¿Cómo se puede prevenir la miocardiopatía hipertrófica y el corazón de atleta?

Escrito por: Dr. Edwin Tadeo Gómez Gómez
Publicado:
Editado por: Lucía Ramírez

La prevención de la miocardiopatía hipertrófica (MCH) y el "corazón de atleta" tiene enfoques distintos debido a la naturaleza inherente de cada condición:
 

  • Miocardiopatía Hipertrófica (MCH)

Dado que la MCH es en gran medida una enfermedad genética, no se puede prevenir en el sentido tradicional. Sin embargo, hay medidas que se pueden tomar para identificar la enfermedad temprano y prevenir sus complicaciones:

 

La evaluación cardiológica incluye electrocardiogramas,
ecocardiogramas y pruebas de esfuerzo

 

Evaluaciones genéticas y familiares: si hay antecedentes familiares de MCH o muerte súbita en jóvenes, se puede considerar realizar pruebas genéticas y cardiológicas a los familiares para identificar a los portadores de mutaciones genéticas.
 

Exámenes regulares: las personas con riesgo de MCH deben someterse a revisiones cardiológicas regulares, como electrocardiogramas y ecocardiogramas.
 

Evitar deportes de alto riesgo: los individuos con MCH diagnosticada o en riesgo deben evitar deportes competitivos y actividades extenuantes, ya que pueden aumentar el riesgo de arritmias y muerte súbita.
 

Educación: las personas con antecedentes familiares de MCH deben estar informadas sobre la enfermedad, sus síntomas y la importancia de buscar atención médica ante cualquier síntoma sospechoso.
 

  • Corazón de atleta

El "corazón de atleta" es una adaptación fisiológica del corazón al ejercicio regular e intenso, por lo que no es una enfermedad que necesite ser prevenida. No obstante, para diferenciarlo de otras patologías cardíacas, se pueden seguir algunas pautas:
 

Evaluaciones periódicas: los atletas, especialmente aquellos en deportes de resistencia o de alto rendimiento, deben someterse a exámenes cardiológicos regulares. Esto es especialmente importante si presentan síntomas o tienen antecedentes familiares de enfermedades cardíacas.
 

Educación: los deportistas deben estar informados sobre la importancia de monitorear y reportar cualquier síntoma inusual que puedan experimentar, como falta de aire desproporcionada, palpitaciones, desmayos o dolor en el pecho.
 

En resumen, mientras que la MCH no se puede prevenir per se, es posible identificarla temprano y manejarla adecuadamente para prevenir complicaciones. Por otro lado, el "corazón de atleta" no necesita ser prevenido, pero es esencial diferenciarlo de condiciones cardíacas más graves mediante evaluaciones médicas adecuadas.
 

¿Qué hábitos debemos adoptar si padecemos miocardiopatía hipertrófica o corazón de atleta?

Si alguien ha sido diagnosticado con miocardiopatía hipertrófica (MCH) o se le ha identificado con características de "corazón de atleta", adoptar ciertos hábitos y comportamientos puede ser crucial para manejar y vivir con la condición de manera segura.
 

Para la Miocardiopatía Hipertrófica (MCH):

  • Evitar deportes competitivos y esfuerzos extenuantes: Las actividades físicas intensas pueden aumentar el riesgo de arritmias y muerte súbita en personas con MCH.
  • Control regular con un especialista en Cardiología: Las visitas periódicas ayudan a monitorear la progresión de la enfermedad y ajustar el tratamiento si es necesario.
  • Tener un plan de medicamentos: si se te han recetado medicamentos, asegúrate de entender cómo y cuándo tomarlos, y de ser consistente con su administración.
  • Aprender a reconocer síntomas: como la falta de aire, palpitaciones, dolor en el pecho o desmayos. Si aparecen nuevos síntomas o empeoran, es vital buscar atención médica.
  • Evitar la deshidratación: mantente bien hidratado, especialmente en días calurosos o cuando estés enfermo.
  • Moderación con el alcohol: consumo excesivo puede desencadenar arritmias o empeorar los síntomas.
  • Educar a familiares y amigos: es útil que las personas cercanas a ti entiendan tu condición y sepan cómo actuar en caso de emergencia.
     

