Técnicas de Neurofeedback: entrenando la mente para una mejor salud mental y cognitiva

El neurofeedback es una técnica de entrenamiento cerebral por medio de la cual el cerebro aprende a modificar algunos aspectos de su actividad. De este modo, se consigue una reducción de las ondas cerebrales que están desreguladas y se aumentan las que proporcionan una actividad cerebral más funcional y regularizada, manteniendo estos efectos de modo duradero a lo largo del tiempo.

El objetivo de esta terapia, por lo tanto, es conseguir mejoras o la recuperación total en los síntomas mentales, físicos o cognitivos que presenta el paciente.

Nuestro cerebro, gracias a la plasticidad neuronal, tiene una gran capacidad de aprender y modificar aprendizajes previos que no le reporten los resultados deseados.

El neurofeedback funciona por condicionamiento operante y se basa en la capacidad que posee ese cerebro para aprender y repetir conductas que conlleven consecuencias positivas.

De hecho, es mucho más probable que repitamos conductas que nos conlleven consecuencias positivas que negativas y eso es en lo que se basa el neurofeedback.

En el neurofeedback se entrena al paciente para conseguir que produzca ciertos patrones de ondas cerebrales que son reforzados de forma positiva, a través del aumento o disminución de la actividad cerebral localizada. De este modo, conseguimos reducir los síntomas negativos y aumentar o potenciar los positivos.

Así, los patrones anómalos de la actividad cerebral pueden ser reducidos, modificados o eliminados de los síntomas del paciente.

¿Cómo se lleva a cabo?

En la sesión de neurofeedback recogemos, de modo no invasivo y totalmente indoloro, información precisa del funcionamiento de nuestra actividad cerebral. Ésta, por medio de un feedback visual o auditivo, irá modificando y regulando su funcionamiento con la aplicación del programa de entrenamiento realizado por el terapeuta específicamente adaptado a cada caso.

Lo único que debe hacer la persona es prestar atención al feedback que se le vaya facilitando, que siempre dependerá del funcionamiento que esté llevando a cabo su cerebro. De este modo, el terapeuta irá adaptando el feedback visual o auditivo al ritmo de aprendizaje de la persona.

Colocamos unos sensores o electrodos en las áreas determinadas previamente tras la evaluación por Qeeg o mapa cerebral. Estos electrodos únicamente captan la señal de las ondas cerebrales. En ningún caso, generan ningún tipo de estímulo eléctrico ni de otro tipo.

El terapeuta programa el feedback o retroalimentación auditiva o visual que va recibiendo la persona. Durante la sesión, este refuerzo o “premio” se irá modificando en función de la actividad cerebral guiando esta a niveles adecuados.

Es como si premiáramos la actividad cerebral adecuada y no la inadecuada por medio del feedback para ir consiguiendo un patrón de actividad cerebral adecuada y así disminuir o hacer desaparecer la sintomatología por la que acude a terapia el paciente.

Así entrenamos poco a poco al cerebro para generar una actividad más normalizada.

¿Puede conllevar riesgos este tipo de terapia?

Si se aplica de un modo correcto, científico y profesional, es una técnica que no conlleva riesgos.

Todo lo que genera un efecto positivo, mal utilizado, puede conllevar consecuencias negativas. Por ejemplo, beber agua diariamente es positivo, pero beber 20 litros al día ya no.

Por eso hay que destacar la importancia de que la terapia se lleve a cabo por un especialista en salud mental cualificado y certificado en este tipo de neuroterapias, como es el caso de nuestro centro.

Esta terapia siempre debe realizarse tras en un diagnóstico previo por medio de mapeo cerebral o Qeeg, ya que está demostrado que, en muchos trastornos (por ejemplo, TDAH), presentan perfiles de actividad cerebral distintos. Por eso, no se debe realizar la terapia basándonos en los síntomas, sino en la actividad cerebral de cada paciente.

¿Qué es el Qeeg o mapeo cerebral?

El Qeeg, también llamado mapa o cartografía cerebral, es una técnica de evaluación por medio de la cual establecemos el diagnóstico y determinamos las áreas de interés sobre las que actuar y en las que colocaremos, posteriormente, los sensores en el entrenamiento.

Se trata de un método totalmente inocuo e indoloro en el cual, colocando un gorro con sensores o electrodos en la cabeza del paciente, realizamos un electroencefalograma (EEG) para registrar su actividad cerebral a través de un software especializado.

Este EEG posteriormente se procesa y cuantifica (Qeeg significa EEG cuantificado) para analizar la actividad cerebral, si se desvía de lo adecuado y así delimitar y precisar las áreas y localizaciones precisas sobre las que debemos actuar en la aplicación del neurofeedback posterior.

Áreas de aplicación y eficacia del Neurofeedback

Dentro de las principales áreas aplicación del neurofeedback se encuentran:

• Ansiedad.
• Depresión.
• Trastorno por déficit atencional (TDA, TDAH).
• Insomnio.
• Trauma emocional.
• Trastorno obsesivo-compulsivo.
• Migrañas o dolores de cabeza.
• Lesiones cerebrales.
• Dependencias químicas.

El entrenamiento en neurofeedback es una técnica que se fundamenta en la neurociencia básica y aplicada, así como en la evaluación clínica y psicométrica.

Sus inicios se remontan a 1969 con las investigaciones de Sterman Estudiaron para entrenar a los gatos con el objetivo de producir, voluntariamente, un patrón concreto de ondas cerebrales, el SMR, ofreciendo una recompensa de comida cuando lo producían. Los gatos cumplieron fácilmente la tarea.

Lubar y Shouse (1976) siguieron con una investigación en niños con TDAH, demostrando que el Neurofeedback podía disminuir su sintomatología.

Estos estudios pioneros dieron lugar a un mayor número de investigaciones que continuaron mostrando eficacia de esta técnica en múltiples áreas, ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático. Incluso es ampliamente utilizada como técnica para mejorar el rendimiento en deportistas, músicos, etc.

La Asociación Americana de Psicología ha respaldado la inclusión del QEEG y del neurofeedback, siempre y cuando la práctica se lleve a cabo por psicólogos que posean una adecuada formación.

Así mismo la American Academy of Pediatrics (AAP) la avala como un tratamiento recomendado para el TDAH.

Se considera una técnica con beneficios contratados por National Collaborating Centre for Mental Health (NCCMH), el NIHSS, The Association for Applied Psychophysiology and Biofeedback (AAPB), Biofeedback Certification International Alliance (BCI), o la International Society for Neurofeedback and Research (ISNR).