El reflujo gastroesofagico nocturno y los síntomas respiratorios

Escrito por: Dr. Adalberto Pacheco Galván
Publicado: | Actualizado: 20/02/2023
Editado por: Top Doctors®

Las últimas investigaciones apuntan a que el reflujo gastroesofágico nocturno (RGE-N) es una entidad distinta del RGE en estado de vigilia. Según estas recientes investigaciones, se explica que la respuesta al ácido en el esófago es diferente en esas dos fases, de forma que es mucho más perjudicial el RGE-N que el diurno, tanto por las lesiones por ácido en la mucosa distal del esófago,  como por el mayor ascenso del material  del reflujo al tramo peligroso para el aparato respiratorio, es decir el tercio superior del esófago, ya en la vecindad de la vía respiratoria.

Este contacto provoca que los problemas de lesiones inflamatorias en la laringe, aspiraciones al pulmón y senos faciales serían más evidentes. Los estudios han probado que, aunque sea durante el sueño, los  episodios de reflujo sean menos frecuentes. Lo que si se produce es un mayor tiempo de contacto del ácido en el esófago. A diferencia del estado de sueño, en el estado de vigilia el contacto del ácido provoca más salivación y más maniobras deglutorias que tienen como objetivo aclarar el ácido, pero estos mecanismos están muy disminuidos en el estado de baja conciencia durante el  sueño. Al parecer esto se debe a  la baja respuesta a las señales emitidas desde los quimiorreceptores que comunican el esófago con la conciencia, que evidentemente está disminuida en el sueño.

La tos crónica es frecuente en pacientes con RGE típico
 

Los estudios epidemiológicos como el de Dean BB et al en la revista Aliment Pharmacol Ther 2008; 27:327, estiman que los síntomas respiratorios o atípicos del RGE como son la tos crónica, la afonía, el moco atascado en garganta o la carraspera, son frecuentes en los pacientes con RGE típico,  pero lo son más todavía en los pacientes que tienen síntomas de acidez nocturna (más de dos veces por semana) que, además, refieren una peor calidad de vida en el estado de vigilia, reflejada en los índices HRQOL 36 de calidad de vida mental y física.

La consecuencia directa de estos datos es que es preciso una mayor agresividad del tratamiento antiácido en los pacientes con RGE-N, sobresaliendo por su mayor eficacia la Ranitidina 300 mg, un comprimido antes de tumbarse, acompañado de medidas estrictas para evitar el ascenso del reflujo como son las posturales y dietéticas. Por ejemplo, mantener las tres horas antes de adoptar la posición horizontal tras ingerir alimentos y elevar la cabecera de la cama al menos 30 cm.

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Por Dr. Adalberto Pacheco Galván
Neumología

Célebre médico neumólogo especialista en asma y tos crónica. Único médico español propuesto como miembro para el Comité de Consenso para el Diagnóstico y Tratamiento de la Tos Crónica en la ERS (European Respiratory Society). Es el fundador y el responsable de la Unidad de Asma y Tos de Difícil Manejo del Hospital Ramón y Cajal con más de 400 pacientes vistos protocolizados.

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