Mejorar con los años de la forma más natural
Escrito por:Seguir en la consulta de la Unidad de Medicina Estética de la Clínica Corachán durante más de 20 años ha sido un gran reto, un sueño y un trabajo que voy realizando cada vez con más ilusión. Como en todos los aspectos de la vida, todo ha ido evolucionando y hoy en día, gracias a los avances de las nuevas técnicas de Medicina Estética, cada vez podemos obtener resultados más gratificantes. Sobre todo en lo que al rejuvenecimiento facial se refiere. Actualmente, el enfoque de los tratamientos consiste en actuar a diferentes niveles. Se trata de las cuatro R, a saber:
- Relajar: atenuando arrugas de expresión con toxina botulínica.
- Reposicionar: se trata de tensar la piel por la flaccidez, compensando la pérdida ósea, de grasa y colágeno de los tejidos que forman la estructura de sostén de la cara. Aquí entra en acción la última generación de inductores del colágeno: hilos tensores, policaprolactona, ácido poliláctico e hidroxiapatita cálcica. Este nivel es en sí mismo el más importante puesto que supone la base de la mejora estética.
- Rellenar: con materiales reabsorbibles, biocompatibles y seguros, como el ácido hialurónico reticulado.
- Revitalizar: vía estimulación celular de la epidermis mediante las microinyecciones con vitaminas, aminoácidos, sin olvidarnos de los peelings.
La combinación personalizada para cada paciente (dependiendo de la edad, estado de la piel y personalidad) de las cuatro R consigue un resultado luminoso y radiante.
El otro día entró en la consulta, por primera vez, una señora de mediana edad que se había realizado un sinfín de tratamientos en varios centros de Barcelona y seguía estando descontenta. Ella no se gustaba y cada vez se veía peor. Buscaba ayuda, pero por su actitud tan desencantada deduje que no había más remedio que ayudarla psicológicamente. Le dije que nuestras manos por sí solas no le darían la felicidad y cada uno teníamos que madurar y aprender a querernos más con el paso del tiempo. Al final, se trata de tener clara la importancia de saber mejorar con los años, no solo física sino mentalmente.
Los tratamientos y resultados siempre tienen que ir de acorde con la edad. Para conseguirlo, tenemos que aprender a asumir los cambios fisiológicos del proceso natural del propio envejecimiento para hacerlo con dignidad, salud y elegancia.
Soy más partidaria de rejuvenecer un rostro para mejorarlo (dar un aspecto de buena cara) que para cambiarlo (transformar los rasgos principales de un rostro).
Entiendo que mejorar con los años de la forma más natural es lo que a todos nos gustaría de la forma más equilibrada posible. Y así es como me gusta aplicarlo a mis pacientes.