Liposucción: la moda de esculpir el cuerpo y recuperar la figura
Escrito por:La liposucción o lipoaspiración es una técnica quirúrgica consistente en la extracción de la grasa del tejido celular subcutáneo de la piel mediante unas cánulas conectadas a un sistema de vacío que literalmente la succionan. Es una técnica que utiliza incisiones de pocos milímetros en la piel a través de las cuales se introduce la cánula en los lugares anatómicos en los que la grasa se acumula produciendo adiposidades inestéticas.
La liposucción puede realizarse en cualquier parte del cuerpo, incluido el abdomen. A diferencia de la abdominoplastia, la liposucción abdominal no comporta grandes incisiones, ni despega la piel del abdomen, tampoco elimina el exceso de piel, ni actúa a nivel del SMA (sistema músculo aponeurótico), ni del ombligo. Es una técnica más conservadora, menos invasiva, actúa a un nivel más superficial, en la piel, tangencial al plano muscular subyacente, con pocas molestias posoperatorias, una recuperación muy rápida para el paciente y sin apenas cicatrices. La liposucción modela o esculpe la figura actuando solo sobre la grasa de la piel, de ahí también el nombre de “lipoescultura”.
Elasticidad y retracción de la piel: aspectos clave para la liposucción
La liposucción es una técnica que no puede generalizarse a todos los pacientes que presentan obesidad o exceso de grasa corporal. Hay que evaluar muy detenidamente la calidad de la piel y el grado de elasticidad y retracción de la misma. Cuando la piel es elástica, de buena calidad, sin estrías ni cicatrices y la zona anatómica lo permita, puede plantearse una liposucción, debido a que tras el vaciado de la grasa el panículo adiposo de la piel se queda hueco, excavado por numerosos túneles labrados por la cánula que luego deben ocluirse, aplastarse por la propia elasticidad de la piel y por la ayuda de una compresión externa ejercida por una faja ortopédica.
De esta manera, en las zonas concretas donde se ha trabajado, la piel reduce sensiblemente su grosor y moldea la silueta del paciente. Si la piel no es elástica o está francamente deteriorada como sucede cuando hay muchas estrías, la piel no va a retraerse, y en ese caso la situación deriva en un descolgamiento de piel que resulta más antiestético aún. De ahí que cuando existe piel descolgada y redundante, por ejemplo, tras el embarazo o tras una importante pérdida de peso, esté contraindicada la liposucción y haya que recurrir a otras técnicas quirúrgicas.
¿Para qué pacientes está indicada?
La liposucción está indicada en personas que presentan acumulaciones localizadas de grasa en zonas muy concretas, con una piel sana y de buena elasticidad. Es frecuente que en mujeres jóvenes dichos acúmulos se produzcan de modo constitucional, sobre todo en miembros inferiores. A este nivel es característica su localización en las regiones trocantéreas (“cartucheras”), en las caras internas de muslos y rodillas (se rozan al andar). También suelen aparecer en flancos (zona de la cintura) y en abdomen a nivel periumbilical.
En varones la mayoría de las veces la liposucción es de tronco, por exceso de grasa a nivel de abdomen y flancos. Y en ciertos casos, la liposucción abdominal puede ser complementaria de una abdominoplastia para terminar de remodelar el abdomen en el mismo acto quirúrgico.
Riesgos y complicaciones
Como todas las técnicas quirúrgicas, una liposucción tiene sus riesgos específicos. Comúnmente, es un tipo de cirugía que se presta mucho al intrusismo porque se tiende a trivializarla dado que se actúa internamente en la capa profunda de la piel sin dejar cicatrices externas. Cada día hay más personas que la realizan sin ser cirujanos y este es su principal riego.
De vez en cuando salta la noticia de alguna paciente que ha fallecido tras ser sometida a una liposucción. El problema no está en la técnica en sí, sino en el profesional que la realiza. Es fundamental disponer de un grado de experiencia suficiente antes de aventurarse a realizar esta cirugía, porque aquí se trabaja a campo cerrado sin ver lo que se está haciendo, los ojos del cirujano son sus manos, que en todo momento deben controlar la punta de la cánula que está actuando bajo la piel para evitar perforaciones de órganos internos, que inicialmente pasan desapercibidas pero que derivan indudablemente un grave riesgo para la vida del paciente.
Aparte de esta observación de carácter médico-legal, la liposucción no debe realizarse nunca en pacientes que presentan exceso de piel redundante porque agrava los descolgamientos y en general, en aquellos tipos de piel de mala calidad, con estrías y sin elasticidad porque no se va a producir la retracción necesaria de ésta para reconfigurar la silueta.
Es muy importante evaluar estos aspectos en particular cuando se trata de una cirugía de pared abdominal, para saber elegir la técnica quirúrgica más apropiada, ya que a veces hay situaciones intermedias, que se prestan a confusión en las que se indica desacertadamente una liposucción en lugar de una abdominoplastia, con el consiguiente fracaso en el resultado.