Ictus, tercera causa de muerte en occidente

Escrito por: Dr. Antoni Hernández Vidal
Publicado:
Editado por: Noelia Pino García

La enfermedad vascular cerebral, conocida más comúnmente como ictus, es la consecuencia de la disfunción transitoria o permanente de una parte del cerebro. Esto sucede debido a la oclusión de un vaso sanguíneo cerebral (trombosis o embolia) o bien a su rotura (hemorragia cerebral o hematoma).

ictusAunque las causas del ictus son muy diversas, en la mayoría de casos la causa principal es la aterosclerosis, tanto localizada en las arterias extracraneales como intracraneales. Los especialistas en Neurología afirman que esto provoca su oclusión o trombosis (ictus isquémico).

 

Síntomas del ictus

Los síntomas son diversos y dependen del área cerebral que haya quedado comprometida por la disfunción del aporte sanguíneo. El ictus se puede presentar en formas tan diversas como: una parálisis de un miembro o de la mitad del cuerpo, una alteración de la sensibilidad, desequilibrio o, incluso, una alteración aislada del habla.

Un aspecto debe ser reconocido como señal de alarma es la aparición brusca o rápida de los síntomas. El reconocimiento de signos de sospecha de ictus es muy importante, ya que permite una rápida asistencia médica que ayuda a poner en marcha los tratamientos pertinentes para disminuir la gravedad de la enfermedad y reducir las posibles secuelas.

 

Ictus: tratamiento

Los avances en el tratamiento del ictus durante su fase inicial, concretamente durante las primeras tres o cuatro horas están permitiendo reducir su mortalidad y sus secuelas. Sin embargo, el envejecimiento de la población y el aumento de la supervivencia hacen que el coste social del ictus sea cada vez mayor.

El ictus es la tercera causa de muerte en el mundo occidental y la primera causa de discapacidad física en los adultos en nuestro medio. Por otro lado, es también la segunda causa de demencia, después de la Enfermedad de Alzheimer y la causa más frecuente de epilepsia de inicio en la edad avanzada.

Por todos estos motivos, es importante destacar el papel de la prevención primaria del ictus, es decir, todas aquellas medidas que pueden prevenir su aparición. Es imprescindible actuar sobre los factores de riesgo vascular mediante hábitos de vida saludables (ejercicio, alimentación, etc.) y la detección y tratamiento de la hipertensión arterial, la diabetes o los trastornos del metabolismo de los lípidos.

 

 

 

                                                                                                                                                                     

Por Dr. Antoni Hernández Vidal
Neurología

Neurólogo de la Clínica Corachán, está asocidado al Servicio de Neurofisiología Clínica Dres. Samsó i Vila Badó de la misma clínica desde 1989. Antiguo responsable de la Unidad de electromiografía de la Clínica Sant Jordi a través de Neurològic Barcelona, hoy en día forma parte de la Unidad de Investigación Clínica de Neurología en el Hospital General de Catalunya El Servicio de Neurofisiología de la Clínica Corachán tiene la Acreditación de Calidad ISO 9001:2008 para el "Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedades del Sistema Nervioso y Neuromuscular", Certificación nº 12-Q-0601521-TIC auditada por TÜV InterCert.

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