Equilibrio nutricional: la importancia moderada de la fibra

Escrito por: Dr. Ramón Tormo Carnicé
Publicado:
Editado por: Nerea Colomé Lamas

En la búsqueda constante de adoptar hábitos alimentarios saludables, una costumbre reciente ha captado la atención en el ámbito de la dietética: el consumo diario excesivo de vegetales ricos en fibra soluble e insoluble.

 

Aunque se promueve la ingesta de fibra como esencial para la salud digestiva, es crucial recordar que más no siempre es mejor, especialmente cuando se trata del complejo sistema digestivo humano. El especialista en Aparato digestivo indicará en cada caso qué dieta es mejor según las condiciones del paciente.

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La ingesta de fibra transforma la salud intestinal, evitando el Síndrome del Rumiante

 

El fenómeno del síndrome de rumiación

Este hábito, popularizado en gran medida entre mujeres y hombres por igual, ha llevado a una situación que se asemeja sorprendentemente al metabolismo de los rumiantes, como vacas y ovejas. Denominamos a esta condición metabólica como el "síndrome del rumiación."

 

Cuando consumimos una cantidad excesiva de fibra, especialmente proveniente de verduras y legumbres, los hidratos de carbono no digeridos alcanzan el colon, donde millones de bacterias realizan el proceso de fermentación. Este fenómeno conduce a una producción significativa de gases, distensión abdominal, flatulencias, dolores y, en algunos casos, problemas respiratorios.

 

A nivel bioquímico, aproximadamente el 80% de estos gases se elimina a través de las heces y flatulencias, mientras que el restante 20% se introduce en la sangre y, eventualmente, se exhala. Esta realidad se confirma mediante técnicas avanzadas, como el uso de un Breath Tracker de Milwaikee, es decir, el test de aliento, que detecta predominantemente el metano en el aire espirado.

 

 

Diferencias entre rumiantes y humanos

Es interesante observar que, en rumiantes, como vacas y ovejas, la fermentación de la fibra ocurre en el rumen, una bolsa ubicada a nivel del esófago.

 

Las bacterias descomponen la fibra, generando productos metabólicos y gases, que luego son procesados en el intestino.

 

En contraste, los humanos carecemos de rumen, y la fermentación de los hidratos de carbono de las fibras indigeribles tiene lugar en el colon, lo que explica la producción excesiva de gases y los síntomas mencionados anteriormente.

Por Dr. Ramón Tormo Carnicé
Aparato digestivo

El Dr. Ramón Tormo Carnicé es especialista en enfermedades del Aparato Digestivo y Pediatría. Ha ejercido en Hospitales de Ginebra, París y Barcelona, donde fue responsable durante 35 años de la Unidad de Gastroenterología Pediátrica y Nutrición del Hospital Vall d'Hebrón, además de ser profesor agregado de Pediatría de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Actualmente atiende a pacientes en su consulta de Vía Augusta y en el Hospital Quirón. Además, es un reputado experto en obesidad, cólicos, diarrea crónica, dolor abdominal, enfermedades hepáticas e intolerancia alimentaria.

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