Acoso escolar: herramientas para identificar, abordar y prevenir esta problemática

Written by: Dr. Renzo Abregú Crespo
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Edited by: Lucía Ramírez Vilanova

El acoso escolar o bullying es una situación de violencia de una persona sobre otra. Es importante tener en cuenta los conceptos de frecuencia, intencionalidad y desigualdad de poder. Este proceso de victimización se produce en el contexto educativo. El acoso escolar puede ser a través de agresiones verbales (insultos, burlas, amenazas), físicas (golpes, empujones, robo de objetos personales) o aislamiento social (apartarle del grupo, extender rumores). La investigación en este campo ha señalado que uno de los principales motivos que los alumnos identifican como causa del acoso escolar es ser “diferente”.
 

El acoso escolar es un fenómeno que se ha visibilizado en las últimas décadas y que durante muchos años fue tratado como algo habitual en las aulas de los colegios e institutos. A partir de la década de los 90 empezó a haber una mayor sensibilización con este tema, y se generó una mayor conciencia social sobre la gravedad e importancia que tiene el acoso escolar en la vida de los niños y niñas que lo experimentan.
 

El acoso escolar puede ser a través de
agresiones verbales, físicas o aislamiento social

 

Las tasas de prevalencia actualmente rondan el 20-25% en población general, y estos datos se duplican o triplican cuando se tratan de grupos que tradicionalmente han mostrado mayor probabilidad de estar implicados como: jóvenes de colectivo LGTBIQ, condiciones del neurodesarrollo y/o salud mental, etc.
 

El fenómeno del cyberbullying ha ido en aumento en los últimos años, siendo equiparado al bullying tradicional. El aumento del uso de nuevas tecnologías, como redes sociales o internet, ha incrementado su prevalencia.
 

Existen programas de prevención y sensibilización en los centros educativos con el objetivo de evitar que el acoso escolar se produzca. Es importante tener en cuenta las diferentes vías de actuación: vía educativa, vía social, vía judicial (si procede) y la atención psicológica por parte de la víctima.

 

¿Cómo identificar signos de acoso escolar en niños y adolescentes?

El acoso escolar es una situación de violencia física y/o psicológica. Las señales pueden ser de muchos tipos dependiendo de cómo sean las características personales de las víctimas:
 

  • Si el niño no quiere ir a clase (pone excusas, dice que está enfermo) es importante confirmar si se trata de una evitación de un contexto hostil a causa del acoso.
  • Si el niño se empieza a mostrar triste, decaído, enfadado sin motivos que lo expliquen en el contexto familiar, es crucial confirmar si algo está ocurriendo en el colegio que esté generando este tipo de emociones.
  • Si el rendimiento académico baja repentinamente de un curso a otro, es fundamental conocer a qué puede deberse: sobrecarga emocional, desgaste psicológico, sintomatología ansiosa, etc.
     

El primer trimestre de un curso académico suele ser un momento importante para la detección debido a que las aulas pueden reconfigurarse de un curso a otro y los nuevos compañeros pueden empezar a ejercer el acoso.
 

La primera reacción ante la revelación de una situación de acoso escolar es de especial importancia, se necesita encontrar un equilibrio entre la minimización (restar importancia a lo ocurrido, “ya se pasará”, “ya se cansarán”, “no es para tanto”) y la sobrerreacción, la cual puede generar sentimientos de vergüenza o culpa incrementados en la víctima.

 

¿Cómo se realiza el apoyo y abordaje psicológico?

La intervención psicológica debe estar dirigida a reparar el daño que haya podido generar la situación de acoso escolar. Un mensaje de especial importancia que es necesario que la víctima escuche es que no tiene ninguna responsabilidad en la situación que ha vivido.
 

Es necesario que el especialista en Psicología realice una evaluación exhaustiva sobre cómo ha sido vivida esa victimización, la intensidad del acoso, la reacción que ha generado en esta, el impacto en el nivel de funcionamiento social, familiar y educativo de la víctima. Una vez realizada la evaluación, es importante generar un espacio de confianza y seguridad en la que el niño/a pueda sentirse cómodo/a en todo momento.
 

A nivel cognitivo, vivir situaciones de acoso escolar puede generar creencias o ideas sesgadas o equivocadas sobre quién tiene la responsabilidad. Identificar la atribución que hace la víctima del acoso vivido es imperativo en un proceso de terapia.
 