Para el corazón de atleta:

  • Evaluaciones periódicas: aunque es una adaptación benigna, es importante realizar chequeos regulares para asegurarse de que no haya una enfermedad subyacente.
  • Entender los límites: si bien el "corazón de atleta" por sí mismo no es peligroso, es importante saber cuándo se debe reducir la intensidad del entrenamiento, especialmente si aparecen síntomas inusuales.
  • Estar atento a síntomas: aunque es raro, si un atleta con "corazón de atleta" comienza a experimentar síntomas como falta de aire inusual, palpitaciones, dolor en el pecho o desmayos, debe buscar atención médica.
  • Hidratación adecuada: al igual que con la MCH, es importante mantenerse hidratado, especialmente durante el ejercicio intenso.
  • Educar a entrenadores y compañeros: es crucial que las personas involucradas en tu entrenamiento sepan sobre tu condición y puedan actuar en consecuencia si es necesario.
     

Para ambos casos, mantener una buena comunicación con el equipo médico y seguir sus recomendaciones es esencial. Además, adoptar un estilo de vida saludable en general, como seguir una dieta equilibrada y evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, siempre es beneficioso.

 

¿Puede una persona con miocardiopatía hipertrófica continuar con una actividad física moderada o intensa?

La recomendación sobre la actividad física para una persona con miocardiopatía hipertrófica (MCH) debe ser personalizada, basada en la severidad de la enfermedad, la presencia de síntomas y otros factores específicos del paciente. Sin embargo, hay algunas generalidades que se pueden considerar:
 

  • Deportes competitivos y actividad física intensa: tradicionalmente, a las personas con MCH se les ha aconsejado evitar deportes competitivos y ejercicios físicos intensos debido al riesgo aumentado de arritmias y muerte súbita asociada al esfuerzo. Estas recomendaciones se basan en la observación de que una proporción significativa de muertes súbitas en jóvenes atletas es causada por MCH, aunque con una evaluación personalizada y un seguimiento estrecho no se considera en el momento actual una contra indicación absoluta la realización de deporte de forma competitiva.
  • Actividad física moderada: la actividad física moderada puede es segura y beneficiosa para las personas con MCH, especialmente si no hay síntomas y no hay evidencia de arritmias ventriculares durante el esfuerzo. Ejemplos de actividad moderada incluyen caminar, ciclismo ligero y natación a ritmo suave.
  • Evaluación cardiológica antes de la actividad: es esencial que cualquier paciente con MCH se someta a una evaluación cardiológica exhaustiva antes de embarcarse en cualquier programa de ejercicio. Esto puede incluir pruebas como electrocardiogramas, ecocardiogramas y pruebas de esfuerzo. Estas evaluaciones pueden ayudar a determinar el nivel de actividad que es seguro para el paciente.
  • Monitoreo: una vez que se ha determinado un nivel de actividad seguro, es importante que el paciente sea monitoreado regularmente para asegurarse de que no se desarrollen nuevos síntomas o complicaciones.
  • Escucha a tu cuerpo: si durante el ejercicio aparecen síntomas como falta de aire desproporcionada, palpitaciones, dolor en el pecho o mareos, es vital detenerse y buscar atención médica.
  • Educación y entrenamiento: es crucial que los pacientes con MCH estén bien educados sobre su enfermedad, los riesgos asociados con la actividad física y la importancia de seguir las recomendaciones de su cardiólogo.
     

En resumen, si bien la actividad física intensa y los deportes competitivos suelen desaconsejarse en pacientes con MCH, la actividad moderada es beneficiosa, siempre y cuando se realice bajo la orientación de un cardiólogo y con monitoreo adecuado. Es esencial que cada paciente discuta sus objetivos y preocupaciones con su médico para determinar un plan de actividad física que sea seguro y efectivo para él.
 

Miocardiopatía hipertrófica vs. corazón de atleta: ¿cuándo consultar?

