Los hilos tensores: un aliado contra el envejecimiento

Written by: Dra. Luisa Jordan Oncins

Published: 05/10/2023

Edited by: Margarita Marquès

Los hilos tensores son unos hilos que tienen anclajes diferentes para estirar la piel. Existen múltiples tipos de hilos tensores y el diagnóstico y sus indicaciones se realizan de forma personalizada por parte de un especialista en Medicina Estética.

La duración del procedimiento suele ser de, aproximadamente, 45 minutos, y se colocan con una cánula a través de un pequeño agujero en la grasa subcutánea, encima del musculo y debajo de la piel.

Los hilos tensores suelen durar un año y medio o dos, dependiendo del ritmo de envejecimiento y el estado de la piel.

Antes del tratamiento con hilos tensores, el terreno debe de estar en
condiciones, de manera que el terreno debe reestructurarse y posicionarse

¿Quiénes son los candidatos ideales para este procedimiento?

Los candidatos ideales para los hilos tensores son:

Cualquier persona es apta para hilos tensores para remodelar la forma de su cara.
Personas con caras gruesas para redefinir, pues el hilo es lipolítico.
Personas a partir de 50 años, todas necesitarían.
Personas de caras delgadas y con flacidez que no se resuelve con estimuladores de colágeno y o rellenos.
Brazos con flacidez.
Abdómenes con flacidez.
Entrepiernas con flacidez.
Cualquier cuello aparte de estimuladores necesita hilos tensores.
Caras con sobrepeso jóvenes que quieren estilizar sus caras.

Prácticamente cualquier persona es apta para la multitud de hilos que existen hoy día en el mercado, después de un estudio apropiado.

¿Cuáles son los posibles riesgos y efectos secundarios asociados al uso de hilos tensores?

Los riesgos y efectos secundarios que pueden aparecer son:

Que se note el hilo.
Que se note el agujero del punto de entrada.
Infecciones, aunque es muy raro que aparezcan.
Que se enganche alguna espícula a la piel.
Mala colocación del hilo, ya sea demasiado superficial o profundo.
Granuloma en el nudo.
Que se vea o note el nudo final.
Que el hilo se mueva (hay que elegir buenos hilos).
Morados o hematomas.
Que no hagan nada, suele ser por mal terreno o malas condiciones de la piel.
No elegir el hilo adecuado.
Que el hilo se ponga y resquebraje el tejido, pero es muy raro.
Que duela: es más frecuente.
que se rechace, aunque también es raro.
Que no se cumplan las expectativas. Esto es frecuente, ya que hay que explicar muy bien al paciente cuales son las limitaciones, y si es necesario realizar tratamientos complementarios o la colocación de más hilos.

Para aquellos pacientes interesados en someterse a un procedimiento de hilos tensores, ¿qué recomendaciones o precauciones deben tomar antes y después del tratamiento para optimizar los resultados?

Antes del tratamiento, el terreno debe de estar en condiciones, de manera que el terreno debe reestructurarse y posicionarse. Por este motivo, se recomienda como tratamiento previo, siempre que sea necesario.

Los tratamientos posteriores a la aplicación de hilos serían: