Hilos tensores para combatir el envejecimiento facial

Los hilos tensores son una técnica de medicina estética que permite combatir el envejecimiento facial con un efecto lifting tras la aplicación y un efecto regenerador, gracias a la producción natural de colágeno en los meses posteriores. Los resultados tienen una duración de hasta 18 meses.

Hilos tensores: qué son

Los hilos tensores son una innovación tecnológica que ofrece unos resultados nunca antes conseguidos de una manera tan sencilla y eficaz: redefinir el rostro, recuperar el volumen y disminuir las arrugas con un tratamiento de 30 minutos de duración, realizado por expertos en Medicina Estética y cuyos resultados duran hasta 18 meses.
Se trata de un procedimiento no invasivo, con unos resultados naturales. Es una verdadera innovación tecnológica al servicio del rejuvenecimiento.

Qué se consigue con los Hilos tensores

Los Hilos tensores son el único producto que permite combinar dos acciones:
• Un efecto lifting tras la aplicación, ya que proporciona unos resultados inmediatos
• Un efecto regenerador gracias a la estimulación de la producción natural de colágeno durante los meses posteriores, que proporciona unos resultados progresivos y naturales

Combatir el envejecimiento: elevar y regenerar la piel

Cuando hablamos de combatir los efectos del envejecimiento, la prioridad es recuperar la tersura y firmeza de la piel, además del perfil del rostro. Para satisfacer este doble requisito, los hilos tensores combinan dos efectos: elevar y regenerar.
1) El efecto lifting es natural e inmediato, ya que se obtiene al comprimir y levantar los tejidos en el momento en que se ajusta la sutura. Tras introducir dicha sutura mediante una microaguja, el médico efectúa una ligera presión en la zona tratada. Gracias a esta acción, remodela la superficie de la piel y la alisa visiblemente.
2) El efecto regenerador progresivo y natural: el ácido poliláctico (PLA), principal componente de los Hilos tensores, es un polímero biocompatible utilizado en el ámbito médico desde hace años (para fabricar hilos de sutura, clavos para fracturas óseas, etc.). Una vez introducida la sutura, el ácido poliláctico actúa en las capas profundas de la piel y estimula la formación de colágeno. Esta acción, que se prolonga en el tiempo, favorece el aumento de volumen en las zonas con flacidez y devuelve al rostro su perfil de forma progresiva y totalmente natural.