¿Por qué la Navidad puede generar ansiedad?

Escrito por: Mercedes Muñoz García
Publicado:
Editado por: David Moore Trias

¿Es normal que las navidades generen ansiedad y estrés?

La Navidad es una etapa muy especial del año. En nuestra cultura conlleva una serie de costumbres y actividades que se convierten, en muchos casos, en una fuente de estrés y ansiedad, y que afectan tanto a nivel físico como emocional de forma muy distinta, dependiendo en gran medida de las circunstancias de cada uno.

Hay personas a las que la Navidad les hace sentir muy bien, provocándoles emociones de alegría e ilusión, sin embargo, a otras les generan ansiedad, estrés o tristeza.

 

¿Cuáles son las causas de la ansiedad en Navidad?

La ansiedad puede estar originada por causas externas o internas:

  • Causas externas: en el caso concreto de la navidad, esta conlleva una mayor actividad, reuniones, fiestas, regalos y obligaciones que producen cansancio y estrés adicional, sobre todo cuando la persona siente una “necesidad u obligación" de que todos los de su alrededor estén contentos y muy bien atendidos.
  • Causas internas: muy relacionada con los pensamientos y con la manera que tiene cada uno de interpretar lo que ocurre a su alrededor. En Navidad, y de cara al nuevo año, nos solemos replantear nuestros proyectos vitales y somos más conscientes de estas contradicciones.

 

La Navidad en 2020

Durante estas fechas, el mensaje continuo que recibimos de la sociedad es el de “estar contentos y alegres”, “estar en familia”, “estar en fiesta”, “tener amistades con quienes compartir y celebrar”, entro otros. Esto produce la sensación de que todos tenemos que estar felices y rodeados de muchas personas que nos quieren, y si no es así nos sentimos muy desafortunados o poco valiosos.

 

En Navidad recibimos mensajes constantes de estar contentos y alegres.

 

Por otra parte, cabe destacar que este año es especial, puesto que el coronavirus ha causado un gran impacto en nuestras vidas, generando un mayor nivel de ansiedad, puesto que nos hará modificar algunas de nuestras costumbras más arraigadas. Este problema de salud nos impide relacionarnos como la hacíamos siempre y nos pone en un dilema moral: por un lado, queremos estar con nuestros seres queridos y por otro debemos mantenernos alejados para no ponerles en peligro.

La Covid-19 es un factor añadido de estrés y ansiedad que provoca un miedo especial por la salud nuestra y de nuestros seres queridos, y más especialmente en aquellas personas de riesgo o en familias que han perdido a sus seres queridos. Asimismo, también se acentúan los trastornos de ansiedad relacionados con la preocupación por la salud, como la hipocondría.

 

¿Qué personas sufren más ansiedad en Navidades?

Hay personas que son más sensibles a estas fiestas y que, por distintos motivos, van a tener más probabilidad de sufrir los síntomas de la ansiedad.

Personas con problemas familiares: en nuestra cultura la navidad se relaciona con la familia, con la idea de reunir a los miembros familiares y vivir el bienestar y la ilusión de sentir que nuestra familia es una zona de seguridad y amor. Muchas personas pertenecen a familias con problemas, donde los miembros no se llevan bien, donde no se siente esa sensación de seguridad ni de amor sino más bien lo contrario. En estos casos las reuniones familiares son un factor de ansiedad, ya sea por problemas actuales o de la infancia.

Pérdidas: cuando ha existido una pérdida reciente de alguien importante, especialmente si son las primeras Navidades sin ese ser querido. Esto hace que los síntomas se agraven porque los recuerdos aumentan, se siente dolor por esta persona y al mismo tiempo está esa sensación de tener que estar de alegre.

Estrés por agradar: a veces estas fechas traen consigo una serie de actividades que generan un aumento importante de estrés y cansancio, por ejemplo, en personas que se tienen que encargar de preparar las fiestas o reuniones familiares, personas que quieren agradar e intentan que todos se sientan bien… con una preocupación constante por que "las cosas salgan bien". Si además hay problemas familiares, dichas personas pueden sufrir especialmente, intentando evitar cualquier discusión o similar.

Personas que se sienten solas: en esta época la soledad se vive de una manera más intensa ya que los mensajes de familia, fiesta, amistad son constantes.

Personas con problemas de ansiedad previos: como la hipocondría, la agorafobia, claustrofobia, fobia social o ansiedad generalizada.

Covid-19: este virus es un factor añadido de estrés este año, pues nos obliga a mantener distancias, nos impide juntarnos, nos hace renunciar a fiestas o a ver a seres queridos. Esto también va a generar un mayor nivel de ansiedad.

