Cada vez es más frecuente que las parejas se planteen abrir la relación o directamente comenzar una relación abierta, pero ¿estamos preparados para gestionar este tipo de relaciones? Hablamos con la psicóloga y experta en terapia de pareja, Bárbara Zapico, para que nos explique desde su punto de vista y su experiencia cómo son las relaciones no monógamas y nos descubre algunos consejos para gestionar este tipo de relaciones de la mejor manera.
¿Cómo definiría qué es una relación abierta?
Una relación que es “abierta” desde mi punto de vista es algo consensuado por las personas que forman parte de una relación. De manera coloquial, podemos hacer referencia a aquellas relaciones que no son monógamas, por lo que dichas personas pueden mantener relaciones sexuales “fuera” de esa relación.
Desde su experiencia en consulta, ¿por qué hay parejas que deciden abrir la relación? ¿A qué cree que puede deberse este interés cada vez más creciente por las relaciones no monógamas?
La mayoría de las parejas en España, no se plantean el hecho de tener una relación de pareja abierta, pero aquellas que sí lo hacen, es porque ambos están de acuerdo. Si no existiera un acuerdo entre ambos, la relación no sería consentida y se traicionaría la confianza, que es la base de la relación, dando como resultado a la infidelidad.
Lo que yo estoy viendo en la consulta es debido al hecho del paso del tiempo y la necesidad de experimentar con otras parejas de manera sexual, ya que muchas parejas no han tenido otras relaciones sexuales a lo largo de su vida. Hay mayores propuestas de inclusión de terceros en las relaciones diádicas, apertura de las relaciones a partir de que los hijos son más mayores y ya no necesitan tanto cuidado parental y el simple hecho de poder tener al alcance mayor “oferta” sexual gracias a las aplicaciones de contactos.
Lo más importante en este tipo de situaciones es la comunicación, los acuerdos establecidos entre ambos de lo permitido y no, y la sinceridad.
La mayoría de las relaciones abiertas que yo tengo en consulta, lo han establecido desde el momento inicial y eso garantiza que los acuerdos se establezcan desde el inicio.
la comunicación, los acuerdos establecidos entre ambos, sobre lo permitido y no, y la sinceridad es fundamental
Creo que el hecho de tener más accesibilidad a los contactos con otras personas (a través de redes sociales, chats…) favorece las opciones. Antes teníamos cuatro canales de televisión y solo podíamos ceñirnos a ver lo que había en ellos. Ahora disponemos de miles de canales, en los que a veces es difícil decidir lo que ves. Hay multiplicidad de opciones y no es fácil elegir una sola opción. Esto, trasladado a las relaciones, se da en la actualidad.
El hecho de empezar en una nueva relación supone la activación de zonas cerebrales de bienestar y emoción. En un mundo en el que se necesita estar constantemente “emocionado”, la linealidad y rutina, es difícil de sostener a largo plazo, ya que genera, en muchas ocasiones, desidia. También la idealización del amor romántico, del amor para toda la vida… ha cambiado con el paso de los años. Ya se sabe que la fase inicial denominada “luna de miel” tiene una durabilidad limitada y empieza un proceso de duelo, observando que el otro no es lo que yo esperaba.
El hecho de proponer tener una relación abierta puede llegar a fortalecer el vínculo de la relación, pero también puede acabar rompiéndola. Tengamos en cuenta ambas opciones.
¿Ve alguna relación entre el aumento del interés por relaciones abiertas durante y post la pandemia?
Yo la verdad es que no he notado eso en la consulta. Lo que sí ha ocurrido es que las terapias de pareja han aumentado notablemente, siendo ambos miembros más conscientes de su problemática e intentando ver si son capaces de tener un mayor acercamiento desde cariño, la escucha, la comprensión y el cuidado.
Aún a pesar de abrir la relación y ser consciente de lo que significa, ¿es normal sentir celos? ¿cómo gestionar este sentimiento en una relación abierta?
Por supuesto. Pueden aparecer celos relacionados con las otras relaciones. Las personas con un perfil de autoestima más bajo pueden acusar mayor malestar. Es un miedo a lo desconocido, a la pérdida del ser querido, por lo que es importante poder hablar de ello, hablar sobre los miedos generados, los miedos a la pérdida… En definitiva, ser lo más introspectivo posible facilitará al otro que nos entienda y poder llegar a acuerdos de comunicación.
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