¿Cómo evitar el miedo al fracaso?

Escrito por: María Gallego Blanco
Publicado:
Editado por: Sofía Berrón

La mayoría de las personas nos enfrentamos a lo largo de nuestras vidas a más fracasos que éxitos y, sin embargo, no solemos preguntarnos cómo debemos adaptarnos a ello para llevarlo mejor.

Aprender a “fracasar bien”, de manera que el fracaso no nos destruya o nos agote, es muy importante para ver estas situaciones como lecciones o como aprendizajes. Es decir, debemos entender que el miedo nos puede condicionar e impedir que avancemos, por lo que tenemos que aprender a superarlo.

Cuando tenemos miedo al fracaso también tenemos miedo de
decepcionar a las personas que valoramos

 

¿Cuál es la relación entre el éxito y el fracaso?

El fracaso y el éxito tienen una relación directa. Un ejemplo muy gráfico de esto son las palabras de Michael Jordan en un conocido anuncio de Nike: “He fallado más de 9 mil tiros en mi carrera. He perdido casi 300 partidos. En 26 ocasiones se me ha confiado el último tiro de un juego y he fallado. He fracasado una, y otra, y otra vez en mi vida. Y es por eso… que tengo éxito”.

Además de los datos que surgen del propio anuncio, Michael Jordan había sido apartado del equipo de baloncesto de su Instituto porque no reunía las condiciones que su entrenador consideraba, por aquel entonces, necesarias para jugar.

Lo importante de este ejemplo es preguntarnos qué hubiera pasado si se hubiera rendido ante aquel fracaso. Lo más probable es que no lo habría intentado nuevamente y nunca hubiese llegado a ser un jugador profesional.

Es decir, para tener éxitos hay que saber adaptarnos a los fracasos, aprender de ellos y, sobre todo, comprobar si vamos en la dirección adecuada y continuar.
 

¿Cómo se manifiesta el miedo al fracaso?

En general, el miedo al fracaso conlleva una preocupación sobre lo que los demás piensan de nosotros y tenemos miedo de decepcionar a las personas que valoramos. Además, se puede sentir angustia porque la gente pierda interés en nosotros y dudas respecto de nuestra capacidad o inteligencia para conseguir el futuro que deseamos.

En general, las personas con miedo al fracaso suelen adelantarse y decirle a los demás que no creen poder conseguir determinado objetivo, para que los demás bajen sus expectativas. Por otro lado, en muchos casos existe dificultad para completar ciertas tareas o formación, evitando así las instancias de evaluación.

 

¿De dónde viene el miedo al fracaso?

El miedo al fracaso suele estar relacionado con situaciones que las personas han vivido tiempo atrás. Muchas veces la causa se remonta a la infancia o a entornos excesivamente exigentes, con padres que no proporcionan seguridad o apoyo emocional adecuados.

También existen personas que han sufrido humillaciones o burlas en la infancia, ya sea en la escuela o dentro del entorno familiar, por lo que desde pequeños se han movido desde el miedo y lo han interiorizado de tal manera que sigue presente en la vida adulta.

Por último, en algunas ocasiones, el origen del miedo al fracaso se relaciona con una experiencia traumática que no necesariamente debe haber ocurrido en la infancia. Por ejemplo, una persona que debía dar una charla delante de un grupo de personas y le salió mal. Esa experiencia puede ser tan aterradora que traslada la angustia a otras situaciones perpetrándola en el tiempo.

 

 

¿Cómo podemos enfrentar el fracaso?

Una psicóloga profesora de la Universidad de Stanford, Carol Dwec, ha desarrollado el concepto de enfoque incremental. Esta teoría considera que el talento y las capacidades de las personas con enfoque incremental son fruto del desarrollo personal, la perseverancia, la experiencia y el aprendizaje.

Lo importante de este aporte es que señala que las habilidades se pueden desarrollar cuando nos fijamos nuevos retos y realizamos esfuerzos para mejorar. Esto tiene consecuencias positivas:

  • Las personas aceptan nuevos desafíos: les motiva y les hace persistentes ante los obstáculos y barreras que hay en el camino.
  • Todo esfuerzo merece la pena si conlleva un aprendizaje: aunque el resultado no sea el esperado, no asumen que un fracaso es motivo de humillación o pérdida de tiempo.
  • Movilización: los fracasos les impulsan a expandir sus límites y actúan como un catalizador para la mejora continua.

