El TOC homosexual no es un rechazo a la homosexualidad
Written by:¿Qué se entiende por TOC homosexual?
El TOC responde a las siglas de trastorno Obsesivo-Compulsivo. Se trata de un trastorno por ansiedad, en ocasiones tremendamente invalidante, que impide en no pocas ocasiones desempeñar las actividades cotidianas, al menos de forma efectiva y satisfactoria.
El TOC es un binomio entre ideas obsesivas y actos compulsivos. Las obsesiones son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos que aparecen de manera repentina e involuntaria en la mente de una persona que las vive como inaceptables, peligrosas para nosotros mismos o para los demás, repugnantes, etc., generando un gran impacto emocional en quién las recibe. El mero hecho de que aparezca la idea genera dudas en quien la sufre (El TOC a veces se le conoce popularmente “La Enfermedad de la Duda”), creando un intenso malestar en quién las padece y tratando por todos los medios de que desaparezcan. Ahí, es donde aparecen las compulsiones como un método voluntario que utilizamos para eliminarlas.
atormentadas ante la mera idea de su condición sexual
Se pueden tener obsesiones sobre cualquier cosa: desde cerciorarse de que no se va a provocar ningún desastre ni ningún accidente, hasta la posibilidad de enfermar o morir, ordenar y limpiar, la orientación personal, sexual o religiosa, etc. En el caso del TOC homosexual, hace referencia a las personas que viven atormentadas ante la mera idea de su condición sexual, con múltiples comprobaciones al respecto.
Quién sufre de ideas obsesivas sobre su orientación sexual, son aquellas personas que en un principio se han considerado heterosexuales pero que, en un momento determinado les asalta la duda: ¿y si resulta que soy homosexual? En el momento que aparece el pensamiento, su vida se convierte en un infierno, hasta el punto de no poder llegar a centrarse en nada más allá de resolver su duda.
¿Qué puede provocar tener dudas acerca de la condición sexual?
Cuando hablamos de un TOC homosexual, el origen del mismo no se debe a una identidad sexual reprimida sino a los pensamientos sobre la sexualidad.
Casi todos los pensamientos obsesivos crean un malestar tan intenso en la persona que, en no pocas ocasiones, su mera aparición ya nos hace plantearnos por qué ha aparecido, buscar la causa-el origen implica no tener una respuesta inmediata, lo que obviamente genera dudas. Cualquier pensamiento de este tipo va acompañado de una carga emocional muy alta y esto hace que la gente dude de su condición sexual.
En realidad, dudar de la condición sexual implica dudar de uno mismo, aquello que más nos puede dañar y que menor control sobre nosotros mismos nos puede provocar. Así, una personalidad muy controladora que no se permite concebir un mínimo de ambivalencia en su vida generará que la mera apariencia de la obsesión eche por tierra todos sus recursos psicológicos para poder afrontarlos.
¿Qué tipo de síntomas se manifiestan y con qué obsesiones? ¿Cómo puede afectar en su vida diaria?
El primer síntoma es una fuerte atención a los pensamientos y una etiquetación de los mismos como inaceptables. Esto provoca una intranquilidad que hace que no actuemos de manera natural. Así, cuando uno está tan preocupado por certificar si será verdad o no, es difícil dejar que fluyan las ideas con normalidad provocando una gran auto-observación a todos nuestras ideas y actos, generándose una espiral de pensamiento-reaseguración-pensamiento malestar.
Pongamos el ejemplo de intentar conducir de manera espontánea como si lo hiciésemos recién salidos de la autoescuela, veríamos todos los fallos que cometemos, aumentando nuestra ansiedad, poniendo más énfasis en cómo conducimos en vez de en el mero hecho de conducir, disminuyendo probablemente nuestra pericia.
A consecuencia de ello, se produce un intento deliberado para que no aparezcan sus temores generándose así, una constante hipervigilancia hacia todo aquello que tenga que ver con la sexualidad propia. Muy asociado con los síntomas, se encuentran los comportamientos que se llevan a cabo a cabo para demostrar heterosexualidad.
Una actitud muy llamativa que denota esta sintomatología obsesiva es asegurarse constantemente de que es heterosexual, con todas aquellas conductas y pensamientos que tengan que ver con la exaltación de la heterosexualidad y la negación de todo aquello que implique un atisbo de homosexualidad.
