Nuevas perspectivas en el hombro doloroso crónico

Pacientes con dolor crónico del hombro sin más especificación se catalogan, actualmente, como un síndrome subacromial en sus diferentes estadios evolutivos. Esta patología es curable y hay un tratamiento específico para cada estadio del proceso. Lo único verdaderamente importante es saber exactamente qué es lo que le causa dolor a su hombro y aplicar el estado de conocimientos actuales para tratar su dolencia.

Muchas personas han tenido regularmente dolor de hombro que se han ido tratando con infiltraciones y con sesiones de recuperación, mejorando temporalmente su sufrimiento, pero sin llegar nunca a un tratamiento específico que los libere definitivamente de su dolencia.

El síndrome subacromial se produce por el sufrimiento de los tendones que envuelven la cabeza del humero a su paso por debajo del acromion. Esto se ve agravado o bien por la actividad del paciente, en cualquier momento de su vida, o bien por la forma puntiaguda del acromion, que es el hueso que forma la bóveda del hombro y que entra en conflicto con estos tendones.

Sintomatología

Las manifestaciones clínicas de esta patología son dolor que se extiende por el hombro y, a veces por la cara lateral del humero, que en más o menos intensidad, puede permanecer con altibajos a lo largo de los años conforme se van superando las etapas que transcurren desde el inicio hasta la rotura masiva. Al principio se trata del dolor en gestos concretos, al colocarse la chaqueta o bien al abrocharse el sujetador. Al acostarse el dolor se incrementa y las actividades realizadas con los brazos por encima de la cabeza también se ven afectadas y, además, con la progresión de la patología se va perdiendo la fuerza cuando se trabaja con los brazos en alto.

El desarrollo del hombro doloroso crónico

El problema se inicia con una bursitis que va progresando a la tendinitis del supraespinoso y, poco a poco, a la lesión parcial de este tendón, después a la rotura del tendón que, poco a poco, se extiende a los vecinos tendones del infraespinoso y del subescapular hasta avanzar con los años a la rotura masiva de todos los músculos que forman el manguito rotador y al pinzamiento subacromial, que es último capítulo de la destrucción del hombro. El diagnóstico se hace con la clínica Radiológica y las modernas resonancias, que nos permite saber exactamente en qué punto de la evolución nos encontramos.

Tratamientos

El tratamiento en las primeras fases, puede ser con una buena rehabilitación intentando potenciar los músculos con capacidad de hacer descender la cabeza humeral para que el tendón se cizalle menos. Si esto fracasa, entramos en la fase quirúrgica. Esta es siempre mediante una técnica artroscópica mínimamente invasiva que nos permite rebajar el acromion, suturar y reinsertar los tendones sobre el húmero con una estancia en clínica de menos de 24 horas.  

En la última fase de pinzamiento subacromial con lesión irreparable, en función de la edad, puede ser una buena solución las infiltraciones con factores de crecimiento plaquetarios, que en muchas ocasiones pueden estabilizar el problema y evitar el tratamiento con prótesis invertida del hombro, pasando ésta a ser en algunas ocasiones, el tratamiento definitivo.