Consejos para disfrutar de unas vacaciones saludables

Vacaciones suele ser sinónimo de descanso, relax, desconectar, pasar tiempo con familia y amigos… Pero, ¿es todo eso compatible con mantener nuestros hábitos de vida saludables?

¡Por supuesto! Estar de vacaciones implica también disponer de tiempo libre para promover y mantener un estilo de vida óptimo, cuidando de factores importantes como la higiene del sueño, una alimentación responsable y dedicar tiempo para el ejercicio físico, fuente de bienestar personal.

¿Por qué insisten los expertos en mantener buenos hábitos saludables, incluso en vacaciones?

Principalmente porque la suma de todo ello se traducirá en un bienestar global, tanto en la salud física como la salud social y, muy importante desde la Psicología, la salud emocional.

¿Cuáles son los consejos básicos para unas vacaciones saludables?

Tener unas vacaciones saludables pasará por cuidar de la salud global siguiendo estas recomendaciones por parte de los especialistas en Psicología:

• Hacer ejercicio entre 2 y 5 veces a la semana, a ser posible al aire libre. Practicar deporte nos mantiene en forma, aumenta nuestra autoestima y promueve el buen humor.
• Hidratarse de forma frecuente. Se recomienda beber agua durante todo el día, no únicamente al tener sed.
• Disfrutar de una buena siesta. Aprovechar en vacaciones para dormir y descansar un poco más de lo habitual, ¡qué pequeño gran placer!
• Vigilar y cuidar la piel. Tanto en verano como en invierno la piel también sufre, de manera que es importante cuidarla.
• Cuidarse también implica introducir en la dieta alimentos como la zanahoria, que es antioxidante y absorbe las radiaciones; el aguacate, muy rico en vitamina E, previene los daños en radicales libres y actúa como barrera de protección; el aceite de oliva, gran fuente de omega 3 que interviene en los mecanismos de inflamación; y los frutos rojos, que son fuente de antioxidantes y vitamina C. Es muy importante, en este punto, lavar bien la fruta y la verdura antes de comerlas para evitar infecciones alimentarias.
• Promover una alimentación sostenible y responsable, donde el punto de partida reside en conocer la estacionalidad de los productos. La alimentación sostenible es aquella que asegura alimentarnos sin agotar los recursos naturales (agua, tierras, etc.), ni destruir el medio ambiente. Consumir productos de temporada o, lo que se denomina actualmente, alimentación de proximidad o de km0, mejora el medio ambiente, la economía local, la salud e incluso las relaciones sociales de un sitio en particular.
• Educa a tu familia y allegados en la buena alimentación. Pasamos mucho tiempo con los nuestros en vacaciones y, sobre todo, con los niños. Son buenos momentos para ejemplarizar y enseñarles a comer, tanto en formas como en variedad, cantidad y combinaciones con diferentes alimentos, invitándoles a probar nuevos platos.
• Y, por último: descansa, ríe, carga pilas, desconecta, viaja, deja aparcado el móvil y disfruta de los pequeños placeres de la vida, como puede ser la buena compañía y una buena comida.