El Yellow Day se considera “el día más feliz del año”, en contraposición al Blue Monday. Este día se celebra cada 20 de junio y se instauró en 2005, haciéndolo coincidir con el cambio de estación. Pero, ¿qué implicaciones psicológicas puede tener la celebración de un día como este? En este artículo exploraremos los efectos psicológicos del Yellow Day y la necesidad actual de mostrar siempre una cara feliz hacia el otro, aunque sea forzada.
¿Existe una fórmula de la felicidad?
El color amarillo en la psicología, se relaciona con el sol, la alegría, la iluminación. En muchos cuentos y películas infantiles, el sol es la representación de la alegría, de ahí que sea de color amarillo. Cuando hace sol, la gente se encuentra mejor, está más alegre y puede salir más a la calle de una manera generalizada, nos comenta la especialista en Psicología, Bárbara Zapico.
El Yellow Day se sitúa en una época del año considerada como una de las más felices, pero, ¿cómo podemos llegar a una conclusión así? Hay muchas teorías acerca de la felicidad. El psicólogo e investigador de la Universidad de Cardiff, Cliff Arnall, propuso la siguiente fórmula para calcular este concepto:
O+(NxS)+Cpm/T+He
- La “O” representa el tiempo que dedicamos a actividades al aire libre.
- La “N” es el tiempo que dedicamos a la naturaleza y al entorno.
- La “S” es el tiempo que dedicamos a sociabilizar con otras personas.
- “Cpm” son los buenos momentos y recuerdos que tenemos de aquello que vivimos.
- “T” hacer referencia a la temperatura y el clima del verano.
- “He” es el tiempo que dedicamos a las vacaciones.
Siguiendo con esa línea, según el Informe Mundial de la Felicidad (World Hapiness Report), para medir la felicidad en los países, se tienen en cuenta seis variables:
- El PIB per cápita.
- La generosidad.
- La libertad para hacer elecciones en la vida.
- La percepción de la corrupción.
- La esperanza de vida.
- El apoyo social.
El último informe mundial del pasado 2022, el país más feliz del mundo, fue Finlandia, con una puntuación de 7,8 sobre 10, seguido de Dinamarca e Islandia. España se situaba en el número 32, con una puntuación de 6,4.
Estas son algunas de las formas de calcular la felicidad, pero también existen días señalados que están directamente relacionados con ese concepto como, por ejemplo, San Valentín, Navidad o, en este caso, el Yellow Day. El auge de las redes sociales y la exposición de nuestras vidas en ellas puede que haya generado una necesidad de querer impostar y mostrar a los demás que somos personas llenas de energía, ocio, vitalidad y felicidad. Esto puede pasar en nuestro día a día, pero más si existen días dedicados a este tipo de emociones positivas.
Yellow Day, el día más feliz del año
Según Bárbara Zapico, el Yellow Day se celebra el 20 de junio porque es un día previo al cambio de estación de primavera a verano, considerándose esta estación, como una de las más felices del año. “Hay más luz, la gente está más tiempo en la calle, se realizan más actividades al aire libre, se trabaja menos, los niños no tienen colegio, etc. Al igual que el Blue Monday, habrá muchas personas que desconozcan su existencia, y este tipo de días, puede condicionar a que la persona se encuentre más alegre, aunque ese mismo día le haya ocurrido una desgracia. Es importante contextualizar y no “agarrarse” a etiquetas sociales”, afirma la especialista.
La felicidad constante: Ana de Paz Menéndez, psicóloga en Psicopartner
El hecho que nos obliguemos a tener días como el Yellow Day, también nos permite reflexionar acerca de la necesidad visible de mostrar siempre nuestra mejor cara, nuestra felicidad hacia los demás y esa justificación de que todo va bien de cara a la galería. Por tanto, ¿existe una presión social que nos lleva a desarrollar una necesidad vital en estar siempre bien frente a los demás? De ello, hablamos con la psicóloga sanitaria del centro Psicopartner, Ana de Paz Menéndez.
La psicóloga nos explica que somos seres que nos desarrollamos en sociedad y, en consecuencia, “tratamos de mostrar lo mejor de nosotros mismos para agradar al grupo de pertenencia, ya sea la familia, los amigos o los compañeros/as, buscando conseguir su aceptación, y entendiendo que si transmitimos emociones que resultan agradables seremos más fácilmente aprobados”.
