SIBO desde el punto de vista nutricional: estrategias para una digestión saludable

El síndrome del intestino delgado con sobrecrecimiento bacteriano (SIBO) es una afección gastrointestinal cada vez más común que afecta a miles de personas en todo el mundo. Desde una perspectiva nutricional, es esencial comprender cómo manejar esta condición para mejorar la calidad de vida de los pacientes que la padecen. A propósito de esto, la especialista en Nutrición y dietética Lorena Calvo Liébana dedica este artículo a explorar las estrategias nutricionales más efectivas para controlar los síntomas de SIBO y promover una digestión saludable en el paciente.
 

¿Qué es el SIBO?

El SIBO se produce cuando hay un exceso de bacterias en el intestino delgado, el cual normalmente debería tener pocas bacterias en comparación con el colon. Estas bacterias adicionales pueden interferir con la absorción adecuada de nutrientes y causar síntomas molestos como:

• Dolor abdominal.
• Diarrea.
• Hinchazón.
   

¿Cómo se trata desde un punto de vista nutricional?

Existen múltiples estrategias para controlar los síntomas del SIBO, entre las que se encuentran:

• Llevar una dieta baja en FODMAPs. Esta es una medida utilizada muy comúnmente para el tratamiento del SIBO. Los FODMAPs son carbohidratos como las cebollas, el ajo, el trigo y ciertos tipos de fruta. Estos alimentos tienden a fermentar en el intestino, lo cual puede empeorar los síntomas del SIBO. Por lo tanto, llevar una dieta baja en FODMAPs puede provocar una mejora significativa en el bienestar de los pacientes que padecen SIBO.
• Evitar el alcohol y la cafeína. El alcohol y la cafeína pueden irritar el revestimiento del intestino y empeorar los síntomas del síndrome del intestino delgado con sobrecrecimiento bacteriano. En este sentido, es fundamental que los pacientes limiten el consumo de estas sustancias para reducir la inflamación y el malestar gastrointestinal. Algunas alternativas para evitar el consumo de cafeína son las infusiones de hierba, el té sin cafeína y, por supuesto, el agua.
• Consumir alimentos ricos en probióticos y prebióticos. El equilibrio adecuado de bacterias en el intestino es crucial para una buena salud digestiva. Los probióticos son cepas beneficiosas de bacterias que pueden ayudar a restaurar este equilibrio. Los prebióticos, por otro lado, son fibras no digeribles que actúan como alimento para las bacterias saludables en el intestino. En consecuencia, consumir alimentos ricos en probióticos, como el yogur y el kéfir, junto con prebióticos, como plátanos y espárragos, puede ser beneficioso para las personas con SIBO.

Además de todas estas medidas, en términos generales, es esencial mantener un equilibrio nutricional adecuado para apoyar la salud intestinal. Consumir una variedad de alimentos frescos y no procesados, ricos en fibra, vitaminas y minerales, puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la función digestiva.