La dislexia dentro del espectro de las dificultades de aprendizaje

Autore: Gladys Veracoechea Troconis
Pubblicato: | Aggiornato: 13/06/2023
Editor: Margarita Marquès

Las dificultades de aprendizaje son dificultades para aprender algunas habilidades que permiten a los niños funcionar de manera adecuada en el área escolar. Afectan a niños que, estando dentro de un ambiente estimulante para adquirir los aprendizajes escolares, no lo logran o lo logran con lentitud y mucho esfuerzo.

 

Hay dificultades de aprendizaje que pueden solucionarse con un programa de rehabilitación específica. Otras dificultades más acentuadas implican un problema del neurodesarrollo infantil que impide que estos aprendizajes se adquieran de forma natural y fluida.

 

Entre los trastornos de aprendizaje más comunes del ámbito escolar, encontramos la dislexia, la disgrafía, la disortografía y la discalculia.

 

Debemos brindar todas las herramientas a los niños que sufren dislexia para
que puedan aprender a convivir con su dificultad de la mejor manera

 

¿Cuándo decimos que un niño tiene dislexia?

La dislexia es un trastorno muy complejo que se refiere a las áreas del desarrollo que no han logrado el nivel adecuado para permitir que la lectura se logre de una forma natural.

 

Según Cristina Belló Emilas, psicóloga especialista en dislexia, “decimos que un niño es disléxico cuando nos referimos a una condición de disfuncionamiento del sistema nervioso que hace que, si se le enseña a leer, no lo consiga y, por lo tanto, en ese momento, recibe el diagnóstico de dislexia”. Sin embargo, “un disléxico puede mantenerse asintomático si ha recibido una buena rehabilitación, y puede llegar a no presentar dislexia”.

 

La mayoría de los niños aprenden a leer sin darse cuenta. Pero en el caso de algunos niños, el proceso no se da de esta manera natural. Estos niños olvidan las letras, confunden sus sonidos, cambian la b y la d, confunden el 3 y la E, la S y el 5, la derecha y la izquierda, se desubican en el plano espacial, etc.

 

¿La dislexia se hereda?

La dislexia tiene una base hereditaria, relacionada con el funcionamiento de las áreas cerebrales que facilitan la lectura. La prevalencia de niños con padres disléxicos estaría entre el 30 y el 40%.

 

¿Se puede “medir” la dislexia?

En la actualidad, existen pruebas psicológicas que pueden medir la dislexia. Nos dan algunos datos cuantitativos, pero según mi criterio no abarcan todo el espectro de condiciones que pueden influir para que un niño sea disléxico.

 

Por lo tanto, la exploración debe abarcar un amplio abanico de actividades para obtener información sobre las áreas del desarrollo y ser muy cuidadosos con el diagnóstico, ya que no siempre es fácil diferenciar un retraso madurativo de unos indicadores de una futura dislexia.

 

¿Se puede prevenir la dislexia?

Durante la primera infancia, debemos estar atentos a las señales si un niño tiene mayor riesgo de ser disléxico, pero debemos actuar con prudencia y no etiquetarlo. El diagnóstico de dislexia no puede hacerse de forma definitiva sin que el niño haya superado la edad en la que ya debería saber leer.

 

Tampoco vamos a prevenir la dislexia: podemos reducir sus efectos con un buen programa de rehabilitación, pero el niño disléxico siempre será disléxico. No todos los niños disléxicos son iguales, no hay un plan de intervención común para todos los niños con un trastorno de aprendizaje. La ayuda que se le brinde a un niño debe ser diseñada para ese niño en particular, de acuerdo al psicodiagnóstico realizado por un especialista en Psicología.

 

Hay numerosos indicadores que pueden alertarnos y pueden servir de base para empezar a trabajar con ese niño las áreas deficitarias y, así, minimizar las dificultades que puede presentar en un futuro.

 

Durante la edad preescolar debemos tomar en consideración si el niño presenta dificultad para:

  • Identificar y nombrar colores
  • Identificar, nombrar y reproducir las figuras geométricas básicas
  • Identificar y nombrar, de forma constante, las vocales y los números
  • Adquirir el lenguaje verbal
  • Identificar derecha e izquierda en su propio cuerpo
  • Realizar actividades que impliquen habilidad psicomotriz (gruesa o fina)
  • Orientarse en el espacio
  • Ordenar secuencias visuales y aprender secuencias auditivas (días de la semana, meses del año)
  • Centrar su atención en determinadas actividades
  • Discriminar figura-fondo visual y figura-fondo auditivo

 

Si se detectan los indicadores señalados con anterioridad, es el momento de empezar a trabajar con él, sin esperar a ver si lo soluciona “solo”. Todos estos indicadores pueden ser detectados por los profesores de educación infantil, quienes juegan un rol excepcional en la prevención de las dificultades en los niños.

 

En estos casos, puede implementarse un plan de rehabilitación de sus áreas deficitarias y de esta manera quizás lograr que el niño (que puede ser disléxico) se mantenga asintomático en cuanto a lectura se refiere, lo cual favorecerá su desenvolvimiento dentro del área escolar.

 

Posteriormente, durante inicios de la edad escolar, se podrían observar dificultades más acentuadas, ya que en estas edades (7-8 años) la mayoría de los niños ya han logrado el aprendizaje formal de la lectura y la escritura, con los errores ortográficos naturales que irán adquiriendo a medida que progresan en sus aprendizajes. Es cuando el niño disléxico destaca más del resto del grupo: la lectura se le está convirtiendo en un problema.

 

En la edad escolar, algunos de los indicadores de una dificultad importante en lectura, son los siguientes:

  • Dificultad de asociación fonema-grafema y en la lectura de pseudopalabras
  • Omisiones, trasposiciones e inversiones de letras
  • Dificultad en la lectura sílabas complejas e inversas
  • Escritura con muchos errores ortográficos, además de los señalados anteriormente
  • Confusión entre números
  • Dificultad para comprender instrucciones (por ejemplo: en los exámenes) y dificultades de concentración, atención sostenida
  • Problemas de orientación espacial y de lateralidad (cruzada o no definida)
  • Dificultad para comprender lo que lee

 

En relación al aspecto emocional no perdamos de vista que cualquier niño que presente alguna dificultad de aprendizaje, puede tener consecuencias en el plano emocional. Su autoestima sufre por los constantes fracasos escolares, su pobre ejecución con respecto al grupo de compañeros, las bajas notas obtenidas a pesar de su esfuerzo, etc.

 

La dislexia la conocemos desde afuera, pero quien realmente la conoce desde dentro y sufre sus efectos es el propio niño, a quien debemos cuidar, alentar y brindarle todas las herramientas para aprender a convivir con su dificultad de la mejor manera, progresar en las áreas que sea posible y a obtener logros que favorezcan su autoestima.

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

Gladys Veracoechea Troconis
Psicologia dell'infanzia e dell'adolescenza

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

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