Así, podemos encontrar desde realizar múltiples conductas que denotan masculinidad, recuerdos de todos los momentos y circunstancias en los que actúa de manera heterosexual, evitar todo aquello que tenga que ver con la homosexualidad como acudir a determinados lugares (basta una playa, un gimnasio en el que pueda haber hombres, o incluso sitios concurridos por el miedo a fijarse en alguien de su mismo sexo ) hasta tratar de no hablar con personas de orientación homosexual.
Comprobar constantemente si tienen algún tipo de excitación sexual cuando están en presencia de personas de su mismo sexo y, al contrario, comprobar, reiterar repetidamente incluso forzándose a ello, su capacidad de excitarse con personas de distinto sexo, llegando a hacer conductas exageradas, tanto en frecuencia como en intensidad que suponen un cambio radical respecto a su dinámica anterior.
¿Qué puede causar ese rechazo o ese miedo a ser atraído por el mismo sexo?
La propia obsesión cuando se presenta lo hace de una manera que las ideas o imágenes que aparecen lo hacen con una elevada intensidad y sobre temas que la persona considera vitales para su salud física o psicológica de uno mismo o de los demás, provocando por tanto una fuerte emocionalidad.
En el caso de la homosexualidad, la orientación sexual tradicionalmente ha estado muy definida y polarizada. La condición sexual es algo prejuiciosamente muy marcado en la sociedad que rara vez da lugar a términos medios; se piensa que o se es heterosexual u homosexual pero no en qué medida, no dando lugar a grados; por lo cualquier mínimo síntoma-mínima duda hace que nuestra idea prefijada “salte por los aires”.
Igualmente, existen connotaciones sociales y familiares. Hoy en pleno siglo XXI (aunque afortunadamente la cosa está cambiando), hay gente que le incomoda la homosexualidad, asociándose a ello, por tanto, el miedo al rechazo.
Quien tiene miedo a ser homosexual, rara vez tiene sentimientos homófobos. Para las personas que sufren de este tipo de TOC, el problema no son las personas homosexuales sino la posibilidad (aunque racionalmente pueda parecerles muy remota) de ser alguien que no quiere ser.
¿Cómo se ayuda a una persona a ver que ese miedo es irracional?
Basta tener en cuenta el impacto emocional, el nerviosismo, malestar que provoca una simple idea, pensamiento (solo el mero hecho de haber tenido la idea) sobre algo que, probablemente de manera natural, no rechazaríamos. Pues mucha gente que padece el TOC homosexual no rechaza la homosexualidad.
Es importante que sea consciente de todo aquello que hace o deja de hacer, bien para que no aparezcan estos fantasmas en su cabeza o para eliminarlos una vez que han aparecido.
Es necesario aceptar e interiorizar que el pensamiento es involuntario y, aunque en su esencia pueda ser racional, el bucle mental y comportamental que se pone en marcha para, en este caso demostrar su falsedad lo convierte en irracional. Encontrar motivos lo convierte aún en más irracional. Hay veces que el exceso de razón o de razonamiento puede llevar a la “sin razón” y en ese momento la razón se convierte en un arma de doble filo.
¿Qué tipo de tratamientos existen?
El objetivo del tratamiento consiste en ayudar a la persona a convivir con sus temores (en nuestro caso la aparición de los pensamientos), no tratar de erradicarlos, pues cuanto más se intenta, generalmente, más fuerte aparecen. Es importante trabajar no sólo con las ideas sino también con la tendencia general al control y a buscar soluciones infalibles que suelen buscar quiénes sufren el TOC homosexual.
La terapia Cognitivo- conductual suele ser muy efectiva en éstos casos, pues a través de la exposición con prevención de respuesta suele conseguir de forma relativamente rápida y efectiva, la estabilización emocional de los síntomas que presenta el paciente, para posteriormente realizar un análisis más profundo de los factores de vulnerabilidad que presenta el paciente para evitar no sólo las obsesiones, sino otras posibles patologías ansiógenas.
¿Qué consejos se le pueden dar a una persona que sufre un TOC?
El primero es conocer qué le ocurre, ponerle nombre al problema del que se trata, en este caso, Obsesión y Compulsión. En segundo lugar, aceptar que se está manteniendo una obsesión. Cuando esto ocurre “aprendemos a convivir con ellas”, rebajando el impacto mental que tienen sobre nosotros, restándole fuerza, lo que habitualmente lleva a que éstas disminuyan tanto en frecuencia como en intensidad.
Este malestar emocional es difícil de manejar por uno mismo y controlar estas situaciones.
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