que afectan a las arterias y a los vasos sanguíneos, siempre con la excepción del corazón y del cerebro, en cuyo caso se encargan el Cardiólogo y el Neurólogo respectivamente.

Cuando una persona padece una enfermedad vascular periférica (EVP) se produce un daño o una obstrucción en los vasos sanguíneos del cuerpo, siendo ésta la principal causa de la enfermedad de las arterias la arterioesclerosis.

Normalmente, las zonas del cuerpo que más afectadas se ven por la EVP son las arterias de las piernas, aunque en ocasiones también se ven afectadas las carótidas y la aorta.

El signo más habitual de la EVP es un dolor similar al de un calambre, conocido como claudicación intermitente, que aparece en las piernas y que se da cuando el afectado camina.

El adormecimiento o el temblor en las piernas es otro de los signos habituales, y en casos extremos puede llegar a darse también en momentos de reposo.

Los cambios de color en la piel de la zona afectada son habituales también, así como la caída de pelo en la zona afectada. En casos muy extremos puede darse gangrena.

Los afectados por la enfermedad vascular periférica corren riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, así como ictus.

 

Las piernas son la parte corporal más afectada por la enfermedad vascular periférica.

 

¿En qué consiste la cirugía vascular periférica?

Antes de llevar a cabo la cirugía vascular periférica debe tratar de reducirse o controlarse la enfermedad con una serie de hábitos positivos, como por ejemplo reducir el consumo de alimentos altos en colesterol, aumentando la cantidad de ejercicio físico realizado y, en el caso de ser fumador, abandonando el hábito de fumar.

En el caso de que se hayan cambiado los hábitos de vida y no haya sido suficiente, existen diversas formas de tratar los vasos sanguíneos para acabar con la obstrucción y reactivar de nuevo el flujo sanguíneo. 

Una de ellas es a través del tratamiento con medicamentos, ya sean para aliviar síntomas, prevenir coágulos, controlar la presión y bajar el colesterol.

No obstante, existen casos en los que es necesario llevar a cabo una cirugía para tratar la obstrucción arterial.

  • Angioplastia: consiste en dilatar una estenosis arterial a partir de la introducción de un catéter con un balón inflable. Solamente se lleva a cabo
  • Cirugía de bypass: gracias a esta técnica se mejora la circulación de las arterias gracias a una implantación venosa o sintética que logre evitar o salvar la obstrucción en una zona muy estenosada.
  • Terapia trombolítica: consiste en la inyección de uno o varios medicamentos que logran diluir el coágulo que bloquea la arteria.
  • Simpaticectomía lumbar: consiste en una intervención quirúrgica en la que se interviene una parte de las vías nerviosas simpáticas, encargadas de su constricción. Una vez que se logra extirpar el bulto, el vaso se relaja y se expande, permitiendo un mayor flujo de sangre.
     

Preparación para la cirugía vascular periférica

De cara a someterse a un procedimiento de cirugía vascular no es necesaria una preparación previa exhaustiva.

Es necesario que el paciente y el especialista se hayan visto antes, ya que el especialista debe conocer la historia clínica del paciente. A su vez, es necesario también realizar una valoración pre-anestésica.

Una vez que el paciente cumple todos los requisitos y ha acudido a la consulta, es posible que sea necesaria la rasuración de la zona a intervenir. En el caso de que el paciente tome anticoagulantes, debe suspender su tratamiento según la indicación médica.

Por otro lado, el paciente debe ser operado habiendo realizado un ayuno previo de un mínimo de seis horas.
 

Cuidados tras la cirugía vascular periférica

Los cuidados tras someterse a una cirugía vascular periférica variarán en función de si la intervención ha sido o no ambulatoria.

En el caso de que la intervención haya sido a cirugía abierta, se habrá realizado un corte o una incisión en la zona en la que la arteria o el vaso sanguíneo se encuentran bloqueadas, y esta incisión puede provocar molestias o dolor durante los primeros días tras la intervención.

Una vez que han pasado varios días tras la intervención, el paciente podrá comenzar a caminar sin la necesidad de descansar, y se recomienda que se hagan distancias cortas con tres o cuatro salidas diarias.
 

Alternativas a este tratamiento

Las principales alternativas a la cirugía vascular periférica son los métodos no invasivos que pueden remitir o controlar los problemas de obstrucción arterial. 

21-09-2023
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Cirugía vascular periférica

Dr. Juan Bautista Cubells Fuentes - Angiología y Cirugía vascular

Creado el: 10-01-2019

Editado el: 21-09-2023

Editado por: Leo Santos

 

¿Qué es la cirugía vascular periférica?

La enfermedad vascular periférica es principalmente una obstrucción o un daño que se produce en los vasos sanguíneos que se encuentran lejos del corazón, es decir, las arterias y las venas periféricas. Estas obstrucciones generan un estrechamiento en las venas y en las arterias, acumulándose las conocidas placas de ateroma en las paredes de los vasos debido a un exceso de colesterol.

