Hipertensión ocular, primer factor de riesgo para desarrollar glaucoma

Escrito por: Dra. Elena Arrondo Murillo
Publicado:
Editado por: Patricia Pujante Crespo

La hipertensión ocular se produce cuando la presión de dentro del ojo es superior al rango normal, es decir, está por encima de 21mm Hg.

 

El hecho de que haya un aumento de la presión intraocular, que suele ser progresivo con la edad pero también puede deberse a otros factores, es el primer factor de riesgo para poder desarrollar un glaucoma. De ahí que las personas que tengan hipertensión ocular sean más propensas a sufrir esta enfermedad.

 

Pero son cosas distintas: hablamos de hipertensión ocular cuando la presión intraocular es alta pero el nervio óptico no está dañado, mientras que en el glaucoma sí lo está (y la presión intraocular puede ser normal o alta). El hecho de que el nervio esté dañado puede provocar que el paciente note una pérdida en el campo visual y de la visión central, incluso, en casos avanzados.

 

Chico con las gafas en la mano y tocándose los ojos como si tuviese dolor - hipertensión ocular - by Top Doctors
Cuando el humor acuoso no fluye bien aumenta la presión intraocular

 

¿Por qué se produce la hipertensión ocular?

La hipertensión ocular se produce debida al mal funcionamiento del sistema de drenaje del humor acuoso, que es el que nutre y baña las estructuras del ojo. Si este humor acuoso no fluye correctamente se rompe el equilibrio entre el líquido del interior del ojo y el que sale de él, lo que hace que aumente la presión intraocular en un proceso normalmente gradual, aunque también puede ser repentino.

 

¿Existen colectivos más propensos a sufrir hipertensión ocular?

Cualquier persona puede sufrir hipertensión ocular pero hay algunos colectivos más propensos a sufrirla y, por lo tanto, también a desarrollar glaucoma:

  • Personas con antecedentes familiares de glaucoma o de hipertensión ocular.
  • Pacientes con diabetes.
  • Mayores de 60 años.
  • Personas que sufran miopía o hipermetropía.
  • Pacientes que tengan algún traumatismo o enfermedad ocular.
  • Personas de raza asiática o negra.
  • Pacientes que tengan un ángulo ocular estrecho.

 

¿Puede prevenirse la hipertensión ocular?

La hipertensión ocular no puede prevenirse pero sí que puede llevarse un control con revisiones periódicas con el especialista en Oftalmología, sobre todo aquellos pacientes que tengan algún factor de riesgo. Además, la hipertensión ocular podrá reducirse con tratamientos, para así evitar el daño en el nervio óptico y, en consecuencia, la pérdida de visión irreversible fruto del glaucoma.

 

¿Cómo podemos identificar la hipertensión ocular? ¿Con qué síntomas cursa?

El incremento de la presión intraocular normalmente pasa desapercibida por los pacientes, ya que no se manifiesta con ningún síntoma (excepto en ataques de glaucoma agudo, que provocan un intenso dolor). Por eso, la única manera de detectar la hipertensión ocular es haciendo una revisión oftalmológica completa, donde se medirá el valor de la presión intraocular con una tonometría.

 

Precisamente, la tensión ocular es uno de los aspectos clave del glaucoma, por ser el principal factor de riesgo de padecer la enfermedad y por el daño progresivo que provoca en el nervio óptico. De hecho, el glaucoma no suele ofrecer síntomas, como la pérdida de visión periférica, hasta estadios muy avanzados. Asimismo, la visión perdida a causa del glaucoma no puede recuperarse, tan solo se puede frenar su evolución con tratamientos médicos y quirúrgicos. Por todo ello, los especialistas recomiendan revisiones periódicas para valorar la presión ocular, así como el estado del nervio óptico.

 

¿Cómo debe tratarse la hipertensión ocular?

La hipertensión ocular debe tratarse de manera 100 % individualizada. Puede ser con fármacos (combinaciones y distintos tipos de colirios), láser (trabeculoplastia) o distintas cirugías, con el fin de reducir la presión intraocular con el menor impacto posible en el paciente:

  • Trabeculoplastia
  • Ciclofotocoagulacióntransescleral con láser diodo
  • Esclerotomía profunda no perforante
  • Dispositivos de drenaje
  • Goniotomía
  • Iridoplastia
  • Iridotomía
  • Hipotensores oculares
  • MIGS (Minimally Invasive Glaucoma Surgery)
  • Trabeculectomía
  • Trabeculostomía laser excimer (ELT)

Por Dra. Elena Arrondo Murillo
Oftalmología

La Dra. Arrondo es especialista en Oftalmología y experta en glaucoma. En la actualidad trabaja en el Instituto IMO Grupo Miranza Madrid y es profesora del Máster en Glaucoma y del Máster en Segmento Anterior de IMO y la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona. 

Cuenta con una amplia experiencia en glaucomas secundarios y miópicos y es experta en la cirugía no perforante del glaucoma. Además, ha participado en diferentes ensayos relacionados con el tratamiento de la patología y colaboró como docente de Patología Ocular en la Escuela de Óptica de la Universidad Politécnica de Cataluña.

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