Terapia sexual: la disfunción eréctil afecta a 1 de cada 5 varones
Escrito por:La erección es una función modulada por el sistema nervioso parasimpático y tiene una gran complejidad, ya que intervienen en ella muchos factores. La respuesta sexual consiste en una serie de reflejos viscerales autónomos que no se pueden producir voluntariamente. Es decir, la erección es involuntaria y automática.
¿Qué tipos de disfunción eréctil existen?
Hay dos grandes categorías de disfunción eréctil, la que responde a causas orgánicas y la que tiene un origen psicológico. La disfunción eréctil psicógena se presenta normalmente en pacientes jóvenes, empieza de manera brusca o inesperada y tiene un curso variable. Los varones que sufren este tipo de disfunción suelen presentar erecciones involuntarias al despertar, por la noche o durante el día. Además, su aparición suele ser fluctuante dependiendo el contexto y la pareja sexual.
Los hombres con disfunción eréctil psicógena suelen presentar ansiedad de rendimiento, autoobservación y un deseo de “satisfacer al otro/a”. Esta autoexigencia supone la activación del sistema nervioso simpático y una disminución del óxido nítrico, aumentando el tono adrenérgico. Su efecto vasoconstrictor sobre las arterias peneanas dificulta el llenado y la retención de sangre en el pene, provocando el fracaso eréctil o la detumescencia precoz.
¿Es la disfunción eréctil psicógena muy común?
Este tipo de disfunción es más frecuente de lo que se cree y constituye uno de los motivos de consulta más usuales entre los pacientes, junto con la eyaculación precoz. En España la disfunción eréctil afecta aproximadamente al 20% de los varones, es decir, 1 de cada 5.
Además, es posible que la incidencia aumente en un futuro, sobre todo en hombres jóvenes, debido al estilo de vida y aspectos afectivo-sexuales que se presentan en la actualidad.

¿Qué factores influyen en su aparición?
Al responder a factores psicológicos, existen aspectos predisponentes para la aparición de la disfunción eréctil. Estos son principalmente el estilo cognitivo que caracteriza a la persona y el haber tenido una inadecuada o insuficiente educación sexual. También influyen las experiencias traumáticas de la infancia que ocasionan, en muchos casos, iniciar la sexualidad de manera insatisfactoria e incluso desagradable.
Por otro lado, suele ser común el haber tenido otra disfunción sexual previa o un fallo esporádico. También puede estar relacionada la personalidad de la pareja sexual y el tipo de apego que exista, el uso de preservativo y el cansancio.
En conclusión, el factor desencadenante y mantenedor más frecuente es la ansiedad de rendimiento ante la interacción sexual ligada a diferentes circunstancias. La presencia de miedo anticipatorio por experimentar otra vez un fracaso, auto observarse y estar evaluando el propio comportamiento en las relaciones sexuales, provoca un empobrecimiento de la sensualidad, una falta de atención en los estímulos eróticos y, como consecuencia, una disminución del deseo sexual. En muchos casos coexiste este tipo de disfunción psicógena con otros trastornos sexuales, como el deseo sexual inhibido o la eyaculación precoz.
¿Es difícil convencer a un paciente para acudir a terapia psicosexual?
La mayoría de los pacientes acuden a consulta cuando ya ha pasado un tiempo desde el primer fallo eréctil. En ese momento, ya lo han intentado todo por ellos mismos y buscan una solución desde la frustración y la impotencia. A menudo, vienen recomendados por los urólogos o andrólogos, cuando estos determinan que puede existir un componente psicógeno y los derivan a un especialista en Psicología.
En algunas ocasiones, los pacientes pueden venir presionados por la pareja. Si están solteros, ven limitaciones a la hora de iniciar relaciones afectivo-sexuales y por eso acuden al contacto con un terapeuta.
¿Qué tipo de terapia se llevará a cabo con los pacientes?
El tratamiento psicoterapéutico en la disfunción eréctil es la terapia sexual. El objetivo del tratamiento es llegar al núcleo de la ansiedad y centrarse de nuevo en “el aquí y el ahora”. Esto implica dejar de querer tener el control y disfrutar de la experiencia erótica, no solo focalizándose en la penetración.
Actualmente, la psicoterapia cognitivo-conductual es la rama más aplicada para este tipo de problemática. El objetivo es identificar y modificar los pensamientos anticipatorios y el miedo al fracaso, eliminando la exigencia de “funcionar a demanda”. El tratamiento se compone también de diversas etapas y ejercicios que se espera que se realicen en la privacidad, individualmente o en pareja.
Por último, cuando se observan creencias que están arraigadas al pasado, se recomienda iniciar sesiones de Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares. Este es un abordaje psicoterapéutico integrador que trata las heridas emocionales, sexuales y sociales que fueron causadas por experiencias pasadas.