La enfermedad vascular periférica afecta tanto a hombres como a mujeres, y existen una serie de factores de riesgo que predisponen a una persona a padecerla:

En este caso, la cirugía vascular periférica es la rama de la medicina que se encarga del tratamiento de los vasos sanguíneos que abarcan todas las partes del cuerpo a excepción del corazón y del cerebro.

Así, la cirugía vascular periférica abarca las siguientes áreas:

  • Enfermedad de la aorta
  • Enfermedades vasculares en los miembros inferiores
  • Varices
  • Varices por radiofrecuencia
  • Drenaje linfático
  • Cirugía abierta
  • Cirugía venosa
  • Intervenciones endovasculares e intervenciones endovasculares venosas.
     

¿Por qué se realiza la cirugía vascular periférica?

La cirugía vascular periférica se lleva a cabo con el fin de poner una solución a las enfermedades vasculares que afectan a las arterias y a los vasos sanguíneos, siempre con la excepción del corazón y del cerebro, en cuyo caso se encargan el Cardiólogo y el Neurólogo respectivamente.

Cuando una persona padece una enfermedad vascular periférica (EVP) se produce un daño o una obstrucción en los vasos sanguíneos del cuerpo, siendo ésta la principal causa de la enfermedad de las arterias la arterioesclerosis.

Normalmente, las zonas del cuerpo que más afectadas se ven por la EVP son las arterias de las piernas, aunque en ocasiones también se ven afectadas las carótidas y la aorta.

El signo más habitual de la EVP es un dolor similar al de un calambre, conocido como claudicación intermitente, que aparece en las piernas y que se da cuando el afectado camina.

El adormecimiento o el temblor en las piernas es otro de los signos habituales, y en casos extremos puede llegar a darse también en momentos de reposo.

Los cambios de color en la piel de la zona afectada son habituales también, así como la caída de pelo en la zona afectada. En casos muy extremos puede darse gangrena.

Los afectados por la enfermedad vascular periférica corren riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, así como ictus.

 

Las piernas son la parte corporal más afectada por la enfermedad vascular periférica.

 

¿En qué consiste la cirugía vascular periférica?

Antes de llevar a cabo la cirugía vascular periférica debe tratar de reducirse o controlarse la enfermedad con una serie de hábitos positivos, como por ejemplo reducir el consumo de alimentos altos en colesterol, aumentando la cantidad de ejercicio físico realizado y, en el caso de ser fumador, abandonando el hábito de fumar.

En el caso de que se hayan cambiado los hábitos de vida y no haya sido suficiente, existen diversas formas de tratar los vasos sanguíneos para acabar con la obstrucción y reactivar de nuevo el flujo sanguíneo. 

Una de ellas es a través del tratamiento con medicamentos, ya sean para aliviar síntomas, prevenir coágulos, controlar la presión y bajar el colesterol.

No obstante, existen casos en los que es necesario llevar a cabo una cirugía para tratar la obstrucción arterial.

  • Angioplastia: consiste en dilatar una estenosis arterial a partir de la introducción de un catéter con un balón inflable. Solamente se lleva a cabo
  • Cirugía de bypass: gracias a esta técnica se mejora la circulación de las arterias gracias a una implantación venosa o sintética que logre evitar o salvar la obstrucción en una zona muy estenosada.
  • Terapia trombolítica: consiste en la inyección de uno o varios medicamentos que logran diluir el coágulo que bloquea la arteria.
  • Simpaticectomía lumbar: consiste en una intervención quirúrgica en la que se interviene una parte de las vías nerviosas simpáticas, encargadas de su constricción. Una vez que se logra extirpar el bulto, el vaso se relaja y se expande, permitiendo un mayor flujo de sangre.
     

Preparación para la cirugía vascular periférica

De cara a someterse a un procedimiento de cirugía vascular no es necesaria una preparación previa exhaustiva.

Es necesario que el paciente y el especialista se hayan visto antes, ya que el especialista debe conocer la historia clínica del paciente. A su vez, es necesario también realizar una valoración pre-anestésica.

Una vez que el paciente cumple todos los requisitos y ha acudido a la consulta, es posible que sea necesaria la rasuración de la zona a intervenir. En el caso de que el paciente tome anticoagulantes, debe suspender su tratamiento según la indicación médica.

Por otro lado, el paciente debe ser operado habiendo realizado un ayuno previo de un mínimo de seis horas.
 

Cuidados tras la cirugía vascular periférica

Los cuidados tras someterse a una cirugía vascular periférica variarán en función de si la intervención ha sido o no ambulatoria.

En el caso de que la intervención haya sido a cirugía abierta, se habrá realizado un corte o una incisión en la zona en la que la arteria o el vaso sanguíneo se encuentran bloqueadas, y esta incisión puede provocar molestias o dolor durante los primeros días tras la intervención.

Una vez que han pasado varios días tras la intervención, el paciente podrá comenzar a caminar sin la necesidad de descansar, y se recomienda que se hagan distancias cortas con tres o cuatro salidas diarias.
 

Alternativas a este tratamiento

Las principales alternativas a la cirugía vascular periférica son los métodos no invasivos que pueden remitir o controlar los problemas de obstrucción arterial. 

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