¿Por qué la adolescencia es la etapa más difícil?

La adolescencia es el momento de transición entre la niñez y la edad adulta. El adolescente busca su propia identidad y obtener su autonomía. Para conseguir eso es necesario separarse de las figuras paternas, aunque no es fácil porque todavía no es lo suficientemente maduro.

La Psicóloga Cinthia Sánchez Pacha explica que, uno de los comportamientos más típicos de los adolescentes es buscar libertad, pero cuando ven la responsabilidad que conlleva esta libertad y el mundo adulto, miran hacia otro lado. Por lo tanto, existe un conflicto interno entre la dependencia que aun siente con sus padres y la necesidad de independizarse. Esta lucha interna se expresa mediante peleas y conflictos con los padres, ya que son el pilar del que quieren desprenderse y a la vez su fuente de seguridad.

¿Qué hacer con los cambios hormonales en la adolescencia?

El cambio de actitud puede llegar a ser desconcertante para los padres y los hace sentir inseguros, ya que las estrategias que utilizaban antes no funcionan más. Por eso es necesario adaptarse a estos cambios y modificar las normas por límites más flexibles y negociados con el adolescente. De esta manera, la relación entre padres e hijos evoluciona y cambia, pero el vínculo queda siempre.

Un nivel de conflicto intergeneracional tiene un papel muy importante en el desarrollo de los adolescentes y el funcionamiento de la familia. En el entorno familiar los jóvenes aprenden a resolver problemas manteniendo las relaciones y tolerando las diferencias de opinión. Por lo tanto, la estabilidad familiar es esencial para un adolescente. El equilibrio emocional, la templanza y la estabilidad que les falta en esta época de la vida deben recibirlo de su familia.

¿Qué cambios se producen en los adolescentes?

La conducta de los adolescentes no solo está asociada a cambios hormonales, sino también modificaciones a nivel neuronal. La adolescencia es el momento perfecto para construir un cerebro mejor, ya que es más sensible al aprendizaje. En este momento el niño mira hacia la infancia y reflexiona. El control externo ahora pasa a ser interno, por lo que es capaz de dirigir su atención a los procesos mentales.

En muchas ocasiones, los adolescentes se ven influenciados por su grupo de iguales, la opinión de estos, su aceptación… por lo que lo que dicen los padres ya no es tenido tan en cuenta, sino que ahora compiten con el grupo de amigos.

Otra de las características es la creación de identidad personal. Lo que nos diferencia del resto y nos hace únicos. El desarrollo de esta identidad está muy relacionado con cómo se siente y cómo es el adolescente. Aunque a veces parece lo contrario, el adolescente necesita ser reconocido y aceptado por parte de su grupo de amigos y sus padres.

La adolescencia es una etapa muy reflexiva, por eso los adolescentes pasan gran parte de su tiempo en su habitación, ensimismados y/o ausentes. Los estudios revelan que, debido a los cambios corporales, existe un enorme gasto de energía, por lo que una actitud pasiva refleja la necesidad de reponer fuerzas.

La adolescencia tiene cosas buenas y gratificantes, y una de las tareas de los padres es buscarlas. Los padres deben pensar que en ellos hay un tesoro, y buscarlo con seguridad para encontrarlo. Si no lo creen, es como si no existiera.

Un mediador externo puede ayudar en esta etapa. Desde el Instituto de Medicina EGR contamos con profesionales especializados, que pueden dotar de estrategias y acompañar para superar los conflictos que puedan aparecer, así como potenciar las cualidades que el adolescente posee.

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