La miocardiopatía hipertrófica (MCH) y el "corazón de atleta" son dos entidades cardíacas que, aunque presentan ciertas similitudes en la manifestación clínica, poseen características, causas y consecuencias significativamente diferentes. Es importante entender estos contrastes para una detección temprana y adecuada gestión de la condición.
 

Miocardiopatía Hipertrófica (MCH)

La MCH es una enfermedad genética del músculo cardíaco, caracterizada por un engrosamiento anormal del miocardio. Este engrosamiento, que afecta con frecuencia al septo interventricular, puede llevar a la obstrucción del flujo sanguíneo del ventrículo izquierdo y aumentar el riesgo de arritmias cardíacas.
 

Los síntomas más comunes de la MCH incluyen disnea (dificultad para respirar), angina (dolor en el pecho), palpitaciones, síncope (desmayo), intolerancia al ejercicio y, en casos raros, muerte súbita, especialmente en jóvenes atletas. Dada la gravedad potencial de la MCH, es vital que las personas que presenten estos síntomas o que tengan antecedentes familiares de la enfermedad busquen evaluación cardiológica.
 

El tratamiento para la MCH es multifacético y puede incluir medicamentos, implantación de un desfibrilador automático, intervenciones quirúrgicas y restricciones en la actividad física. Es crucial seguir las recomendaciones médicas para reducir el riesgo de complicaciones.
 

Corazón de atleta

El "corazón de atleta" es una adaptación fisiológica del corazón al ejercicio prolongado e intenso. Los atletas, en particular aquellos que participan en deportes de resistencia, pueden desarrollar cambios en el tamaño y función del corazón en respuesta a sus entrenamientos. A diferencia de la MCH, el "corazón de atleta" es generalmente benigno.
 

Sin embargo, la superposición de síntomas entre estas dos condiciones puede ser motivo de preocupación. Los atletas que presentan síntomas cardíacos o tienen hallazgos inusuales en pruebas cardíacas, o aquellos con antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, deben someterse a evaluaciones adicionales para descartar patologías graves.
 

La gestión del "corazón de atleta" es menos intensiva que la MCH. Por lo general, implica observación y seguimiento. En algunos casos, se puede recomendar la reducción de la intensidad del entrenamiento.
 

Conclusión

Ambas condiciones refuerzan la importancia de prestar atención a las señales del cuerpo. Las personas deben buscar atención médica si experimentan síntomas cardíacos, especialmente si están relacionados con la actividad física. La educación y la conciencia son fundamentales; comprender las características de estas condiciones puede ser la clave para la detección temprana y la prevención de eventos adversos.
 

Es esencial que los atletas y aquellos que participan regularmente en actividad física estén bien informados sobre las diferencias entre la MCH y el "corazón de atleta". Mientras que el primero es una enfermedad genética que requiere un manejo cuidadoso y posiblemente restricciones en la actividad, el segundo es una adaptación benigna que, sin embargo, necesita ser monitoreada. Reconocer y responder a los síntomas, así como tener un conocimiento claro de estas entidades, puede hacer toda la diferencia en la salud y el bienestar a largo plazo.

Por Dr. Edwin Tadeo Gómez Gómez
Cardiología

El Dr. Edwin Tadeo Gómez Gómez es un gran especialista en Cardiología. Cuenta con más de 10 años de experiencia en la profesión y una extensa formación en distintos ámbitos de la especialidad. En concreto, es experto en cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca, hipertensión arterial, cardiopatías hereditarias y valvulopatía, entre otros tratamientos y patologías.

Licenciado en Medicina y Cirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad Pontificia Bolivariana, se especializó en Cardiología, vía MIR, en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Además, cuenta con un Máster en Resonancia Magnética en la Universidad Francisco de Vitoria. A lo largo de su trayectoria profesional, ha combinado su labor asistencial con la participación en proyectos de investigación.

En la actualidad, ejerce en el Hospital Juaneda Miramar y es miembro de diferentes sociedades científicas, como la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la European Association of Vascular Imaging (EACVI) y la European Society of Cardiology (ESC).

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