Atención médica a 10.000 metros de altura: ¿hay algún médico a bordo?

Escrito por: Dr. Miguel Ángel Cobos Gil
Publicado:
Editado por: Yoel Domínguez Boan

Regresaba de mi primer Congreso Mundial de Cardiología, cuando la megafonía de mi avión interrumpió mi cabezada. Sorprendido, me presenté a la tripulación y me encontré atendiendo a una paciente malaya que presentaba dolor abdominal. Aunque no pude diagnosticar su problema, el dolor desapareció con antiácidos y, horas después, bajé del avión con la paciente sin síntomas. En ese viaje aprendí que los trabajadores sanitarios podemos ser útiles incluso a 10.000 metros de altura.

 

En 1930, la Boeing Air Transport, la primera compañía estadounidense de vuelos comerciales, contrataba enfermeras como azafatas para inspirar confianza y brindar atención médica básica en caso de emergencia. Sin embargo, la falta de enfermeras durante la Segunda Guerra Mundial, dejó la asistencia médica en manos de tripulaciones no preparadas y médicos que viajaban en los aviones. Durante décadas, el equipamiento médico en las aeronaves era escaso y precario, hasta que en 1986 la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos estableció un contenido estándar para los kits de emergencia.

 

Aunque actualmente la mayoría de las aerolíneas cuentan con kits de emergencia, su contenido puede variar y no todos los aviones tienen desfibriladores automáticos. Además, no existe una legislación internacional que obligue a las aerolíneas a tener un equipamiento médico específico, lo que dificulta saber con precisión el número de problemas médicos que ocurren en los vuelos comerciales.

 

Según un estudio, en promedio, se registra un evento médico en cada 604 vuelos. Sin embargo, basándonos en una encuesta informal, es posible que la incidencia sea aún mayor. Con el aumento de los viajes y la población más envejecida y con comorbilidades, es probable que este problema crezca en los próximos años.

 

Avión volando
La humedad y la presión son distintas en la cabina de un avión en pleno vuelo
 

 

"Es necesario mejorar la atención médica en los vuelos comerciales"

En cuanto al entorno físico del avión, es importante tener en cuenta que la presión y la humedad son diferentes a las condiciones normales a nivel del suelo. El aire en la cabina está presurizado a 520 mmHg, lo que reduce la capacidad de oxigenación y puede afectar a personas con tabaquismo, enfermedades cardíacas o respiratorias. Además, la baja humedad en el avión puede causar problemas oculares y molestias respiratorias.

 

La inmovilidad prolongada en los vuelos también puede contribuir a la acumulación de líquido en las piernas y aumentar el riesgo de trombosis venosa y embolia pulmonar. Se recomienda a los pasajeros usar ropa cómoda, beber líquidos, hacer ejercicios de estiramiento y moverse frecuentemente durante el vuelo.

 

En caso de una emergencia médica a bordo, es importante que los médicos y el personal sanitario colaboren estrechamente con la tripulación y los servicios de asesoramiento médico en tierra, si están disponibles. Los recursos y dispositivos médicos de los propios pasajeros, como oxímetros o glucómetros, pueden ser útiles en situaciones de emergencia.

 

Aunque las legislaciones y las responsabilidades varían según el país, la mayoría de las leyes reconocen la singularidad de la asistencia médica en vuelo y brindan cierta protección a los médicos que brindan ayuda desinteresada. Sin embargo, es fundamental recordar que la labor del médico en estas circunstancias no es diagnosticar al paciente, sino evaluar y planificar el mejor tratamiento en colaboración con la tripulación y los servicios médicos en tierra.

 

En conclusión, es necesario mejorar la atención médica en los vuelos comerciales. Se requiere un registro internacional que recoja datos sobre la incidencia de emergencias médicas a bordo, así como la actualización de los kits de emergencia con tecnología actualizada. Además, es esencial extender los centros de asesoramiento médico en tierra a todos los vuelos y establecer protocolos de intercambio de video desde la cabina.

 

En cada vuelo, más de medio millón de personas están en el aire, a menudo sin acceso a atención médica adecuada. Como médicos, podemos marcar la diferencia al responder al llamado de "¿Hay algún médico a bordo?" y aprovechar todos los recursos disponibles para brindar la mejor atención posible a 10,000 metros de altura.

*Перевод с переводчиком Google. Мы приносим извинения за любые несовершенства

Por Dr. Miguel Ángel Cobos Gil
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