Colelitiasis: entender qué es para tratarla correctamente
Escrito por:El Dr. Barrasa es un cirujano general de Valencia experto en el tratamiento de patologías como la colelitiasis, de la cual habla en este artículo. El doctor expone cuáles son los síntomas que provoca esta patología en el paciente y a qué tratamiento se recurre para combatirla.
La vesícula en un órgano hueco situado junto al hígado que almacena y concentra la bilis y la libera durante la digestión. La bilis contiene disueltas muchas sustancias, tales como sales biliares, bilirrubina y colesterol (igual que el azúcar en el café). Cuando estas sustancias están demasiado concentradas pueden precipitarse formando cálculos, colelitiasis o piedras en la vesícula.
Cuándo se produce la colelitiasis
Puede producirse a cualquier edad y en cualquier persona, pero es más frecuente en mujeres, personas con trastornos de obesidad, tras el embarazo, tras operaciones de estómago o intestino, en la enfermedad de Crohn o en las anemias por destrucción de glóbulos rojos.
Una vez se han producido los cálculos, éstos pueden estar presentes sin provocar síntomas, aunque casi la mitad de los pacientes sí padecerán síntomas como: cólicos biliares (dolor), inflamación de la vesícula (colecistitis) o salida de los cálculos a los conductos biliares (coledocolitiasis), donde pueden obstruir la bilis (ictericia obstructiva o colangitis, si esta bilis se infecta) o causar inflamación del páncreas (pancreatitis).
Tratamiento para la colelitiasis
Ningún tratamiento médico ha demostrado resolver satisfactoriamente la colelitiasis, por lo que el tratamiento de elección es la extirpación de la vesícula (colecistectomía). Hoy en día esta intervención se realiza generalmente por laparoscopia, con unos pequeños cortes por los que se introduce un sistema de cámara y luz y el material necesario para llevar adelante la intervención.
Hoy en día, y aunque en ninguna intervención se puede garantizar al 100% que no habrá complicaciones, la colecistectomía laparoscópica es una intervención muy segura y con tiempos de convalecencia cortos (habitualmente unas 24 horas de ingreso hospitalario y 2 o 3 semanas hasta recuperar la actividad habitual).