Abordando la fascitis plantar desde la perspectiva podológica: causas, síntomas y tratamientos efectivos
Escrito por:La fascitis plantar es una afección dolorosa que afecta la planta del pie, específicamente la fascia plantar, una banda gruesa de tejido que conecta el talón con los dedos.
En el ámbito de la Podología, el diagnóstico y tratamiento de esta condición son aspectos fundamentales para aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
¿Cuáles son las causas de la fascitis plantar?
La fascitis plantar a menudo se desarrolla debido al estrés repetitivo en la fascia plantar, provocando pequeñas lesiones e irritaciones. Desde la perspectiva podológica, ciertos factores pueden contribuir al desarrollo de esta afección, entre ellos se incluyen:
- Anatomía del pie: Factores como tener un arco alto o bajo, que afectan la distribución del peso sobre la planta del pie, pueden aumentar la presión sobre la fascia plantar.
- Calzado inadecuado: El uso de calzado que no proporciona un buen soporte o que es demasiado ajustado puede contribuir al desarrollo de la fascitis plantar.
- Actividades de impacto: Participar en actividades de impacto, como correr o practicar deportes de salto, puede aumentar la carga sobre la fascia plantar.
- Cambios en la rutina: Un cambio repentino en la intensidad o tipo de actividad física puede desencadenar la fascitis plantar.
Síntomas y diagnóstico podológico
La fascitis plantar se manifiesta principalmente con dolor en el talón, especialmente después de periodos de inactividad o al levantarse por la mañana. Algunas de las evaluaciones específicas para diagnosticar esta condición son:
- Historial clínico: El podólogo recopila información sobre la historia clínica del paciente, incluyendo la duración y la intensidad del dolor, así como cualquier actividad o cambio en el estilo de vida que pueda haber contribuido.
- Examen físico del pie: Se realiza un examen detallado del pie para evaluar el rango de movimiento, la distribución del peso y cualquier signo de inflamación.
- Pruebas específicas: El podólogo puede realizar pruebas específicas, como la prueba de carga del pie, estudio de la pisada o marcha (biomecánico), para evaluar la presión sobre la fascia plantar. Además puede apoyarse con Radiografías o Ecografía para determinar que tejido está repercutiendo en mayor medida al dolor de cada paciente.
Enfoques de tratamiento podológico
El tratamiento de la fascitis plantar desde la perspectiva podológica busca aliviar el dolor, reducir la inflamación y abordar las causas subyacentes. Algunos enfoques comunes incluyen:
- Ortesis personalizadas: Los podólogos pueden recetar ortesis personalizadas para corregir problemas en la pisada y proporcionar un mejor soporte a la fascia plantar.
- Ejercicios de estiramiento: Se pueden recomendar ejercicios específicos para estirar la fascia plantar y fortalecer los músculos del pie.
- Modificación del calzado: Se aconseja usar calzado que ofrezca un buen soporte y amortiguación, especialmente durante actividades de impacto.
- Terapia física: La terapia física puede ser beneficiosa para mejorar la flexibilidad y fortaleza del pie. Y también utilizarse para regenerar el tejido desestructurado o roto, como por ejemplo con Electrólisis percutánea.
- Medicamentos y terapias antiinflamatorias: En casos de dolor agudo, se pueden recetar medicamentos antiinflamatorios o realizar terapias para reducir la inflamación.
O también administrar mediante infiltración sustancias antiinflamatorias o regeneradoras como PRP (Plasma Rico en Plaquetas y derivados).
Prevención y cuidado continuo
Desde la perspectiva podológica, la prevención juega un papel crucial. Se alienta a los pacientes a cuidar sus pies, elegir calzado adecuado y realizar ejercicios de estiramiento regularmente. Además, los chequeos podológicos periódicos pueden identificar y abordar problemas antes de que se conviertan en condiciones más graves.
En conclusión, la fascitis plantar, cuando se aborda desde la perspectiva podológica, puede ser tratada con éxito. La combinación de enfoques personalizados, cuidado continuo y medidas preventivas o en algunos casos invasivas, contribuye a aliviar el dolor y mejorar la movilidad, permitiendo a los pacientes disfrutar de una vida activa y sin limitaciones. Ante cualquier duda es esencial consultar con un especialista en Podología con experiencia.