Inteligencia emocional: conocerse a uno mismo para ser mejor con los demás

Escrito por: Cristina Bushell Gómez
Publicado:
Editado por: Patricia Pujante Crespo

La inteligencia emocional se ve reflejada en cómo el ser humano se relaciona con el entorno y consigo mismo. Si mi inteligencia emocional es elevada me relacionaré con mi entorno de forma saludable, adaptándome a este, y seré consciente de mis propias emociones, entendiéndolas y manejándolas adecuadamente. En cambio, si tengo una inteligencia emocional baja, me relacionaré de forma poco adecuada con el entorno y sentiré que mis emociones se desbordan y me controlan, lo que me producirá malestar.

Dos chicas abrazándose, felices - inteligencia emocional by Top Doctors
Una inteligencia emocional elevada se traducirá en una
forma saludable de relacionarse con el entorno

 

Inteligencia emocional, ¿para qué sirve?

La inteligencia emocional sirve para:

  • Autoconocimiento. La inteligencia emocional nos permite conocernos a nosotros mismos. Es una guía para conocer qué es aquello que nos molesta, qué nos gusta, y también nos ayuda a defendernos. Puede ser una especie de guía que va con nosotros hará que nos sintamos más relajados y seguros, con sensación de bienestar y autocontrol, ya que entenderemos qué nos pasa.
  • Comunicarse con otros. La inteligencia emocional también nos ayuda a comunicarnos con los demás de forma saludable, además de manejar correctamente las relaciones que mantenemos con ellos, evitando sentimientos de infravaloración o “explosiones”.
  • Motivación. También ayuda a ser consciente de qué queremos, algo esencial para motivarnos y alcanzar nuestros objetivos.
  • Nuestro “mapa” del mundo. La inteligencia emocional permite conocer qué creencias tenemos sobre el mundo y sobre nosotros mismos, las creencias positivas y potenciadoras que nos ayudan en nuestro día a día, nuestros retos. También nos ayuda a saber cuáles son las creencias que nos restan energía y nos detienen en la consecución de cualquier cosa, con sentimientos de apatía y de incapacidad.

 

Importancia de ser conscientes de nuestras emociones

Las personas incapaces de reconocer sus propios sentimientos, además de estar desconectados de parte de su vida, conviven con sensaciones que no pueden identificar y sienten que se encuentran “mal”. Al no ser conscientes de esas sensaciones que fluyen constantemente no entienden por qué han reaccionado de x forma ante una situación. La reacción puede haber sido impulsiva, lo que quizás le lleva a arrepentirse, dejando en la persona una sensación de culpa y frustración.

 

Esto conlleva un riesgo, ya que si hay un cúmulo de estas sensaciones “desconocidas” puede tener repercusión en el cuerpo. Puede manifestarse de forma psicosomática, con dolores de cabeza que pueden hacerse crónicos, dolor de espalda, dolor de rodilla… además de ansiedad y nerviosismo, entre otros.

 

Tipos de inteligencia emocional

La inteligencia emocional puede dividirse en dos grupos:

Competencias personales:

  • Ser consciente de uno mismo. Poder reconocer nuestras emociones, además de tener una valoración adecuada de uno mismo, y confianza.
  • Motivación. Tener iniciativa, estar comprometido, tener objetivos y ser optimista – a la par que realista- ante los resultados.
  • Autorregularse. Tener la capacidad de autocontrol, de asumir responsabilidades, adaptación e innovación.

 

Competencias sociales:

  • Habilidades sociales. Es la capacidad de comunicarse (no únicamente de hablar), de influencia, liderazgo, colaboración y cooperación con el entorno, resolver conflictos, etc.
  • Empatía con los demás. Se trata de comprender a los otros, ver la diversidad como una aportación y no una amenaza. Es decir, saber escuchar y ser consciente del otro.

 

En general, los especialistas en Psicología afirman que la inteligencia emocional está muy relacionada con la autoestima: si somos capaces de regularnos internamente (con nosotros mismos) y externamente (con los demás), la imagen que tenemos sobre nosotros mismos será positiva y, por lo tanto, la estima que tengamos de esa imagen también lo será, convirtiéndose en una autoestima positiva. Por lo tanto, mejorando nuestra inteligencia emocional y aprendiendo sobre nosotros mismos también mejoraremos nuestra autoestima y, consecuentemente, la relación con los demás.

Por Cristina Bushell Gómez
Psicología

Cristina Bushell, destacada psicóloga licenciada por la Universidad Pontificia de Comillas, ha forjado una sobresaliente carrera en los campos clínico y empresarial. Con más de 10 años de experiencia, Cristina se ha destacado por su compromiso con el bienestar emocional.

Trabaja como psicóloga y coach en el Centro Bushell, donde se esfuerza incansablemente por promover la salud mental y el crecimiento personal, impartiendo talleres especializados en autoestima y gestión emocional. Su enfoque integral en el ámbito de la salud mental se refleja en su especialización en gestión de conflictos, manejo del estrés, coaching y terapia de parejas. Ha completado su formación con un Máster en Psicología Clínica y de la Salud, así como capacitaciones adicionales en terapia sistémica, psicodrama, PNL y es Terapeuta EMDR.

Como autora del libro "El burrito Max y las botas mágicas" sobre gestión de las emociones en niños, Cristina demuestra su dedicación a la salud emocional desde una edad temprana.

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