El método mágico para perder peso

Como seres humanos somos curiosos y nos gusta la novedad, por eso nos dejamos embaucar por métodos fáciles, rápidos y que no conllevan esfuerzos. Sin embargo, recurrir a lo fácil sale caro y puede afectar a nuestra salud. Todos conocemos la importancia de una alimentación equilibrada y variada, no obstante, muchas veces se decide por seguir una dieta de las llamadas “milagros” para perder peso en una determinada época del año.

¿Qué son las dietas milagro?

Las dietas milagro se definen como métodos de adelgazamiento que tienen en común la promesa de una rápida pérdida de peso sin apenas esfuerzo. Esto conlleva a un desequilibrio en nutrientes, restricción de la energía ingerida muy severa, e inconvenientes para la salud, como la pérdida de masa muscular y el aumento del riesgo de padecer enfermedades.

Este tipo de dietas hacen que se pierda un alto porcentaje de agua y músculo sin eliminar la grasa, por lo que en cuanto se abandona la dieta, el cuerpo recupera el peso velozmente, casi igual o más rápido de lo que lo habíamos perdido. Esto es conocido coloquialmente como el temido efecto “yo-yo”.

¿Cómo sé que una dieta es “milagro”?

Para detectar lo que es una dieta “milagro”, el grupo GREP-AEDN (Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas) ha recopilado algunas reglas que determinan si una dieta es “milagro”. Puedes desconfiar de una dieta cuando haga afirmaciones que:

• Prometan resultados «rápidos»
• Prometan resultados «mágicos»
• Prohíban el consumo de un alimento o grupos de alimentos
• Contengan listas de alimentos «buenos» o «malos»
• Exageren la realidad científica de un nutriente
• Aconsejen productos dietéticos a los que se atribuyen propiedades extraordinarias • Incluyan relatos, historias o testimonios para aportar credibilidad, y contengan afirmaciones que contradigan a colectivos sanitarios de reputación reconocida

¿Cómo afecta una dieta milagro a nuestro organismo?

Las dietas milagro suelen ser monótonas, sin variedad y complicadas de llevar durante mucho tiempo. Las personas que las siguen pueden acarrear problemas de salud que, en ocasiones, se desconocen o no se relacionan con la dieta porque aparecen al tiempo. Además, el hecho de que a una persona no le vaya bien puede hacerle pensar que en otros pueda funcionar. Por este motivo, estas dietas no se denuncian como fraudulentas a los medios sanitarios, aunque sí que lo son.

No hay recetas mágicas para bajar de peso. El sobrepeso se combate con una alimentación equilibrada y un plan regular de ejercicio físico. El consumo de un solo tipo de alimento durante una semana, o a través de la ingesta de grasas y proteínas y el bajo consumo de verduras y frutas no es una manera sana para perder peso.

Para perder peso tenemos que ser consecuentes de que necesitamos un cambio de hábitos y tiempo para poder llegar a nuestro objetivo. De esta manera, no volveremos a ganarlo.