Viviendo con ansiedad: explorando la fobia social y sus manifestaciones

La fobia social es un trastorno de ansiedad que consiste en un miedo irracional ante determinadas situaciones sociales, que se acompañan con intensas sensaciones de ansiedad. La persona teme ser juzgada ante los demás y está convencida de que su actuación social puede quedar en ridículo.

Las situaciones más temidas son las que implican un grupo grande de personas, una actuación en público, conocer gente nueva, hacer peticiones incluso hablar por teléfono.

¿Cuáles son los principales síntomas?

Las sensaciones de ansiedad, van desde taquicardias, sudoración, rubor, temblores, falta de aire… son muy desagradables, y la persona las vive como si fueran altamente observables por los demás, lo cual aumenta su intensidad y temor a ellas.

Lo que sucede como es lógico, es que la persona que la padece tiende a protegerse en exceso e incluso a evitar este tipo de situaciones, lo cual la lleva a aumentar su temor y disminuir su capacidad de afrontamiento.

¿Existen diferentes tipos de fobia social?

Hablamos de fobia social específica, cuando este cuadro se produce ante una determinada situación, como puede ser hablar en público, y de fobia social generalizada, cuando sucede ante la mayoría de situaciones sociales, a excepción de su círculo más íntimo de personas.

En este trastorno de ansiedad es crucial el factor cognitivo, es decir, lo que pensamos y nos decimos a nosotros mismos en estas situaciones. Si estamos convencidos de que haremos el ridículo o que todo el mundo se dará cuenta de que tenemos vergüenza o de que nos sentimos inseguros, es normal que estemos tensos y temerosos a la hora de interactuar con otros.

Cómo combatir la fobia social

En esta dimensión es importante desmontar algunos mitos y creencias que tenemos acerca de “lo que los demás esperan”, lo que supone ser una persona socialmente exitosa, o cómo se supone que debemos hablar.

Es común escuchar en personas que padecen fobia social, que las personas socialmente exitosas hablan mucho y son muy seguras de sí mismas, y esto realmente no es así. La primera característica interesante para relacionarnos con los demás es saber escuchar y tener empatía. Quizá, si analizamos y desmontamos algunas de estas creencias, afrontaremos las situaciones sociales con más calma, y por tanto disminuirá nuestra ansiedad.

Otra dimensión determinante en este cuadro es la parte fisiológica. Las sensaciones físicas de la ansiedad son tan acuciantes e intensas, que la persona está convencida de que la gente lo percibe, cuando lo que sucede realmente es que lo percibimos solamente nosotros, o al menos en mayor medida.

Por último, en el mecanismo de la fobia social es muy importante nuestro comportamiento defensivo ante estas situaciones, ya que, aunque en principio nos alivie la ansiedad (evitar ir a una fiesta, sentarme en una zona poco iluminada, pedirles a mis conocidos que pregunten por mí, etc.), en realidad la acaba manteniendo, ya que impide que nos enfrentemos por nosotros mismos y afrontemos la ansiedad, lo cual convierte el proceso en un círculo vicioso.

¿Se puede tratar la fobia social?

La terapia psicológica de la fobia social es muy efectiva, ya que nos ayuda a entender el procesamiento de la información erróneo que estamos teniendo y a cambiarlo por otro mucho más adaptativo y realista.

También es interesante aprender técnicas de relajación y tratar nuestra autoestima, ya que puede actuar desde el fondo como un mecanismo de inseguridad que nos lleva a pensar que no somos válidos y por tanto los demás nos juzgarán negativamente.

Por último, el ser capaces de afrontar poco a poco las situaciones temidas, hará que nos sintamos más competentes y motivados, lo que aumentará progresivamente la seguridad en nosotros mismos. Ante cualquier duda es esencial consultar con un especialista en Psicología con experiencia.