¿Por qué se habla cada vez más de la ansiedad?

La creciente discusión sobre la ansiedad en la sociedad actual se debe a múltiples factores. En primer lugar, la conciencia pública sobre la salud mental ha aumentado considerablemente en las últimas décadas. Se ha realizado una mayor investigación científica en el campo de la Psicología y la neurociencia, lo que ha permitido una comprensión más profunda de la ansiedad y sus efectos.

 

Además, el estrés y las presiones de la vida moderna, como las redes sociales, la competitividad laboral y la incertidumbre económica, han contribuido a un aumento en la incidencia de la ansiedad. La pandemia de COVID-19 también ha generado un aumento en la discusión sobre la ansiedad debido a sus impactos en la salud mental.

 

Es cierto que, en la sociedad actual, incluso intentar "relajarnos" puede generar ansiedad o estrés en algunas personas. Esto se debe en parte a la presión constante para estar siempre conectados y disponibles, así como a la sobreexposición a estímulos digitales y sociales que dificultan desconectar.

 

Además, la sensación de que se espera que estemos siempre productivos y que el tiempo de ocio debe ser productivo también puede generar estrés. La falta de tiempo para el autocuidado y la percepción de que relajarse es un lujo en lugar de una necesidad pueden contribuir a esta dinámica.

 

 

La ansiedad es una emoción natural y adaptativa que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Es una respuesta del organismo ante situaciones de amenaza o estrés. Los trastornos de ansiedad, por otro lado, son condiciones de salud mental en las que la ansiedad se vuelve crónica, desproporcionada a la situación y afecta significativamente la vida diaria de una persona.

 

Algunos ejemplos de trastornos de ansiedad incluyen el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad social y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). La principal diferencia radica en la intensidad, duración y el impacto negativo en la calidad de vida que caracteriza a los trastornos de ansiedad.

• Practicar la atención plena (mindfulness): la atención plena puede ayudar a reducir la ansiedad al enfocarse en el presente y aprender a gestionar los pensamientos y emociones de manera más saludable.
• Ejercicio físico regular: el ejercicio libera endorfinas, que son neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés y la ansiedad.
• Técnicas de relajación: la respiración profunda, la meditación y el yoga pueden ayudar a reducir la ansiedad.
• Establecer límites digitales: limitar el tiempo en las redes sociales y el uso de dispositivos electrónicos puede reducir la exposición constante a estímulos estresantes.
• Buscar apoyo social: compartir preocupaciones y emociones con amigos y familiares puede aliviar la ansiedad.

Sí, es posible que estados de ansiedad no tratados evolucionen hacia trastornos de ansiedad. La ansiedad crónica no tratada puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de una persona, afectando su salud física y emocional, así como sus relaciones y su funcionamiento en la sociedad.

 

La detección temprana y el tratamiento adecuado son cruciales para prevenir que la ansiedad se convierta en un trastorno más grave. Los trastornos de ansiedad suelen ser tratables con terapia psicológica, medicamentos o una combinación de ambos, pero la intervención temprana es fundamental para un pronóstico más favorable, por ello, no dudes en consultar con un especialista en Psicología con experiencia.