Cáncer de piel: importancia de un diagnóstico precoz

Escrito por:

Dr. Jesús Soberino

Oncólogo Médico

Publicado el: 03/02/2020
Editado por: Margarita Marquès


Cualquier persona, independientemente de su tipo de piel, puede verse afectada por el melanoma y otros tumores cutáneos. Sin embargo, las personas que tienen la piel clara y sensible al sol, así como las personas que tienen abundantes manchas en la piel o abundantes pecas, deben extremar las precauciones, porque son las que tienen más riesgo de padecer lesiones cutáneas cancerosas.

 

Para diagnosticar un cáncer de piel, el dermatólogo realiza
un examen visual de manchas o lesiones en la piel​

 

Síntomas de un cáncer de piel tipo melanoma

En el momento en el que aparece una mancha o una lesión es recomendable consultar con un dermatólogo, especialmente cuando esta mancha cumple la llamada regla ABCD: que sea asimétrica (A), que tenga los bordes irregulares (B), que sea de color oscuro (C) y que tenga un diámetro superior a cinco milímetros (D).

 

Aunque en la mayoría de los casos no se va a tratar de un melanoma, cualquiera de estos signos debe ser considerado como una alerta, porque de esta manera se va a realizar diagnóstico precoz que va a facilitar el éxito del tratamiento.

 

Existen otros casos en los que también es recomendable consultar urgentemente con el dermatólogo, como que una mancha en la piel pique, sangre o crezca rápidamente.

 

¿Cómo se diagnostica un melanoma?

Para diagnosticar el melanoma y otros cánceres de piel, el dermatólogo realiza un examen visual de cualquier mancha o lesión en la piel. Si el examen visual confirma que se puede tratar de un cáncer de piel, se deberá realizar una biopsia para extraer y analizar una muestra de células.

 

De esta manera, se podrá determinar si la lesión de la piel es cancerosa o no. En el caso de que no lo sea, el dermatólogo va a aconsejar al paciente una serie de medidas que deberá tomar. En el caso de que el diagnóstico confirme que se trata de un melanoma, el paciente deberá ser tratado por un cirujano y valorado por un especialista en Oncología.

 

En algunos casos, el oncólogo puede considerar oportuno solicitar una serie de pruebas adicionales de diagnóstico por imagen para verificar si el cáncer se ha expandido hacia otros órganos. También puede pedir un análisis de sangre completo para observar el progreso de la enfermedad.

 

El tratamiento para el cáncer de piel

La mayor parte de los cánceres de piel se extirpan a través de una intervención quirúrgica y las tasas de curación se encuentran en unos niveles muy elevados, sin la necesidad de tener que someterse a tratamientos de quimioterapia o radioterapia.

 

En el caso del melanoma, el tratamiento suele comenzar con la extirpación de la lesión tumoral a través de una intervención quirúrgica. Dependiendo del grosor que tenga la lesión, se realiza un análisis de los ganglios linfáticos más próximos para comprobar la existencia de células tumorales.

 

Cuando el oncólogo tiene los resultados del análisis de los ganglios, así como los análisis de sangre y las pruebas de imagen que dan información adicional sobre la enfermedad, procede a determinar el tratamiento más adecuado para cada paciente. Este tratamiento puede incluir radioterapia o algún tratamiento farmacológico que, en ocasiones, se puede prolongar durante un año.

 

Una vez realizado el tratamiento, se debe hacer un seguimiento. Estas pruebas de seguimiento pueden variar de un paciente a otro, dependiendo de la extensión que tenía el melanoma en el momento de su diagnóstico.

 

Generalmente, durante los tres primeros años, los pacientes deben acudir a la consulta cada tres meses para hacer una evaluación del progreso. Pasados los tres años, se deben realizar dos visitas de seguimiento al año.

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