Lesiones deportivas de codo, ¿cuáles son y cómo prevenirlas?

Escrito por: Dr.Prof. Antonio María Foruria
Publicado:
Editado por: Cristina Mateo

El codo es la articulación que nos permite posicionar, orientar y estabilizar la mano cerca y lejos de nosotros. Con el alcanzamos cosas alejadas y también llegamos a nuestro propio cuerpo; su función es fundamental e irreemplazable para poder llevar una vida normal, incluyendo desde las cosas más básicas como el aseo, la vestimenta o la alimentación, hasta practicar el deporte más exigente. .

 

Por ello, conocer las principales lesiones que podemos desarrollar durante la actividad deportiva nos ayudará a prevenirlas y gozar de la buena salud de nuestros codos.

 

Si presentas dolor o pérdida de movilidad en el codo y antebrazo, calambres y hormigueos en las manos, consulta con un especialista de codo. Te ayudará a comprender lo que pasa y a recuperarte, y evitará que tu lesión se cronifique o desarrolle complicaciones adicionales.

 

  • Epicondilitis

La epicondilitis, llamada también codo de tenista, es una enfermedad degenerativa del tendón proximal del extensor radial corto del carpo, un músculo de la cara externa del codo que nos permite estirar la muñeca y estabilizarla cuando usamos nuestra mano.

 

Esta enfermedad es muy frecuente y se presenta con dolor en la cara externa del codo cuando usamos nuestros músculos extensores, incluso haciendo cosas tan simples como dar la mano, o coger una jarra o una botella o abrir una puerta en los casos más graves. Cuando aparece, puede durar muchos meses antes de resolverse y puede impedir que hagamos deporte.

 

Para evitarla, no solo hay que tener unos músculos extensores de la muñeca fuertes y sanos, sino que hay que protegerlos con ejercicios de estiramiento de los músculos extensores antes de la actividad y evitar las sobrecargas repetitivas sin periodos de descanso de la musculatura.

 

Finalmente, en los deportes de raqueta, donde es muy frecuentes su aparición, es fundamental tener cuidado al escoger la empuñadura y el peso de nuestra pala, prestando especialmente atención en los periodos en los que cambiemos una raqueta a la que estamos acostumbrados por otra diferente.

 

Si quieres saber más cosas sobre esta lesión, hemos preparado un monográfico que puedes consultar en nuestra página web o a través de nuestro perfil de Instagram @drforuria.

 

  • Epitrocleitis

La epitrocleitis, llamada también codo de golfista, es una enfermedad muy parecida a la epicondilits, pero que afecta al tendón común flexopronador de la cara interna del codo, donde se anclan los músculos flexores de nuestro antebrazo.

 

El dolor aparece en la parte del codo más cercana a nuestro cuerpo cuando agarramos cosas, empujamos con la punta de nuestros dedos, o rotamos con fuerza el antebrazo para poner la palma de nuestra mano hacia el suelo.

 

Aparece en personas que practican deportes en los que tenemos que agarrarnos con las manos para soportar pesos importantes o nuestro propio cuerpo, como la escalada o la gimnasia artística, o en deportes con impactos repetidos que empujan nuestra mano hacia atrás, como el golf.

 

También es típica de personas que manipulan objetos de manera repetitiva, especialmente si son pesados. Aunque es menos frecuente que la epicondilitis, es más resistente al tratamiento. Para prevenirla, usaremos los mismos consejos que hemos dado para su hermana mayor, aplicados a nuestra musculatura flexora del antebrazo.

 

La bursitis de codo es la lesión más frecuente de todas.

 

  • Bursitis

La bursitis de codo es la más frecuente de todas, apareciendo entre la piel y el hueso olecranon (que forma la punta prominente del codo cuando lo flexionamos) en la forma de una bolsa de líquido de un tamaño que va variando día a día. Aparece tras apoyarnos repetidamente sobre los codos, especialmente si apoyamos nuestro peso y hacemos movimientos de fricción entre la piel y el hueso al mover nuestro cuerpo.

 

Habitualmente no produce dolor y el color de la piel es muy parecida al normal. Si la piel estuviera roja y brillante y fuera dolorosa, el origen puede ser infeccioso siendo es necesario buscar atención médica. La protección de nuestros codos con almohadillas o coderas nos ayudará a prevenirla. Normalmente el se pasa sola con el tiempo, pero puede ser prolongado, siendo molesta al apoyarnos.