A nivel emocional, el bullying puede desregular emocionalmente a la víctima, facilitar estrategias de regulación emocional que permitan una gestión sana y reparadora de emociones como culpa, tristeza, vergüenza, miedo o ansiedad, que son frecuentes en las víctimas, es imprescindible.
 

Un aspecto de especial importancia es la vuelta a la normalidad tras la denuncia de una situación de acoso. El bullying no puede ocupar toda la vida de la víctima, se necesita retomar rutinas, mantener una actividad natural y no tener presente más allá de lo necesario el acoso escolar.
 

En gran medida, la intervención en muchos casos va a estar dirigida al entorno familiar, con el objetivo de facilitar pautas psicológicas y potenciar las habilidades parentales para ofrecer al niño/a un entorno seguro, acogedor y validante.

 

¿Cómo puede un psicólogo ayudar en la construcción de la resiliencia?

La terapia psicológica debe estar centrada inicialmente en la reparación del posible daño. Es importante hacer un trabajo terapéutico previo en el que la exposición al acoso haya sido elaborada adecuadamente.
 

La resiliencia es la capacidad que tienen las personas de adaptarse a situaciones adversas y traumáticas. La intervención psicológica puede fomentar el aumento del conocimiento de uno mismo, lo cual facilita que la persona puede identificar aquello que le afecta o le genera malestar. El autocontrol es una habilidad necesaria para ser resiliente, no dejarse llevar por los impulsos y ampliar la tolerancia a la frustración, a la incertidumbre. La gestión o regulación emocional es la capacidad de poder experimentar todas las emociones de manera canalizada, como si se trata de un grifo que puedes regular la intensidad con la que sale el agua, poder reducir la intensidad, pero sin reprimir ni evitar las emociones. No consiste en no llorar o no enfadarme, sino en hacerlo de forma natural y sana. La capacidad de aprendizaje y reflexión fomenta que una persona pueda construir o potenciar su resiliencia.
 

La terapia psicológica no sólo se centra en trastornos mentales o problemas emocionales, también puede formar parte de un trabajo de crecimiento personal que ayude a reescribir las experiencias vividas.
 

¿Cuáles son las estrategias efectivas para prevenir el acoso escolar en las instituciones educativas?

La investigación científica ha comprobado que los programas de prevención de acoso escolar son eficaces, aspectos como la duración de la intervención, la etapa educativa parecen ser factores de especial importancia para que estas estrategias o programas puedan tener mayor grado de efectividad. Es importante incorporar las estrategias dentro de las instituciones educativas.
 

  • Tener límites claros y definidos, asegurándose que todos los miembros de la comunidad educativa estén informados de lo que se considera acoso escolar y las consecuencias que tiene.
  • Formación y sensibilización del profesorado en la identificación y detección del acoso.
  • Combinar estrategias dirigidas a todos los implicados en el acoso escolar: víctima, agresor/a, víctima-agresor/a, observadores.
  • Adaptar a las distintas etapas educativas (primaria, secundaria, bachillerato) los programas de prevención.
  • Programas de fomento de empatía, colaboración y ayuda entre compañeros.

 

Referencias

  • Olweus D. Bullying at school: what we know and what we can do. Oxford: Blackwell, 1993.
  • Day JK, Perez-Brumer A, Russell ST. Safe schools? Transgender youth’s school experiences and perceptions of school climate. J Youth Adolesc 2018; 47: 1731–42.
  • Abregú-Crespo, R., Garriz-Luis, A., Ayora, M., Martín-Martínez, N., Cavone, V., Carrasco, M. Á., Fraguas, D., Martín-Babarro, J., Arango, C., & Díaz-Caneja, C. M. (2024). School bullying in children and adolescents with neurodevelopmental and psychiatric conditions: a systematic review and meta-analysis. The Lancet. Child & adolescent health, 8(2), 122–134. https://doi.org/10.1016/S2352-4642(23)00289-4.
  • Fraguas, D., Díaz-Caneja, C. M., Ayora, M., Durán-Cutilla, M., Abregú-Crespo, R., Ezquiaga-Bravo, I., Martín-Babarro, J., & Arango, C. (2021). Assessment of School Anti-Bullying Interventions: A Meta-analysis of Randomized Clinical Trials. JAMA pediatrics, 175(1), 44–55. https://doi.org/10.1001/jamapediatrics.2020.3541.
*Translated with Google translator. We apologize for any imperfection

By Dr. Renzo Abregú Crespo
Psychology

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