5 frases muy comunes cuando se quiere perder peso

Escrito por: Maria Carmen Japaz Cancino
Publicado:
Editado por: Alicia Arévalo

1. «No me gustan las verduras, las hortalizas ni las frutas»

En la consulta inicial de nutrición y dietética se suele comentar con el paciente cuáles son los alimentos que le gustan y de los que no. Muchos pacientes tienen reticencias a algunas verduras, hortalizas o frutas, pero es raro que a alguien no le guste absolutamente ninguno de estos alimentos, ya sea crudos, en puré, en zumos o preparados de cualquier otra manera.

Puede que no seas un amante de estos alimentos, pero si te gustan solo dos frutas y tres hortalizas y únicamente preparadas de manera muy concreta este ya es nuestro punto de partida.

El trabajo de un especialista en Nutrición y dietética es presentar al paciente nuevas formas de preparación y cocción para procurar ampliar el abanico de alimentos a incluir, ya que esto ayuda a que el paciente aprenda a comer más sano y pueda tener una mayor variedad y así no aburrirse. Descubrir nuevos sabores y encontrar un equilibrio entre lo que te gusta y lo que es bueno para tu salud.

 

2. «No tengo tiempo para la actividad física»

La actividad física es un aliado fundamental en el tratamiento nutricional, el binomio alimentación-actividad física funciona.

Sus beneficios son muchos:

  • Reducir la grasa corporal
  • Incrementar la masa muscular
  • Optimización del metabolismo, que ayuda a que el cuerpo sea capaz de mantener el peso conseguido a largo plazo.

Cuando no hay un orden en lo que comemos invertimos más tiempo y más dinero. Al establecer una planificación con los menús semanales y elaborando con antelación la lista de la compra gestionamos mejor nuestro tiempo y seguramente podamos robarle algunos minutos al día para movernos más.

Piensa que ahora mismo tu actividad física es escasa o muy limitada, más aún si estás teletrabajando. Existen muchas posibilidades para realizar algo de actividad física a lo largo del día, ya sea de forma directa o indirecta: una clase de baile online, ir a la compra caminando, utilizar la cinta o elíptica que tienes en casa, limpiar enérgicamente tu piso, subir y bajar las escaleras de tu edificio, jugar con los niños, pasear a tu perro, ordenar tu armario… son actividades que nos reportan beneficios desde un primer momento en tu tratamiento y que poco a poco irán ocupando un lugar en tu rutina, al notar lo bien que te sientan.

Si te gustan solo dos frutas y tres hortalizas y únicamente
preparadas de manera muy concreta este ya es nuestro punto de partida.

 



3. «Me olvido de beber agua»

Es indudable la importancia de una buena hidratación para la salud; piensa que todas las reacciones químicas que tienen lugar en tus células necesitan del agua para llevarse a cabo.

Actualmente disponemos de muchos recursos para evitar el “olvido” de beber agua, algunas opciones son:

  • App en el móvil con alarmas y recordatorios
  • Relojes inteligentes con avisos y monitorización de tu estado de hidratación
  • Auto enviarnos mails
  • Colocar estratégicamente post-it en casa para recordárnoslo

En el caso de que el problema sea que no te gusta el agua como tal; hay muchas opciones. Podemos “hidratarnos” con gelatinas, caldos, sopas, guisos, zumos, batidos, leche, infusiones, frutas y verduras, aguas de sabores, aguas con gas, sorbetes, hielo, etc.

Siempre hay opciones para que todo resulte más sencillo.

 

4. «No tengo tiempo y no me gusta cocinar»

El factor tiempo es determinante para que un plan de alimentación que el nutricionista diseña pueda llegar a ser una realidad. Por eso es muy importante escuchar al paciente y conocer cómo son sus jornadas laborales y el tiempo disponible para la compra, preparación e ingesta de alimentos.

Además, las posibilidades para poder preparar comidas son infinitas: una inmensa disponibilidad de alimentos y sus presentaciones, robots de cocina, freidoras de aire caliente, hornos, microondas, recipientes y utensilios de diferentes materiales para cocción, refrigeración, conservación al vacío…

Una vez más, el conocer tus necesidades y circunstancias es clave para diseñar una fórmula que te funcione.
 

5. «Necesito perder 5kg en 1 mes»

Una frase muy recurrente que se escucha en la primera consulta. Ante estos casos es necesario reflexionar con el paciente. Hay que recordar que el exceso de peso es exceso de grasa, no un elevado porcentaje de músculo o agua corporal. Por lo tanto, en lugar de fijarnos como objetivo exclusivamente el peso, es necesario observar los cambios en la composición corporal: agua, grasa corporal, más a libre de grasa, circunferencia abdominal; y valorar algo aún más importante que estos datos, es decir, valorar los cambios en tu actitud: cómo has modificado tus rutinas, como te sientes. Realmente un cambio del comportamiento del paciente representa el camino que inexorablemente le conducirá a la pérdida de peso; sin esta flexibilidad para adoptar mejores hábitos cotidianos, la pérdida de peso se vuelve pura matemática y no somos máquinas, por lo que las ciencias exactas no pueden aplicarse a nuestra biología.

Por tanto, el peso no lo es todo, es solo un número que debe ser contextualizado y tu peso ideal no nos lo indican las tablas, debemos buscar el peso cómodo y sano para ti.

Por Maria Carmen Japaz Cancino
Nutrición y Dietética

Un tratamiento nutricional es efectivo no cuando está bien diseñado por parte del profesional sino cuando el paciente lo hace suyo, lo pone en práctica; y experimenta sus beneficios.

Por este motivo busco la complicidad con mis pacientes. Me gusta conocer con quien trabajo, escuchar lo que le sucede y preocupa, construir así un vínculo de confianza para que el trabajo en equipo sea efectivo y gratificante.

Trabajo diseñando y adaptando la alimentación a las circunstancias de cada persona. Su historial médico, disponibilidad de horarios y recursos, rutina diaria, preferencias, estilo de alimentación que prefiere. Explico lo que es conveniente de manera sencilla sin tecnicismos; es fundamental para mi establecer una alianza terapéutica sincera y eficaz.

El padecer una enfermedad crónica afecta diversos aspectos en la vida de cualquiera de nosotros; mi objetivo es que la nutrición no suponga una carga más en estas circunstancias. A diferencia de la medicación, la alimentación es parte muy importante de la vida cotidiana de una persona, su relación con la enfermedad es puramente accidental y su finalidad no es solo saciar el hambre.

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