Para trabajar en el enfoque incremental debemos centrarnos más en el esfuerzo que en el resultado. Si queremos ayudar a una persona cercana, podemos felicitarla y animarla a vivir el proceso con perseverancia y entendiéndolo como una oportunidad de aprendizaje.
 

¿Es el miedo al fracaso un problema psicológico grave?

Existen personas que tienden a evitar las situaciones que les dan miedo o piensan de manera anticipada que van a fracasar. En general, no logran resolver por ellos mismos el miedo al fracaso ni piden ayuda.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada vez que se evita determinada situación, se refuerza y acrecienta el miedo. De esta manera, en muchas ocasiones, puede convertirse en una fobia, lo que puede ser grave y limitante en la vida de la persona.

Existen tres síntomas para detectar cuándo el miedo al fracaso empieza a ser un problema:

  • Pensamientos y emociones negativas o catastróficas.
  • Cambios en el cuerpo o reacciones fisiológicas como taquicardia, sudoración, temblores, dificultad de respiración y molestias gastrointestinales.
  • Conductas de huida y evitación de la situación temida o conductas de búsqueda de seguridad.

En este sentido, cuanto más se asusta la persona, más intensos se vuelven los síntomas y se cae en un círculo de miedo y ansiedad.

Cuando las personas no son capaces de manejar el miedo al fracaso por sí mismas es importante recurrir a un especialista en Psicología antes de que el problema sea más grave y resulte incapacitante.

 

¿Por qué tropezamos una y otra vez con la misma piedra?

Hay errores que generan que caigamos una y otra vez en el mismo fracaso, sin aprender de ello. El más habitual es vivir en el pasado, lamentándonos de lo que ha sucedido, o en futuro, haciendo planes para algo ideal que no sabemos si llegará a materializarse. De esta manera perdemos de vista el presente y no tenemos en cuenta qué podemos hacer aquí y ahora.

Otro error bastante común es preocuparnos por cuestiones que realmente no son tan importantes. Si bien es normal que nos preocupemos por cosas triviales de vez en cuando, no es lógico ni sano vivir permanentemente angustiado, estresado o agobiado.

Por otro lado, muchas veces nos equivocamos al buscar la felicidad en el sitio equivocado, ya que creemos que seremos felices cuando tengamos más dinero, encontremos a nuestra pareja, podamos comprarnos una casa, estemos más delgados o tengamos éxito en el trabajo. El problema es que nada de esto es cierto y nos lleva a centrarnos en metas erróneas.

Por último, otro error frecuente consiste en pretender que las cosas cambien haciendo siempre lo mismo. Si quieres que las cosas cambien, vas a tener que hacerlas de una manera diferente.

Por María Gallego Blanco
Psicología

María Gallego Blanco es licenciada en Psicología, con amplia experiencia en edad pediátrica y adultos.

Durante sus años de formación y colaboración en el Departamento de Pediatría del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, su actividad en la Unidad de Paidopsiquiatría se desarrolló en el área de consulta, hospitalización, elaboración de informes psicológicos jurídico–periciales y asesoramiento clínico y psicopedagógico a varias unidades y servicios del Departamento. Fundamentalmente en el Servicio de Neuropsicología pediátrica, Unidad de endocrinología, crecimiento y nutrición pediátrica, Unidad de trastornos metabólicos, Unidad de Gastroenterología y Hepatología y Nutrición pediátrica, Unidad de Hematología y Oncología pediátrica y Pediatría general.

De este modo y, puesto que también trabaja con adultos al margen de la práctica psicoterapéutica en el área de pediatría, a lo largo de los últimos 20 años ha realizado la evaluación e intervención de casos que engloban los problemas y trastornos más frecuentes en psicoterapia: de ansiedad, depresivos, de personalidad, patología específica pediátrica, terapia de pareja, trastornos de alimentación, patología ligada a enfermedades crónicas (oncología, diabetes...).

Colabora todos los lunes a las 12:30 en el  programa de EsRadio Galicia, donde tiene el 'Espacio de psicología con María Gallego'.

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