En general no se recomienda pincharla para evacuar el líquido, puesto que la mayoría se vuelven a llenar en pocos días, y esta punción la pone en riesgo de infectar.

 

  • Neuropatía cubital

El nervio cubital es el que más se atrapa a nivel del codo, y el segundo en frecuencia de todo el cuerpo. Los deportistas con músculos tríceps muy desarrollados tienen más riesgo de sufrir esta lesión, que se manifiesta en forma de adormecimiento del quinto dedo, la mitad del cuarto y la parte contigua de la palma y el dorso de la mano.

 

Puede no producir molestias más allá del citado hormigueo, pero si sigue progresando puede acabar afectando a la fuerza de los músculos de la mano, pudiendo llegar a ser permanente si no se actúa con celeridad. Además de la compresión en relación con el tríceps, pasar mucho tiempo con el codo flexionado (por ejemplo, con el brazo debajo de la almohada al dormir) o apoyarse de manera continuada en la cara posterior e interna de los antebrazos (en una silla o en el suelo), también pueden acabar produciendo esta traicionera lesión.

 

El control postural y conocer los signos de alarma (adormecimiento del cuarto y quinto dedos), son factores fundamentales para evitar o detectar precozmente este problema. Debido a las potenciales complicaciones que puede conllevar, se recomienda visitar a un especialista de codo ante estos síntomas, aunque no exista ningún dolor asociado

 

Si quieres saber más cosas sobre esta lesión, el Dr. Foruria tiene monográfico sobre el tema que puedes consultar en su página web o a través de su perfil de Instagram @drforuria

 

  • Snapping tríceps

Se caracteriza por la aparición de un chasquido doloroso en la cara interna del codo con la extensión de la articulación, especialmente si es contra alguna resistencia (al hacer flexiones, o cualquier entrenamiento del tríceps). El chasquido puede ser sutil o llegar a percibirse de manera audible.

 

Se produce por la presencia de un vientre muscular del tríceps demasiado desarrollado, que acaba luxándose alrededor de a epitróclea del húmero (el hueso prominente de la cara interna del codo), muchas veces junto con el nervio cubital, pudiendo dar sensaciones de hormigueos o calambres hacia el antebrazo o al quinto dedo.

 

Este problema es típico de varones jóvenes con un gran desarrollo del tríceps, la presencia de una variante anatómica muscular local, y/o una predisposición individual, por lo que su prevención es difícil más allá de evitar tener un tríceps demasiado desarrollado, lo cual puede estar en conflicto con los intereses deportivos. Las pruebas de imagen son habitualmente normales (resonancia, ecografía, radiografía), por lo que el diagnóstico debe realizarse con la exploración física realizada por un especialista en codo experimentado.

Por Dr.Prof. Antonio María Foruria
Traumatología

El Dr. Antonio María Foruria de Diego es un traumatólogo especializado en Cirugía Ortopédica y Traumatología del codo. Cuenta con más de 15 años en su especialidad y formación y ha realizado más de 350 casos quirúrgicos anuales desde su inicio como profesional. Entre sus tratamientos destacados se encuentran la epicondilitis, la neuropatía cubital, la artroscopia de codo, las prótesis de codo, las fracturas de codo y sus secuelas, las lesiones deportivas y traumáticas del hombro, el codo y el antebrazo y las neuropatías periféricas del miembro suprior, entre otros.

Tras completar los estudios de Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid, la especialización en Cirugía Ortopédica y Traumatología en el Hospital Universitario La Paz, y alcanzar el grado de doctor en la misma universidad, se especializó durante 18 meses en cirugía reconstructiva del miembro superior en el extranjero, concretamente en la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota), cuna mundial de la cirugía de codo. Para ello, completó un programa formativo oficial de Fellowship clínico tras superar con éxito los exámenes oficiales de certificación estadounidenses (USMLE-ECFMG).

Actualmente, compagina su labor clínica con la docencia y la investigación como profesor asociado de Cirugía Ortopédica y Traumatología, Anatomía, y Biomecáinica y Biomateriales en la Universidad Autónoma de Madrid, y la investigación en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

Es primer autor de múltiples artículos originales en revistas internacionales de primer nivel sobre la patología del codo y el hombro, así como de capítulos en los principales libros de referencia internacional de cirugía del codo y traumatología del miembro superior.

Ejerce como Jefe Asociado dirigiendo la Unidad de Cirugía Reconstructiva de Miembro Superior del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Fundación Jiménez Díaz en QuironSalud (Madrid).

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