Nuevos avances en el tratamiento de la hernia discal, ¿existe algo más efectivo que las infiltraciones?

Evitar la necesidad de operación es una preocupación constante en los pacientes que sufren una hernia discal y los profesionales que los atienden, por los pobres resultados y las complicaciones que pueden aparecer en este tipo de cirugía.

En la Unidad del Dolor contamos con una serie de tratamientos eficaces y seguros para controlar el dolor de ciática, como las infiltraciones epidurales. Cuando las infiltraciones no son suficientes para controlar el dolor o hay una hernia discal importante, es necesario abordar el problema con otras técnicas más avanzadas.

Estas nuevas técnicas, que solo están disponibles en algunos centros especializados, actúan directamente en la hernia discal, de forma muy poco invasiva, y sin necesidad de postoperatorio.

¿Cuándo se indican los tratamientos discales?

Los tratamientos discales se dirigen a lesiones en esa zona: protrusiones, fisuras, hernias o espondiloartrosis. Como toda técnica intervencionista en el tratamiento del dolor, buscan solucionar el dolor, y así devolver la autonomía y bienestar previo al paciente.

Son técnicas que se indican cuando el especialista en Unidad del Dolor tiene una sospecha clara (algo que se identifica por RMN) de que la causa del dolor lumbar reside en una hernia discal, fisura o protrusión. Por norma general son lesiones discales que requieren de mucho tiempo de recuperación para que curen de forma espontánea, incluso años. Estas técnicas buscan actuar en la lesión discal, corrigiendo la causa del dolor de manera rápida y mínimamente invasiva.

Es importante destacar que no son técnicas válidas para todos los casos pero, si se cumplen ciertos requisitos, los resultados son excelentes, permitiendo controlar el dolor e incluso reduciendo el volumen de la lesión.

Hay varios tipos de terapias intradiscales. Una de las más usadas es la discólisis con ozono que ha demostrado controlar el dolor y evitar la necesidad de cirugía de espalda en el 71% de los pacientes con hernia discal.

Discólisis de ozono para controlar el dolor y reducir la inflamación

La nucleosis o discólisis de ozono es una técnica percutánea que emplea ozono en el interior del disco herniado con el objetivo de controlar el dolor y reducir tanto el tamaño de la lesión como la inflamación.

Cuando se aplica el ozono directamente en el interior del disco se ponen en marcha una serie de mecanismos moleculares que hacen que disminuya el tamaño de la hernia, ya que se produce una descomposición de las partes acuosas del núcleo pulposo. Esto reduce la presión entre los discos y peri-radicular y, por lo tanto, también el dolor que produce dicha hernia en el paciente.

Es un tratamiento que se realiza de forma ambulatoria y percutánea, guiado por rayos X o TAC, en que el especialista introduce el ozono en el disco herniado a través de una aguja. Es una técnica sin apenas efectos adversos (menor al 0,1%) y con una efectividad avalada y recogida en muchos estudios clínicos de metanálisis. En estos estudios se demostró que entre un 70 y un 80% de los pacientes respondieron favorablemente a la discólisis con ozono, cuyo efecto duró varios años. En concreto, en el 80% de los pacientes duró al menos 2 años y, en el 70%, duró entre 5 y 10 años.

Además, existen muy pocas contraindicaciones para el uso de la ozonoterapia, solamente los trastornos graves de coagulación, el déficit genético de la enzima G6PD o haber sufrido un infarto recientemente.

¿Qué otras técnicas intradiscales innovadoras existen actualmente?

Hay otras técnicas actualmente que pueden usarse en casos concretos de lesiones discales:

• Descompresión discal percutánea. Con esta técnica se extrae parte del contenido de una hernia o protrusión mediante una cánula, sin incisión. De esta manera se consigue “descomprimir” las raíces nerviosas en protrusiones voluminosas o hernias.
• Radiofrecuencia discal QMR (Resadisc). Esta técnica emplea una onda eléctrica que consigue romper los enlaces de las moléculas acuosas del núcleo del líquido sin emitir calor. Es eficaz tanto en dolor discogénico como en dolor radicular secundario a una lesión discal.
• Tratamiento con láser de la hernia discal (Discolux, PLDD). Es otra técnica que descompone molecularmente el contenido acuoso del núcleo pulposo de la hernia o protrusión sin que se aumente la temperatura de los tejidos colindantes, lo que permite evitar cualquier daño del resto de estructuras.
• Tratamientos regeneradores del disco intervertebral. Es un tratamiento que se emplea en la enfermedad discal degenerativa. Se pueden tratar las lesiones óseas de los platillos vertebrales asociadas a espondiloartrosis entre otras, con plasma rico en plaquetas (PRP) o concentrados de células de médula ósea (BMC).

Gracias a estas nuevas técnicas se abre un abanico de opciones en el tratamiento de la hernia discal y otras lesiones discales sin cirugía. Identificar la mejor opción en cada caso es la labor del médico especialista en la Unidad del Dolor.