Cada persona tenemos una manera distinta de aprender a gestionar nuestras emociones y esto afecta directamente a la manera que tenemos de expresarlas. Si no somos capaces de mostrarlas tal cual las sentimos, y solo mostramos la felicidad, aunque no sea cómo nos estemos sintiendo en ese momento, solo provocará una mayor intolerancia hacia la experiencia y regulación de esas emociones.
¿Cómo podemos comunicar nuestras necesidades emocionales a los demás?
Adoptar un papel activo de aceptación de lo que se está experimentando en cada momento, dejando los juicios a un lado y abriéndose a la curiosidad de lo que ese mensaje emocional quiere transmitirnos. Si individualmente hay tolerancia a la experiencia emocional, será más sencillo conocer y expresar las propias necesidades y deseos a los demás.
¿Cómo se puede fomentar una cultura más comprensiva en la sociedad?
Tener días malos es parte de la vida y todos los hemos experimentado. Emociones como la tristeza, la decepción, la frustración, el miedo, entre otros, son emociones que, aunque desagradables, cumplen una función y negar su mensaje es debilitarnos.
Si individualmente aprendemos a entendernos y cuidarnos, permitiendo y respetando las emociones que aparecen, nos resultará más sencillo comprender a los demás cuando sean ellos quiénes las experimentan. Por ello, una educación emocional sana desde edades muy tempranas ayuda a la gestión emocional, tanto personal como social.
¿Cuál es el impacto de las redes sociales en la autoexigencia de estar siempre bien?
La búsqueda del sentido de pertenencia al grupo, comentado anteriormente, se hace especialmente relevante en la adolescencia, donde el grupo de iguales se conforma como el grupo principal de referencia. La discrepancia entre lo que somos y lo que el grupo marca como deseable puede tener importantes implicaciones en la autoestima y desempeño de los adolescentes.
¿Qué técnicas ayudan a gestionar nuestras emociones en un contexto social?
- Conocer cómo funciona el ser humano, entender las emociones y el valor que tienen en la vida, para aceptar que la experiencia es una parte del proceso.
- Normalizar que las emociones desagradables sentidas, forman parte del universo emocional y son necesarias para el desarrollo vital. Cada emoción y las circunstancias en las que se experimenta requerirá de un afrontamiento determinado.
Solo con abrirse a la experiencia ya se está permitiendo también abrirse al aprendizaje.
¿Cómo cultivar una mentalidad de autocuidado en un mundo dónde se valora el estar siempre bien?
Tal y como explica la psicóloga Kristin Neff, referente en el campo de la autocompasión, ésta se articula mediante la empatía con uno mismo, con el conocimiento que el dolor forma parte de la experiencia humana y con la atención a nuestras emociones y pensamientos.
Por tanto, para cultivar una mentalidad de autocuidado y autocompasión se requiere de una actitud consciente y voluntaria de movilizarse hacia el bienestar emocional, lo que implicará considerar todas las emociones que aparezcan, y abrirse a explorar y descubrir el mensaje que estas quieran transmitir.
¿Cómo podemos manejar las expectativas de los demás?
El bienestar emocional está muy asociado con identificar los propios valores, y atender a los propios deseos y necesidades, pues son ellos los que marcan y guían el rumbo.
Cada persona tiene su propia dirección, y por tanto, cuenta con sus valores, deseos y necesidades, por lo que ocuparse de las expectativas de otras personas de una manera rígida, sin escucharse a sí mismo, no ayuda a conectar con el propio camino, sino que más bien lo obstaculiza.
¿Qué papel juega la autenticidad y la honestidad emocional en nuestra salud mental?
El actuar desde la autenticidad y honestidad con nosotros mismos favorece las relaciones interpersonales más sinceras y satisfactorias, lo que revierte adicionalmente en la estabilidad emocional.
Aprovechar el positivismo y ser honestos con nuestras emociones
Que existan días como el Yellow Day, nos ayuda a reflexionar más sobre nuestras propias emociones y cómo las sentimos en sociedad. “Está bien tener un día donde poder aprovechar ese positivismo y felicidad para el bienestar psicológico, saliendo con amigos o disfrutando de las horas de luz”, como nos recomienda Bárbara Zapico, pero también es un momento perfecto para parar a pensar en que no debemos forzarnos a mostrar felicidad solo para mostrar esa imagen a los demás. Ana de Paz, afirma en este sentido que, “el actuar desde la autenticidad y honestidad con nosotros mismos favorecerá en unas relaciones interpersonales más sinceras y satisfactorias lo que revierte adicionalmente en la estabilidad emocional”.
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