Las personas con Alzheimer se merecen un diagnóstico: cinco argumentos para acabar con su estigma

La FDA (Federal Drug Administration) ha aprobado el uso del primer fármaco que puede cambiar la historia de la enfermedad de Alzheimer. En otras palabras, en los Estados Unidos se ha aprobado el primer medicamento que puede ralentizar la progresión clínica de los pacientes con esta enfermedad.

Estas son grandes noticias y que implican una importante trascendencia, ya que hoy en día únicamente tenemos tratamientos que mejoraban algunos síntomas de forma transitoria, pero que no actuaban ni impedían la progresión de la enfermedad.

No obstante, debe mencionarse que este tratamiento tiene que administrarse en la fase prodrómica de la enfermedad, es decir, cuando el paciente es totalmente independiente y sus síntomas son leves. Además, esta aprobación ha suscitado cierta polémica, recibiendo importantes críticas de algunos organismos.

Cinco argumentos para acabar con el estigma del Alzheimer

Sin embargo, se trata de noticias que nos hacen vislumbrar una cura para una enfermedad muy cruel, y veo recomendable defender varios argumentos para diagnosticar de manera precoz esta enfermedad.

• Los pacientes nos lo piden: a pesar de que en muchas ocasiones lo olvidamos, es el paciente el principal preocupado por su situación, y en fases iniciales buscan respuestas para sus síntomas. Con el paso de los años y el avance de la enfermedad, el paciente se vuelve dependiente, y la conciencia de su enfermedad se reduce. Nuestro trabajo como médicos es responder a todas las dudas del paciente y ayudarle a descubrir sus síntomas mientras son totalmente conscientes de lo que sucede.
   
• Empodera al paciente. En muchas ocasiones, es la propia familia quien oculta el diagnóstico de la enfermedad al propio paciente con el objetivo de protegerle, aunque no es nada aconsejable. El mayor de los miedos es el temor a lo desconocido, y el diagnóstico acaba con las preguntas y la búsqueda de respuestas. Saber la causa de los síntomas da poder al paciente y le da la opción de decidir sobre su futuro mientras conserva todas sus facultades mentales.
   
• Es mejor prevenir que curar. Un diagnóstico precoz permite que el neurólogo tome medidas de prevención secundaria que han mostrado su efectividad en el deterioro cognitivo. En estas medidas se incluyen el control completo de los factores de riesgo vascular, un plan de estimulación cognitiva… El diagnóstico tardío de la enfermedad de Alzheimer suele ser dramático, y en la fase de demencia el paciente acostumbra a negar los síntomas, y tiene una actitud irritable y desconfiada. Un diagnóstico precoz ayuda a su entorno a prepararse, y hacer que se disponga de un plan de acción para las posibles necesidades de acuerdo a la voluntad del paciente cuando este se encontraba en sus facultades plenas.
   
• No se puede seguir negando la evidencia. El Alzheimer es la primera causa de demencia neurodegenerativa en el mundo y se trata de un problema sanitario de primer nivel. Unos 40 millones de personas tienen demencia derivada del Alzheimer, y se estima que estas cifras aumentarán los próximos años debido al envejecimiento progresivo de la población. Así, se espera que en las próximas dos décadas la prevalencia de la demencia asociada al Alzheimer se multiplique por dos. No obstante, la enfermedad de Alzheimer suele ignorarse como una causa de muerte cuando se hacen partes de defunción. Y es que no se puede curar algo que no podemos ni señalar. Curar el Alzheimer pasa por diagnosticarlo en primer lugar, y en segundo por concienciar a toda la sociedad.
   
• La cura del Alzheimer empieza en su diagnóstico. Las nuevas opciones son bastante prometedoras, y el nuevo fármaco mencionado con anterioridad solo puede utilizarse si existe un diagnóstico de la enfermedad durante su fase inicial. A su vez, para realizar un diagnóstico correcto es importante realizar una evaluación clínica con biomarcadores específicos. Entre los nuevos tratamientos, se puede destacar el Aducanumab, que son anticuerpos que se administran una vez al mes y que tienen la capacidad de eliminar los depósitos de proteína amiloide, requisito fundamental para que se desarrolle esta enfermedad. No obstante, debe mantenerse la cautela. Por el momento, el fármaco no ha sido aprobado en Europa, aunque se ha solicitado ya a la Agencia Europea del Medicamento, que debería emitir su resolución próximamente. Además, debe quedar claro que no se trata de una cura del Alzheimer, sino un medicamento que ralentiza la progresión de sus signos. Por último, debe decirse que otros fármacos de características similares (ganteneumab y lecanemab) se encuentran en la fase tres de los estudios que se completarán en el año 2023 y 2024.

Si desea más información sobre la enfermedad de Alzheimer, contacte con un especialista en Neurología.