El Lasik: una opción fácil, rápida y segura para la corrección de defectos refractivos

El Laser-Assisted in Situ Keratomileusis (Lasik) se ha establecido como una de las técnicas más comunes y eficaces para corregir los defectos refractivos en la visión.

Esta técnica ha revolucionado la forma en que abordamos problemas como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo, ofreciendo a los pacientes una solución rápida y segura para mejorar su calidad visual.

¿En qué consiste el Lasik?

El procedimiento del Lasik implica la modificación de la curvatura de la córnea, la lente transparente en la parte frontal del ojo, utilizando un láser excímer.

Para lograr esto, el cirujano realiza un corte preciso en el tejido superficial de la córnea, creando una fina capa que se pliega para acceder al estroma corneal, donde se aplican los impactos del láser excímer. Una vez que se ha realizado la corrección necesaria, esta fina capa se vuelve a colocar en su lugar, y naturalmente se fusiona con el resto del tejido.

Procedimiento ambulatorio y sencillo

Una de las ventajas más notables del Lasik es su naturaleza ambulatoria. Esto significa que el paciente no necesita ingresar al hospital y puede regresar a su hogar el mismo día del procedimiento.

Para garantizar una experiencia cómoda, se aplica una anestesia tópica en forma de colirio directamente en el ojo. El procedimiento en sí es extremadamente rápido, durando aproximadamente 5 minutos por cada ojo. Esto permite que ambos ojos sean tratados en la misma sesión, lo que implica un total de unos 10 minutos de procedimiento.

Después de la operación, se espera que el paciente permanezca en el centro durante unos minutos antes de ser dado de alta. El seguimiento postoperatorio es esencial, y los pacientes generalmente regresan esa misma tarde o al día siguiente para garantizar que todo esté evolucionando según lo esperado.

Requisitos y evaluación individualizada

Aunque el Lasik es una técnica altamente efectiva, no todos los pacientes son candidatos para este procedimiento. Se deben cumplir ciertos requisitos para garantizar resultados óptimos y seguridad. Estos requisitos generales incluyen:

- Edad: el paciente debe haber alcanzado la mayoría de edad, es decir, tener al menos 18 años.

- Estabilidad de la graduación: la graduación debe estar estabilizada y dentro de los parámetros adecuados para el Lasik.

- Salud ocular: el paciente debe gozar de una buena salud ocular en general.

Cada paciente es único, por lo que es crucial que el equipo médico realice una evaluación individualizada antes de determinar si el Lasik es la opción adecuada. Esto asegura que los beneficios superen los riesgos y que los resultados sean satisfactorios.