Reducción mamaria: ¿cuáles son las complicaciones de tener mucho pecho?
Escrito por:La reducción de mamas, también llamada mamoplastia de reducción, es una técnica quirúrgica practicada para disminuir el tamaño de los senos. Aunque éste es su objetivo principal, también permite remodelar su forma, elevar la mama hasta una posición ideal en el tórax cuando aparece caída (ptosis de la mama) y ajustar el diámetro de la areola cuando se encuentre dilatada.
La mamoplastia de reducción se indica en todos aquellos casos de hipertrofia mamaria, es decir, en aquellas mujeres que tengan un tamaño excesivo de sus senos. Cuando la hipertrofia sea particularmente extrema se prefiere usar el término de gigantomastia.
el tamaño de los senos o remodelar su forma
¿Cómo afecta a la calidad de vida la hipertrofia mamaria?
Existen algunas complicaciones para las pacientes relacionadas a la incomodidad provocada por el excesivo volumen de los senos. Suelen presentar dolores referidos en el cuello y en la espalda por el peso, además de marcas y depresiones en la piel de los hombros por los tirantes del sujetador y limitaciones en la capacidad de realizar determinadas actividades físicas.
Por otro lado, la irritación de la piel en el surco submamario es otra queja común, sobre todo en épocas estivales de máximo calor.
Y, por último, aunque no menos importante, la hipertrofia mamaria puede asociarse a complejos y pérdida en la autoestima personal.
¿En qué consiste la reducción mamaria?
No hay una única técnica quirúrgica ideal de reducción, ya que el especialista en Cirugía Plástica debe decidirlo según las necesidades de cada caso.
La extirpación se practica en la parte inferior de la mama. Los fragmentos extraídos tienen forma de cuña y se componen de piel y de tejido mamario (grasa y glándula) en diferentes proporciones. En algunos casos, puede ser necesario enviar el tejido extirpado para análisis en el laboratorio (biopsia).
El cierre interno permite recrear la forma cónica de la mama y reubicarla en una posición más elevada en el tórax. El complejo areola-pezón deberá colocarse lógicamente en su punto más prominente. El tamaño final de la mama debe ser proporcionado a la complexión física de la paciente.
El patrón de corte de la piel va a depender del exceso relativo de ésta en relación al volumen final de la mama. Cuando sobra poca piel, la cicatriz rodea la areola y desciende verticalmente desde ésta hasta el surco (técnica de cicatriz vertical). Cuando el exceso de piel es más importante, se añade una cicatriz que sigue la línea del surco (técnica de cicatriz en forma de letra T en posición invertida). Las cicatrices quedarán siempre ocultas por la copa del sujetador.
En general, se recomienda practicar esta cirugía cuando se haya completado el desarrollo mamario tras la pubertad, es decir, a partir de los 18 años de edad.
La mamoplastia de reducción se realiza bajo anestesia general, dura unas 2-3 horas y precisa de una noche de ingreso en la clínica.
Antes y después de la cirugía de reducción mamaria
Durante la visita preoperatoria el cirujano evaluará sus mamas y decidirá la técnica más adecuada para su caso. Además de las pruebas preoperatorias habituales, es aconsejable practicar una mamografía para detectar posibles patologías presentes en sus mamas antes de la operación.
Si la paciente fuma, debe dejarlo por lo menos 1 mes antes de la operación y hasta 1 mes después de la cirugía, ya que puede interferir con la cicatrización y poner en riesgo las heridas.
Durante el postoperatorio deberá seguir las instrucciones que le facilite su cirujano. Debe hacer reposo, portar un sujetador elástico sin aros todo el día y hacerse las oportunas curas de sus heridas. A los 7-10 días podrá reanudar una vida normal tranquila y a partir del mes podrá empezar a practicar sus deportes favoritos.
Durante el primer año no debe exponer sus cicatrices al sol para evitar que adquieran una coloración oscura (pigmentación). Con el paso del tiempo sus cicatrices irán mejorando, pero siempre podrán ser visibles. A veces son necesarios determinados tratamientos adicionales para mejorar el aspecto de las cicatrices, como aceites, láminas de silicona o infiltraciones.
La sensibilidad de la areola y pezón puede sufrir cambios y notar una disminución en la misma.
Por último, no se aconseja el embarazo hasta transcurrido un año de la cirugía ni la lactancia materna, por las cicatrices internas de la glándula.
