5 aspectos sobre la radiofrecuencia para el tratamiento del dolor

Escrito por: Dr. Domingo Ventura Vargas
Publicado:
Editado por: Top Doctors®

La radiofrecuencia es un procedimiento analgésico que tiene como objetivo producir calor en el tejido afectado para disminuir o eliminar el dolor. Esta técnica se utiliza en la Unidad del Dolor desde hace varios años, pero se ha ido perfeccionando durante la última década, especialmente en su efectividad y seguridad.

 

Tipos de radiofrecuencia

Existen dos tipos de radiofrecuencia:

  • Radiofrecuencia convencional (RF): también llamada radiofrecuencia térmica, elimina el dolor causando lesión por el calor, mediante una corriente de baja energía con altas frecuencias, eleva la temperatura a los 80ºC para interrumpir la transmisión del dolor.
  • Radiofrecuencia pulsada (RFP): interrumpe la corriente para controlar la temperatura y suprimir el calor en el tejido. La temperatura máxima alcanzada es de 40-42 º C en un tiempo de 120 segundos. Tiene como ventaja que no es destructiva, por lo que puede estar indicada en casos donde la radiofrecuencia convencional no puede usarse.

Qué dolores trata la radiofrecuencia

La radiofrecuencia está indicada para los siguientes tipos de dolor:

  • En la columna vertebral: cervical, dorsal, lumbar, patología artrósica, lesiones vertebrales.
  • Dolor facetario (articulaciones vertebrales)
  • Dolor por artrosis de cadera, rodilla y hombro
  • Dolor discogénico: hernias de disco, ciática
  • Dolor tras cirugía de la columna vertebral
  • Dolor en articulación sacroiliaca (entre el sacro, el ilion y el coxis)
  • Síndromes de dolor regional complejo con dolor mantenido por el sistema nervioso simpático
  • Neuralgia esencial del trigémino
  • Ciertos casos de migraña
  • Dolor en territorios de los nervios periféricos: intercostales, supraescapular, nervio pudendo, dolor abdominal, etc.
  • Dolor en determinados puntos dolorosos (puntos gatillo)

 

En qué consiste la radiofrecuencia

El procedimiento consiste en el paso de una corriente de alta frecuencia a través de una cánula en la que sólo aumenta la temperatura en la parte de la punta, de entre 2 y 4 mm. Así pues, el calor que transmite la cánula se aplica al punto a tratar, normalmente un nervio sensitivo causante del cuadro de dolor, de modo que se interrumpe la transmisión de este dolor. El tratamiento se lleva a cabo bajo anestesia local y sedación, así que es confortable y no es doloroso.

 

Efectos secundarios de la radiofrecuencia

Si la técnica se lleva a cabo en manos de un experto y siguiendo consejos de seguridad, tiene muy pocos efectos secundarios. La intervención ha de practicarse en un quirófano para mantener la asepsia (ausencia de gérmenes que puedan provocar una infección), y con la seguridad de ver exactamente la zona donde se introduce la cánula, es decir, bajo control radiológico o ecográfico. Al ser una técnica física, existen las molestias de la infiltración (por la anestesia local y la sedación, que son mínimas. En el caso de no controlar la inserción de la cánula, otra complicación podría ser una punción no deseada en otra estructura o en un vaso y provocar un hematoma.

Para reducir la probabilidad de complicaciones, una técnica de seguridad es comprobar la estimulación motora y sensitiva una vez se tiene la cánula en la ubicación adecuada y controlada radiológicamente. Con unas preguntas al paciente y antes de proceder a realizar la radiofrecuencia, se practica una estimulación en la que el paciente nota un hormigueo (parestesias) en la zona donde habitualmente siente el dolor, lo que significa que la cánula está en posición adecuada.

 

Resultados de la radiofrecuencia

El procedimiento interrumpe la conducción nerviosa, lo que a su vez puede reducir el dolor y otros síntomas asociados. En torno a un 70-80% de los pacientes logra un buen bloqueo de la estructura nerviosa diana. Esto debería aliviar la parte del dolor controlada por el nervio intervenido. A veces, tras el tratamiento de un nervio, se hace evidente que también hay dolor proveniente de otras zonas. Si la intervención ha sido un éxito, el resultado puede durar entre 3 y 18 meses, normalmente entre 6 y 9.

Por Dr. Domingo Ventura Vargas
Unidad del Dolor

El Dr. Ventura Vargas es un reputado médico especialista en Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del Dolor y cuenta con 20 años de experiencia. Es experto en láser intradiscal, técnicas intracanal, radiofrecuencia, síndrome postlaminectomía, dolor lumbar y Plasma Rico en Plaquetas.

Se licenció en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla y posteriormente se especializó en Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor (2003). Además, complementó su formación con un Máster en Acupuntura Medica para el Tratamiento del Dolor por la Universidad Pablo de Olavide.

En la actualidad es el Jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Quiron Infanta Luisa. Además de su labor asistencial, ha participado en múltiples congresos de la especialidad a nivel nacional e internacional. Además, es miembro de diversas asociaciones científicas como las sociedades española y andaluza del dolor y de la Red Multidisciplinaria en Investigación y Educación del Dolor (EMNIPRE).

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