 

¿Cómo afectan las Navidades a personas con problemas de ansiedad?

Cuando hablamos de personas que ya tienen trastornos de ansiedad, la Navidad puede aumentar los síntomas existentes con lo cual el trastorno ya existente se agrava.

En el caso de personas con trastornos de ansiedad previa, puede aumentar los síntomas porque se ven más expuestos a los desencadenantes:

 

  •  Hipocondría: especialmente este año por las reuniones familiares y el posible contagio del coronavirus.
  •  Agorafobia: aumentan las salidas y la posibilidad u "obligación" de estar en espacios con mucha gente y lejos de la "zona segura".
  •  Claustrofobia: también hay más ocasiones de estar en espacios cerrados que disparan esa sensación de peligro.
  • Fobia social: la exposición a las reuniones sociales es mayor en esta época del año.
  • Ansiedad generalizada: cuando ya tenemos un estado general alterado y tendente a la preocupación, por supuesto estas fechas son una fuente extra de disparadores de ansiedad.

 

¿Qué consejos se pueden seguir para reducir los síntomas?

Ajustar expectativas. Es mejor bajar las expectativas y reducir metas para no estar con la sensación de "no poder llegar a todo". En este punto incluyo el "saber decir no", puesto que es importante poder renunciar a peticiones externas que no nos vienen bien o no deseamos.

También es importante ser capaces de pedir ayuda y no querer hacerlo todo. Saber pedir ayuda y compartir las preocupaciones es una capacidad (y no una debilidad como algunas personas piensan). Esto disminuye los riesgos de tener ansiedad.

 

Es importante ser capaces de pedir ayuda

 

Otro consejo sería el repartir las responsabilidades, ya que es deseable saber delegar y no ocuparnos con obligaciones que no son nuestras. Y finalmente, es vital no olvidar el autocuidado (ejercicio y descanso principalmente), así como realizar técnicas de relajación o bajar el ritmo de otras actividades.

Finalmente, debemos aceptar los problemas familiares, en vez de fingir como que no existen, ajustando las expectativas a la realidad. Además, si detectamos pensamientos que nos producen ansiedad, debemos comunicarlos, puesto que al expresarlos nos pueden servir para obtener un punto de vista diferente y relativizarlos.

 

¿En qué momento se aconseja acudir a un especialista?

  • Si la emoción no corresponde con una realidad que la pueda explicar, ya sea en tipo o en nivel de la emoción. Es decir, cuando no existe un problema real que justifique el nivel de ansiedad o estrés.
  • Si la ansiedad afecta a nivel físico de forma importante (problemas de sueño, digestivos, dolores o calambres, imposibilidad de relajarse).
  • Cuando existen pensamientos recurrentes o sensación de peligro o preocupación constantes, que una vez más no están justificados con una realidad.
  • Cuando, existe una realidad que justifica la ansiedad, pero el nivel de malestar es muy grande y afecta a la vida diaria.
  • Cuando tenemos pensamientos o recuerdos del pasado que no nos permiten estar en paz.
  • Cuando existen miedos que afectan a la vida cotidiana y no sabemos qué hacer.
  • En general, cuando sentimos que no podemos controlar el malestar de la ansiedad (tanto a nivel físico como mental) y no tenemos herramientas para hacerlo.

 

Por Mercedes Muñoz García
Psicología

Mercedes Muñoz García es una reputada psicóloga en Madrid con varios años de experiencia profesional. Actualmente, forma parte del equipo médico de Capital Psicólogos, en Madrid, donde es experta en autoestima y desarrollo personal, ansiedad, terapia EMDR, dependencia emocional, duelo o trauma psicológico, entre otros. 

Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, se especializó en Psicología clínica por la misma universidad. Además, a lo largo de su trayectoria ha optado por una constante formación continua, obteniendo el Máster en Terapia Cognitivo-Conductual por la UNED, el Máster en Psicología Infanto-Juvenil y el Máster en Trastornos de Conducta Alimentaria y Obesidad por la Universidad de San Jorge, el Máster en Neuropsicología Clínica por la Universidad CEU Cardenal Herrera o el Máster en Terapias de Tercera Generación por la Universidad Europea Miguel Cervantes. Además, tiene formación  en EMDR de nivel I y II por la Asociación Española de EMDR —de la que es socia—, así como cursos en violencia de género y en otras especialidades. Cuenta además con formación en Neurofeedback, técnica que permite entrenar la mente para mejorar sus funcionalidades.

Actualmente, forma parte del equipo de profesionales de Capital Psicólogos.  

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