¿Cómo aliviar el dolor que se siente en las articulaciones?

Written by: Dra. Eulalia Gil González
Published: | Updated: 15/02/2023
Edited by: Top Doctors®

La Dra. Gil González es una reputada médico especialista en Reumatología experta en el tratamiento de artritis, artrosis, fibromialgia, entre otras patologías. Además, también es especialista en Análisis Clínico y tiene un máster en Dietética y Nutrición. Durante su larga trayectoria, ha sido médico general en varios centros de Sevilla, incluyendo la Consejería de Salud y Servicios Sociales de Andalucía, aparte de especialista en Reumatología y en Análisis Cínicos en las provincias de Sevilla y de Cádiz.

 

¿Qué es el dolor articular?

El dolor articular es el principal síntoma de las enfermedades reumáticas y es la causa más frecuente de consulta. Normalmente este dolor se origina en las articulaciones, pero también se puede originar en todas las estructuras musculoesqueléticas cercanas a las mismas, como tendones, músculos, bolsas serosas, ligamentos y huesos.

 

A veces el dolor se acompaña de otras molestias, como pinchazos, sensación de pesadez, tirantez o cansancio localizados en una zona del cuerpo (hombro, cuello, región lumbar, piernas) con dificultad para realizar las actividades de la vida diaria. En otras ocasiones, la localización es más imprecisa y el dolor se percibe en zonas más extensas del cuerpo, aunque casi siempre es más intenso alrededor de las articulaciones y en las zonas de inserción de los músculos.

 

¿Por qué duelen las articulaciones?

El cuerpo está dotado de receptores sensitivos para el dolor, los cuales se pueden estimular por sustancias químicas y por factores mecánicos. En los procesos reumáticos se producen fenómenos inflamatorios que dan lugar a la liberación de sustancias con gran capacidad para estimular estos receptores. Así mismo, los estímulos físicos, como pueden ser alargamientos excesivos y prolongados de los músculos, ligamentos, cápsula articular y nervios, o por golpes y traumatismos, hacen que también se puedan activar estos receptores. Una vez que el receptor se activa, transforma el estímulo doloroso en una corriente eléctrica que se transmite por las fibras de los nervios sensitivos, y el mensaje de la sensación dolorosa llega hasta la corteza cerebral y en dicha localización se hace consciente, es decir, es cuando se nota la sensación dolorosa.

El cuerpo está dotado de receptores sensitivos para el dolor, los cuales se pueden estimular por sustancias químicas y por factores mecánicos
 

¿Qué causa o genera el dolor en las articulaciones?

Cuando una articulación se inflama se habla de artritis, y el dolor suele ser la molestia predominante, pero también se puede acompañar de otros síntomas como limitación de la movilidad, tumefacción de la articulación, aumento de calor, enrojecimiento. El dolor suele tener un ritmo que se denomina “inflamatorio”, caracterizado por dolor no solo con el movimiento de la articulación, sino que también duele en reposo, y con frecuencia se intensifica durante la noche. Este tipo de dolor se observa en la artritis reumatoide, espondiloartropatías, artropatía psoriásica y artritis infecciosas entre otras.

 

Existe otro tipo de dolor articular que no se acompaña de los signos inflamatorios descritos, y entonces hablamos de artralgias. Este dolor suele tener un ritmo que denominamos “mecánico”, caracterizado por dolor que suele intensificarse cuando se moviliza la articulación afectada y mejora o desaparece cuando ésta permanece en reposo. Este tipo de dolor se observa en pacientes con artrosis, como patología más frecuente.

 

¿Existen factores de riesgo que favorezcan la aparición de dolor en las articulaciones?

Las enfermedades reumáticas se producen por la interacción de muchos factores relacionados con el individuo, como la raza, sexo, genética, alimentación, y factores

ambientales, como las infecciones o los tóxicos como el tabaco o el alcohol.

Cualquiera de las estructuras musculoesqueléticas puede sufrir una lesión y enfermar. Entre las causas más habituales se incluyen:

  • Las infecciones.
  • El depósito de cristales.
  • Los esfuerzos físicos deportivos, laborales o domésticos que puede provocar un daño agudo, como fractura, tendinitis o rotura de ligamentos.
  • El propio desgaste de las estructuras como consecuencia de su uso repetido, que puede desencadenar la degeneración del cartílago o artrosis.
  • Las enfermedades inflamatorias autoinmunes, que provocan inflamación de las articulaciones y de las estructuras que las rodean, como la artritis reumatoide, artritis psoriásica, lupus, espondilitis, entre otras.

 

¿Cuándo debo acudir a un especialista?

Cuando se tiene una enfermedad musculoesquelética se debe acudir al reumatólogo, que es el médico especializado en las enfermedades del aparato locomotor y puede diagnosticar con mayor precisión la causa del dolor entre las múltiples enfermedades. El manejo del dolor requiere la realización de una historia clínica completa, con un interrogatorio y una exploración cuidadosa. En muchas ocasiones es necesario realizar pruebas complementarias como analíticas, radiografías u otras técnicas de imagen.

 

Tras realizar el diagnóstico de la enfermedad, el reumatólogo establecerá un plan de tratamiento, que puede incluir diversos fármacos, terapia física y educación del paciente. En ocasiones también se necesita derivación a otros especialistas para valoración y tratamientos complementarios, como rehabilitador, traumatólogo, entre los más frecuentes.

 

¿Cómo se trata el dolor articular?

El tratamiento del dolor articular y en general de las enfermedades reumáticas debe perseguir la curación de la enfermedad. Pero a veces, esto no es posible, y el objetivo principal es que la enfermedad no cause dolor, controlando los síntomas, conservar la capacidad funcional, evitar secuelas y mantener una calidad de vida adecuada para el paciente. Los tratamientos terapéuticos disponibles para conseguirlo no sólo incluyen los medicamentos; también es necesario utilizar con frecuencia la rehabilitación o terapia física, el apoyo psicológico y, en ocasiones, la cirugía.

 

También son importantes las medidas no farmacológicas, que precisan una implicación del paciente con su enfermedad, aplicando una serie de medidas higiénico-dietéticas que pueden ayudarle a mejorar su patología. Así, en general, se recomienda evitar el sedentarismo y realizar de forma regular un ejercicio físico aeróbico adaptado a las condiciones físicas personales de cada paciente. El objetivo es mejorar la coordinación motora y evitar caídas, potenciar la movilidad de las articulaciones y el balance muscular, estimular la formación de hueso nuevo y favorecer el bienestar psicológico del paciente, evitar el exceso de peso, pues éste influye en numerosas enfermedades reumáticas y especialmente en la artrosis y en la artritis. Ya que se produce una sobrecarga mecánica de las articulaciones, especialmente a nivel de la columna, caderas, rodillas, tobillos y pies, que provoca un mayor aumento del dolor.

Por último cabe señalar que se ha observado que los pacientes con artritis y fumadores son más propensos a padecer más episodios de inflamación articular, por lo que es recomendable evitar el consumo del tabaco.

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By Dra. Eulalia Gil González
Rheumatology

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