Día Mundial de la enfermedad de Parkinson: ¿Qué debemos saber?

Hoy 11 de abril con motivo del día mundial del Parkinson, el Dr. Javier Ruiz Martínez nos habla sobre la enfermedad, en qué consiste, los síntomas y como diagnosticarlo a tiempo. Esta enfermedad se manifiesta principalmente en pacientes entre 60 y 80 años, aunque puede haber formas de presentación precoz, por debajo de los 50 años. Además a diferencia de otras enfermedades neurodegenerativas, como es el caso de la enfermedad de Alzheimer, es menos frecuente que los síntomas se inicien por encima de los 80 años.

 

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson son diversos y se pueden clasificar en dos grupos:

  • Los síntomas motores: son los síntomas típicos como el temblor en reposo (sobre todo de comienzo unilateral), lentitud de movimiento (hipocinesia), rigidez y alteraciones en la marcha y estabilidad.
  • Síntomas no motores: son síntomas más generales, donde nos podemos encontrar con alteraciones del sueño, especialmente el trastorno de conducta del sueño REM, disminución del olfato, estreñimiento o depresión. Es importante no alarmarse con los síntomas no motores si aparecen de forma aislada, por su frecuencia en la población general.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Parkinson?

El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson es fundamentalmente clínico, y en ocasiones se requiere confirmación con pruebas de medicina nuclear (DaTSCAN), o descartar otras causas mediante otras pruebas de imagen (Resonancia nuclear o TAC craneal).

Para clasificar el grado de afectación se suele emplear la escala Hoehn y Yahr, que gradúa  del 1 al 5. En el grado 1 comienzan los síntomas de carácter unilateral. A partir del grado 2 ya se puede percibir una afectación bilateral sin alteración del equilibrio. Más adelante, a partir del grado 3, la capacidad de caminar se empieza a ver afectada, pudiendo conservar todavía la independencia física. En los grados 4 y 5 ya empieza a ver una incapacidad grave, quedando por último el grado 5 en el que el paciente es totalmente dependiente, pudiendo quedar en silla de ruedas.

¿Cómo reconocer la enfermedad de Parkinson?

Los síntomas no motores aparecen con frecuencia antes de que el paciente acuda a la primera visita con el especialista. No obstante, el paciente acude al médico cuando ha observado lentitud de movimiento en sus actividades domésticas como puede ser batir un huevo, o dificultad para girarse en la cama. El diagnóstico precoz de la enfermedad es conveniente para poder recibir el tratamiento adecuado al síntoma. En un futuro esperamos poder contar también con fármacos que permiten detener la progresión de la enfermedad, que deberán emplearse en las primeras fases de la misma.

 

Tratamientos para la enfermedad

En este momento no hay tratamiento curativo, sino tratamiento sintomático. Esto significa que los síntomas pueden mejorar, y permitir una buena calidad de vida, manteniendo un alto grado de autonomía. Con estos fármacos, se ha conseguido que la esperanza de vida de los pacientes sea casi igual a la del resto de individuos. Los fármacos que se utilizan para el tratamiento se encargan principalmente de reponer la dopamina que es el neurotransmisor principal de las neuronas que se pierden como consecuencia del proceso neurodegenerativo.

Estos fármacos no están exentos de efectos secundarios que suelen ser bastante previsibles,  pero conviene estar atento a ellos para cambiar la medicación en cuanto empiecen a manifestarse.

Desde hace años se han desarrollado también terapias para la enfermedad en un estado más avanzado. La intervención quirúrgica consistente en la estimulación cerebral profunda, y lleva realizándose más de 20 años, con gran eficacia y seguridad. También las bombas de infusión han sido un importante avance para conseguir una situación óptima en pacientes que ya no podían ser controlados con el tratamiento médico convencional.

 

¿Cuál es el futuro de la enfermedad de Parkinson?

Los estudios sobre la enfermedad de Parkinson son muy prometedores en la búsqueda de tratamiento que consigan modular o frenar la progresión, pero todavía se encuentra en fase muy preliminar. En el futuro habrá fármacos que puedan ralentizar la enfermedad, que como mencionaba, deberán emplearse en las fases iniciales de la enfermedad, antes de que el proceso degenerativo esté en una fase ya avanzada, y en esto es importante el diagnóstico precoz.

El objetivo último será evitar la muerte neuronal, pero para ello debemos avanzar más en saber la causa de la enfermedad, que a día de hoy permanece aún desconocida. Se sabe que existe un mecanismo multifactorial donde la genética, y el ambiente, en el contexto del envejecimiento juegan un papel principal.

 

 

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