La importancia de ser asertivos

Editado por Margarita Marquès el 18/01/2023

La asertividad es la habilidad para expresar nuestros deseos, creencias, sentimientos, emociones, opiniones, gustos, preferencias y puntos de vista de una manera no agresiva, sino socialmente aceptable.

 

¿Por qué es importante ser asertivos? ¿Qué beneficios tiene la asertividad?

Además de ayudarte a expresarte de forma eficaz y defender tu punto de vista, ser asertivo también te puede ayudar a aumentar tu autoestima y a ganarte el respeto de los demás.

 

La comunicación asertiva es una forma de expresar lo que se piensa o quiere de manera clara y respetuosa, considerando la existencia de otros puntos de vista y sin ser agresivo o pasivo.

 

Mediante dicha asertividad conseguimos:

  • Mejorar la capacidad de expresión e imagen social
  • Fomenta el respeto por las otras personas y hacia nosotros mismos
  • Facilita la comunicación y soluciona conflictos
  • Aumenta el amor propio y la dignidad
  • Te hace más fuerte

 

Ser asertivo también te puede ayudar a aumentar
tu autoestima y a ganarte el respeto de los demás

 

¿Es algo que se pueda aprender?

La asertividad es un comportamiento que se puede aprender y mejorar.

 

Se trata de una forma consciente de comunicar tus sentimientos sin dejarte llevar por las emociones, y se sustenta sobre la autoestima y confianza en ti mismo.

 

Expresar tus verdaderos sentimientos y defender tus derechos puede ser maravillosamente reconfortante. Cuando dices lo que quieres, independientemente de si lo consigues o no, logras vivir de forma más auténtica y feliz.

 

¿Nos puede dar una serie de consejos para aprender a ser más asertivos?

  • Reemplaza tus pensamientos negativos: Es clave que sustituyas los pensamiento negativos que te surgen cuando haces valer tus derechos. Evita pensar cosas como “Soy un mal amigo por no dejarle dinero a mi colega” y cámbialo por una visión más positiva y personal como “Merezco que me respeten y no puedo dejarle dinero a alguien que nunca me lo ha devuelto”.
  • Comprende que la gente no puede leerte la mente: Si quieres que la gente tenga en cuenta tus deseos y necesidades deberás empezar por expresarlas claramente.
  • Defiende «tu» verdad, no «la» verdad: Una verdad que nunca te podrá ser negada es cómo te sientes. Nadie podrá discutirte si estás contento, triste o enfadado, porque sólo tú conoces tus sentimientos.
  • Recuerda tu objetivo pase lo que pase: Para ser asertivo no debes exponer tan sólo las situaciones, también debes dejar muy claro lo que quieres.
  • Sé siempre lo más concreto que puedas: Recuerda en todo momento cuál es tu objetivo, por muy tensa que se ponga la conversación, y sé cuánto más específico mejor. Sólo de esta forma podrás defender realmente tus necesidades.
  • Haz referencia a los hechos y no a tus juicios: Así lograrás que tu comunicación sea mucho más precisa y que la gente no se sienta agredida ni juzgada antes de empezar a tratar con el problema.
  • Añade motivos a lo que pides: Siempre que proporciones motivos concretos, tanto al pedir algo como al negarte, conseguirás que tu mensaje sea mucho más convincente y menos agresivo.
  • Habla desde «ti» y no desde «tú»: Hablar desde ti expresando lo que sientes, crees y opinas en lugar de lo que hace la otra persona conseguirá que tus mensajes sean mucho mejor aceptados.
  • Contagia tus emociones: Describir con precisión tus emociones te ayudará a que la gente empatice más contigo y se muestre más receptiva a tus peticiones.
  • Reduce tu ansiedad con el lenguaje corporal: Cuando quieras ser asertivo no te encojas ni empequeñezcas tu postura. Mantén una postura corporal firme y calmada, sin mostrar debilidad a tu interlocutor ni, sobre todo, a ti mismo.

 

¿Qué pasa cuando una persona no es asertiva?

Cuando una persona no es asertiva, se generan pensamientos y conductas no constructivas que conllevan sentimientos negativos para nosotros mismos y para con los demás:

  • Falta de confianza en uno mismo
  • Sensación de que no le hacen caso (no le tienen en cuenta)
  • Reducción de la posibilidad de satisfacer las necesidades o de que sean atendidas las opiniones, por falta de comunicación
  • Sentimientos de ser incomprendido, manipulado
  • Sentimientos de culpa, ansiedad, depresión y baja autoestima
  • Desarrollo de trastornos psicosomáticos (dolores de cabeza, úlceras…) por la no expresión de sentimientos.
  • Estallidos de molestia o ira incontrolada por aguante de situaciones no resueltas
  • Sentimientos de ira por parte de las otras personas, por tener constantemente que leerle el pensamiento o actuar por él
  • Relaciones poco duraderas e insatisfactorias
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